El Juzgado Penal del II Circuito Judicial de San José ordenó un año de prisión preventiva contra seis presuntos integrantes de una organización criminal investigada por el asesinato de Geiner Zamora Hidalgo, jefe de la Unidad de Crimen Organizado del OIJ en Pococí–Guápiles.
La medida fue solicitada por la Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada, tras una serie de allanamientos realizados el lunes.
Los imputados son de apellidos Centeno Álvarez, Méndez Núñez (mujer), Rojas Zamora, Moya Delgado (mujer) y Cervantes Rojas.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvo el lunes a personas sospechosas de participar en el homicidio del agente judicial, ocurrido el 31 de enero anterior en Pococí.
Durante los operativos también fueron intervenidos dos centros penales, donde permanecen recluidos Castro Moya, señalado como líder del grupo, y Méndez Núñez, quienes no enfrentaron la audiencia de medidas cautelares por encontrarse ya detenidos por otros casos.
Las capturas se realizaron durante 14 allanamientos ejecutados por la Oficina Especializada contra la Delincuencia Organizada (OECDO), como parte de una operación que además permitió desarticular a una organización criminal dedicada al tráfico local de drogas.
Nexo con el grupo de “Diablo”
De acuerdo con la investigación, desde julio del 2019 y hasta noviembre del 2025 los sospechosos habrían formado parte de una célula criminal dirigida por Alejandro Arias Monge, alias Diablo, dedicada al tráfico de drogas en Toro Amarillo y otros sectores de Guápiles.
Esa estructura quedó bajo la mira de Zamora, quien dirigía las pesquisas en su contra. Según la Fiscalía, esa vigilancia motivó al líder del grupo a ordenar la muerte del funcionario.
El expediente detalla que el 31 de enero dos de los sospechosos llegaron a un bar donde Zamora compartía con otras personas. Uno de ellos entabló conversación con el investigador, mientras el otro lo fotografió para confirmar su presencia. La imagen habría sido enviada a un tercer miembro de la organización.
Más tarde, siempre según la investigación, Méndez ingresó al local y disparó seis veces contra el jefe policial. Zamora fue trasladado de emergencia a un centro médico, donde murió el 4 de febrero.
La Fiscalía sostiene que la mujer de apellido Méndez, hermana del presunto sicario, se encargó de cobrar el pago por el homicidio.
A Centeno se le atribuye haber proporcionado al gatillero un abrigo para ocultar su identidad, mientras que al resto se les vincula con las actividades de venta de droga del grupo.
El caso se tramita bajo el expediente 25-000001-1981-PE y permanece en desarrollo.
La Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada continuará las diligencias para determinar el grado de participación de cada imputado y consolidar la acusación por crimen organizado y homicidio calificado.
