Kelly fue la primera perrita que llegó a la Unidad Canina de Casa Presidencial años atrás, pero este domingo volvió a ser protagonista, pues fue la que estuvo al frente de las inspecciones de seguridad del traspaso de poderes, en una intensa jornada.
Desde las 5 a. m., esta oficial canina llegó al edificio de la Asamblea Legislativa, en Cuesta de Moras, donde junto a otros agentes perrunos inspeccionaron todo el edificio en busca de objetos explosivos o sustancias ilícitas.
No fue todo, su trabajo apenas comenzaba, pues ella estuvo presente en todos los lugares donde el mandatario Rodrigo Chaves efectuaría sus actividades protocolarias. Su labor era protegerlo a él y todos los asistentes de cualquier amenaza que lograra olfatear en la Antigua Aduana, Museo 1987 y el Museo Nacional, donde será la cena presidencial.
Kelly trabaja con tres compañeros más de Casa Presidencial, todos altamente especializados en estas labores y con pleno conocimiento de sus oficios.
Junto a esta Belga Malinois, otros agentes de Fuerza Pública y Penitenciaria se unieron a las labores de seguridad este 8 de mayo.
LEA MÁS: Traspaso de poderes implicará cierre de 300 metros a la redonda de la Asamblea Legislativa
Luego de peinar el perímetro, Kelly se ubicó al frente del Congreso, donde revisó los equipos de prensa que, uno a uno, iban ingresando al evento, mientras que sus compañeros de cuatro patas se distribuyeron otros trabajos en diversos puntos del sector.
Reconocida oficial
Kelly ya está acostumbrada a las largas jornadas que transcurren con mucho ajetreo de intensas olfateadas para detectar amenazas y pequeños descansos en medio de los operativos.
Alejandro González, de la Unidad de Protección Presidencial, explicó que esta agente de cuatro patas llegó a la unidad especial de seguridad a mediados del año 2015, cuando fungía como presidente Luis Guillermo Solií, primer gobernante al que resguardó.
Antes de la llegada de Kelly al Ministerio de la Presidencia no habían canes que se dedicaran a esta labor de forma exclusiva. Ella llegó para quedarse.
A primera vista, su presencia intimida, su mirada y su porte infunden temor, sin duda alguna se impone como agente de seguridad, pero al mismo tiempo puede ser una perrita dulce que juega y disfruta de mimos.
LEA MÁS: DEL ARCHIVO: Policías caninos llegan en relevo de compañeros retirados
Aunque pasa rodeada de gente, en medio de ruidos e inspecciones, Kelly no se ve ansiosa. Esto, dijo González, se debe a los años que lleva de práctica. “Si usted nunca trae a un perro a trabajar en este tipo de ambientes, esto es porque la ansiedad que ellos tienen al trabajar es mucha”, explicó el agente.
Otro de los trucos que tienen los agentes para mantener a los perros de la unidad presidencial tranquilos, es trabajar con descansos, es por eso que Kelly trabaja 30 minutos, luego se toma un descanso y bebe agua, después se incorpora nuevamente para continuar sus labores como can guardián del presidente.