Costa Rica envejece, pero sus servicios no lo reflejan, ni están adaptados para una población cada vez mayor. Los servicios de cuido para este grupo son costosos y excluyentes; solo los hogares de mayores ingresos podrían asumir estos costos por tiempo indefinido.
Esta es una de las conclusiones del Informe Estado de la Nación 2025, que se presentó el jueves 13 de noviembre. No todos los adultos mayores necesitan estos servicios, pero muchos sí, y otros lo harán cuando superen los 80 o 90 años.
“La oferta de servicios de cuido es limitada, fragmentada y sin un enfoque explícito hacia la dependencia, lo cual impide abordar de forma adecuada las necesidades actuales y futuras en este ámbito”, cita el informe.
Natalia Morales Aguilar, coordinadora del informe e investigadora del capítulo social de dicho documento, manifestó que incluso los centros que reciben un subsidio estatal no pueden ser costeados por un hogar de clase media o clase baja.
“Los costos promedio los comparamos con la mediana del ingreso nacional, que es alrededor de ¢420.000. La mayoría de servicios equivalen a un ingreso completo o más, a veces hasta dos o tres veces. Como país no estamos previendo que esto va a aumentar, la población adulta mayor seguirá en crecimiento acelerado", afirmó.
El economista Fernando Rodríguez Garro, coordinador del Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional (UNA), coincidió: “nosotros no tenemos una red amplia de cuido, como sucede con los centros educativos públicos. Esto dejará por fuera de la adquisición de los servicios de cuido a muchos adultos mayores”.
Fernando Morales Martínez, geriatra y exdirector del Hospital Geriátrico, expuso que “es muy frecuente que los costos de servicios privados o subsidiados sean mucho más altos que los ingresos. O comés, o vivís, o tomás medicamentos. Pensando en esas personas es que se necesita tener una red más fuerte”.
Para la investigadora, normalmente el cuido ha recaído en las familias, especialmente en las mujeres, pero conforme pasa el tiempo y las familias son más pequeñas, algunas sin hijos o con hijos fuera del país, el rol del Estado y de la sociedad es cada vez mayor. A esto se le une que hay amas de casa que nunca trabajaron, o personas que siempre trabajaron en la informalidad.
El economista coincidió: “¿qué va a pasar con quienes no cotizaron? Conforme envejezcan pueden requerir más atenciones y servicios porque su fragilidad y deterior pueden ser mayores".
¿Cómo se hizo el estudio?
Los investigadores identificaron los servicios, tomaron una muestra y analizaron las ofertas y servicios de cada una.
Algunos de estos servicios tienen subsidios del Estado, especialmente del Consejo Nacional para la Persona Adulta Mayor (Conapam), pero otros son privados y deben pagarse de bolsillo.
Se hallaron cinco tipos de centros:
Residencias de larga estancia. El promedio del servicio mensual si se tiene subsidio es ¢658.928, y en los que no lo tienen es de ¢804.285 por persona.
Centros de día. El promedio en un centro subsidiado es de ¢278.000 mensuales, en un centro privado ronda los ¢436.000 mensuales.
Servicios de atención domiciliar. Son cuidadores o acompañantes que pasan horas con las personas adultas mayores. Cobran en promedio ¢200.000 al mes por cinco horas diarias, cinco días a la semana. Si se contrata a una empresa especializada, los cobros aumentan a ¢400.000.
Teleasistencia domiciliar. Se ofrece de manera gratuita a la Municipalidad de Heredia; hay un proyecto piloto con 317 usuarios. Otros programas cobran ¢8.900 mensuales.
Transferencias monetarias para el cuidado en el entorno familiar. Subsidios directos para el cuido que algunas instituciones dan a un familiar.

Los hogares de larga estancia, pensados en quienes tienen mayores niveles de dependencia, también tienen una oferta limitada, pues no ha crecido significativamente en los últimos años.
El Ministerio de Salud tenía inscritos 128 centros de larga estancia en el 2024, con capacidades para entre cuatro y 210 personas.
Para quienes tienen necesidades que pueden resolverse en casa, la plataforma cuidar.cr, creada por instituciones estatales, busca conectar con quienes ofrecen distintos servicios.
Fondos insuficientes
El informe reconoce que Costa Rica tiene, desde 2022, el Sistema Nacional de Cuidados y Apoyos (Sinca), para personas adultas y adultas mayores en situación de dependencia. Está compuesta por 12 instituciones, pero no cuenta con los recursos necesarios para operar.
“El Sinca fue creado sin nuevos recursos económicos, lo cual pone en riesgo su sostenibilidad a mediano plazo”, enfatiza el reporte.
El país invierte cerca del 0,1% del PIB en esta materia.
“Nosotros le llamamos promesa democrática sin sustento económico. Se hace una ley, pero se ‘jalan’ uno que otro recurso de instituciones que ya de por sí operan con muy pocos recursos. Y con un sesgo en atender pobreza, cuando también hay necesidades en la clase media”, apuntó la investigadora.
El informe detalla: “cuando se calcula la prevalencia y los costes de los servicios, se detecta una brecha de financiamiento del 0,4% del PIB si se atendiera según la ley”.
Rodríguez precisó: “y eso es hoy, en unos años probablemente se necesite mucho más del PIB. Pero hoy ni siquiera estamos con lo básico y este país tiene problemas para ver a largo plazo”.
El doctor Morales agregó: “los hogares que pueden atender a los más pobres necesitan financiamiento también. Hacen esfuerzos heroicos y necesitan mucho más de lo que tienen para ampliar oferta. El Estado no les da lo suficiente”.
Una alternativa, expresó la investigadora, es pensar en modelos de copago para quienes sí puedan pagarlos. Esto también podría aumentar el rango. Uno de los problemas encontrados en el informe es que el enfoque se planteó como universal, pero se enfocó en pobreza, lo que limita la cobertura al comparar con otros países de la OCDE.

La Nación consultó con el Conapam, pero por medio de su oficina de prensa se indicó que su directora ejecutiva estaba de gira. Se le dejó un mensaje en su teléfono celular, pero no hubo respuesta.
Los gobiernos locales pueden tener incidencia con algunos programas, pero el informe recalca que no se le puede achacar toda la responsabilidad.
“Debería haber un ente rector encargado de formular y coordinar muchas de estas políticas, pero tenemos un ente muy débil, muy fragmentado. Los gobiernos locales son un ente importante en la identificación con las comunidades, pero no todas las municipalidades tienen los mismos recursos, hay muchas que los tienen muy limitados. Si se les encarga a lo local va a aumentar la fragmentación”, manifestó Natalia.
Tareas pendientes
El próximo gobierno tendrá dentro de sus tareas resolver la atención de una población cada vez más numerosa, no solo en adultos mayores, también en mayores de 80, que tienen en promedio una mayor fragilidad.
“Es un tema que nadie habla porque se sigue resolviendo en la esfera de los hogares, pero debemos mirar más allá y ver que se necesita hablar. Debimos haber resuelto hace 20 años, pero cada día que pasa será más difícil”, resumió la investigadora.
El economista añadió: “es un problema del que no hablamos cuando debimos hablar, ya nos estalló y seguimos sin hablarlo. Usted no oye a los candidatos a la presidencia hablar de esto”.
A nivel de gobierno se requiere pensar en servicios de cuido que abarquen más servicios, más complejos, para más personas.
“No se logra de un día para otro. Hay que dar mucha sensibilización, mucha educación y contar con el apoyo de todas las organizaciones de bienestar social”, dijo el doctor Morales.
En el terreno personal es necesario pensar en cotizar para una pensión, pero también, a quienes les es posible, tener un ahorro para enfrentar las necesidades de salud y de cuido que se puedan avecinar.
Además, es necesario invertir en promoción de la salud: no fumar, comer de forma saludable, realizar actividad física, todo esto bajará los niveles de dependencia.
