
“El lugar del desastre definitivamente que es grotesco”, describió La Nación el 17 de mayo de 1975 sobre el escenario donde se estrelló un avión de la Fuerza Aérea Hondureña, desaparecido casi cinco meses antes.
El vuelo se dirigía hacia la Base Aérea del Comando Aéreo del Caribe de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en la zona del Canal en Panamá.
En el sitio, se encontraron pedazos de metal arrugados y negros por el fuego, desperdigados en un área aproximada de 100 metros cuadrados. Troncos quebrados, piedras y tierra cubrían la mayoría del avión, que a su vez sepultó algunos de los cadáveres.
El desastre fue encontrado a la mitad de un precipicio, que presenta un gran derrumbe provocado por el impacto de la aeronave cuando lo chocó de frente.
Una caravana de cruzrojistas y bomberos salieron en la madrugada desde San José, y llegaron a primeras horas de la mañana para rescatar los cadáveres y los restos del avión, encontrado por un cazador de pájaros y sus dos hijos.
Luego de una hora de haber abandonado la carretera, en medio de la fría vegetación, los rescatistas llegaron al lugar del siniestro.
Las labores fueron complicadas, pues la nave prácticamente se desintegró y sus piezas quedaron dispersas sobre las copas de los árboles o aprisionadas en medio de la tierra del derrumbe.
El primer guardia civil, Saúl Vargas, que llegó acompañado del fotógrafo de La Nación, “quedó unos minutos perplejo y desconcertado ante el espectáculo que tenía frente a sus ojos”.
La cantidad de muertos no trascendió ese día.
La curiosidad: Error del ‘New York Times’
El enviado especial de La Nación a Nueva York, Danilo Arias Madrigal, evidencia el error del New York Times, que mencionó a San Juan, la capital de Puerto Rico, como la capital de Costa Rica. “Vuelve a confundir lo que no haría ni un alumno de primaria en nuestro país”, comentó el periodista.