El exilio marcó la vida de la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro. Estuvo exiliada al menos tres veces en Costa Rica. Durante su último exilio fue cuando murió: el pasado 14 de junio, junto a sus familiares desterrados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Al mediodía de este lunes, la primera mujer en alcanzar el máximo poder de un país de América Latina fue despedida en el Templo Votivo Sagrado Corazón de Jesús, en San José.
La misa fue presidida por el sacerdote Rafael Aragón, un fraile español nacionalizado nicaragüense que fue desterrado por el Gobierno de Ortega y Murillo en 2022. Las palabras de despedida fueron pronunciadas por sus familiares (hijos y nietos), exiliados.
El templo se llenó de decenas de miembros de la diáspora nicaragüense: políticos, periodistas, exfuncionarios, miembros de movimientos políticos, entre otros ciudadanos que llegaron a dar el último adiós a la expresidenta.
El sacerdote Rafael Aragón recordó las tres veces que Violeta estuvo exiliada, “lo que quiere decir que se comprometió con las causas nobles de la paz, de la justicia y de la democracia (con Nicaragua)”.

Óscar Arias: “Fue como una madre para el pueblo de Nicaragua”
A la misa también acudió el expresidente de Costa Rica, Óscar Arias, quien participó en los acuerdos de paz en la década de los 80, entre la Contra y los sandinistas, que dieron como resultado las elecciones en las que fue electa Barrios, en 1990.
Violeta Barrios de Chamorro fue presidenta de Nicaragua entre 1990 y 1997. A pesar de que meses antes las encuestas preveían que el Frente Sandinista arrasaría en las elecciones, ya que aún gozaba de altos niveles de popularidad, la realidad fue que Barrios de Chamorro acabó alcanzando el 54% de los votos frente al 41 % de Daniel Ortega.
Su gobierno fue el primero en Nicaragua, surgido de unas elecciones democráticas tras décadas de guerras civiles y una revolución (sandinista) frustrada.
Los que encontró no fue fácil. En 1990, Nicaragua se encontraba polarizada y armada hasta los dientes, en un conflicto bélico, con un bloqueo económico y comercial, una altísima inflación y una economía en quiebra y colapsada. Datos de cinco años antes reflejaban además un país que sumaba ya más de 400 mil desplazados por la guerra y el precario presupuesto nacional, calculado en unos $800 millones, consumido por el conflicto bélico y sus consecuencias.
“Fue la mujer que unió a la familia nicaragüense… Era como una madre para el pueblo, una madre que lo cobijaba sin importar la filiación política”, dijo Arias. “Yo tuve una relación muy cercana con ella: la quise mucho, nos vimos mucho; la visitaba con mucha frecuencia, y hoy estoy con mucho dolor”, añadió.
Sobre la muerte de “doña Violeta”, como le llamaban cariñosamente en Nicaragua, Arias dijo que “el mensaje que manda es que Daniel Ortega se quitó su disfraz de demócrata”.
Durante la misa, los nietos y nietas de Violeta leyeron pasajes bíblicos y plegarias. “Por la libertad de prensa y la democracia, para que la verdad no sea silenciada y quienes trabajan por el acceso a la información lo hagan sin miedo ni censura”, dijo una de ellas.
Precisamente, Violeta Barrios de Chamorro vivió en carne propia los ataques más violentos a su familia por el ejercicio periodístico. El 10 de enero de 1978, su esposo, el periodista y director de La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, fue asesinado.
El 10 de junio de 1979, mientras ella se encontraba en Costa Rica acompañando a su hija Claudia, quien se encontraba exiliada en este país y embarazada de su tercer hijo, la Guardia Somocista bombardeó, con aviones y tanques, las instalaciones del diario La Prensa.
De hecho, ella murió mientras los ataques contra su familia se agudizaron, pero esta vez por parte de los sandinistas. En 2021, dos de sus hijos, Cristiana y Pedro Joaquín, fueron apresados por mostrar intenciones de postularse a la presidencia, hasta que finalmente fueron desterrados en febrero de 2023. Su otro hijo, Carlos Fernando, se exilió desde 2021 por persecución en su contra. Los tres hijos de Violeta fueron desnacionalizados y confiscados.
En agosto de 2021, Ortega y Murillo también ordenaron la confiscación de las instalaciones del diario La Prensa, del cual ella era socia y en los años 80 estuvo al frente del periódico.
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Hija de Violeta: “Gracias a Costa Rica por darle una sepultura digna y segura”
La eucaristía finalizó con las palabras de dos de sus hijos, Cristiana y Carlos Fernando Chamorro, quienes la cuidaron en su último exilio en San José. Cristiana agradeció a Costa Rica– pueblo, Iglesia, Gobierno– “por abrirnos este país y darle a nuestra madre una sepultura digna y segura en el país de ustedes”.
Cristiana Chamorro apareció por primera vez públicamente desde que fue desterrada en febrero de 2023. Contó que su madre decía que no quería pasar a la historia como un gobernante que “aplastó a sus opositores, sino en reconciliación”.

La ex aspirante presidencial dijo que el legado de Violeta en la Presidencia es el respeto a las libertades públicas con base en las leyes y la Constitución Política. “Nos invita a valorar el ejercicio de la autoridad presidencial sin necesidad de encarcelar, desterrar o confiscar al adversario, sin hostigar con discursos inflamatorios ni andar con despliegues rimbombantes”, apuntó.
Cristiana también recordó cuando su madre llegó exiliada por primera vez a Costa Rica en 1957. “Volviste aquí, con nosotros, tus hijos desterrados… no te preocupes, te llevaremos al lado de tu amado (Pedro Joaquín), cuando Nicaragua vuelva a ser República de todos los nicaragüense y podamos gozar la paz y la libertad de tus tiempos”, agregó.
Luego, Carlos Fernando Chamorro, otro hijo, dijo que una ceremonia como esta no es posible realizarla actualmente en Nicaragua, debido a la persecución contra la Iglesia católica.
El periodista contó que fue hasta enero de este año que se pudo reunir en San José con sus otros tres hermanos –Cristiana, Pedro Joaquín y Claudia– para estar con su madre, “para cantarle, rezarle, besarla, abrazarla y darle infinitas gracias por su vida”.
Por esa razón, Carlos Fernando agradeció a la autoridades ticas por recibir a su familia en las distintas ocasiones que su familia se ha tenido que exiliar en este país, por la persecución política.
Finalmente, dijo que Violeta dejó “sembrado el ideario de la esperanza para reconstruir Nicaragua: para que vuelva a ser República sin venganza pero con justicia”.