
“La noticia corrió como un rumor por todos los rincones: Margarita Bertheau, una de las mejores pintoras costarricenses, había muerto”, reportó La Nación el 22 de noviembre de 1975.
Descrita como tremendamente humana, sencilla y con una gran vitalidad creadora, Bertheau poseía un espíritu sensible y creador, luchando sobre contra los moldes del tradicionalismo.
“Al pintar soy yo misma, me son indiferentes las escuelas pictóricas... frente a la grandeza de la naturaleza siento la libertad, la independencia y la intuición propias al sentimiento artístico sin cadenas o compromisos extraestéticos que tienden a fortalecer lo impersonal y a destruir la aristocracia de la mente, base de toda actividad humana profunda y duradera”, fue una de las citas de la pintora recordadas tras su muerte.
Bertheau nació en San José en 1913, de padres cubanos. Estudió ballet, pintura en Bogotá y Cuba. Impartía lecciones en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica.
Recibió infinidad de galardones por su obra, entre ellos el premio de pintura Aquileo Echeverría y el premio de los Juegos Florales Latinoamericanos de Guatemala.
“Es difícil reconocer y aceptar que Margarita ha muerto y que ya no la veremos más en los corredores de Bellas Artes con su amplia sonrisa. Es difícil aceptar que ya no la encontraremos frente a una taza de café, con su charla densa de humanidad y de luz, ya no estará en su estudio, entre acuarelas y dibujos, ya no caminará por Escazú con sus pinceles y telas”, manifestó la ministra de Cultura, Carmen Naranjo.
La curiosidad: Quieren prohibir las artes marciales
Enrique de Mezerville Robles, en Cartas a la Columna, afirma que resulta irónico que algunos diputados quieran prohibir las artes marciales, cuando cualquiera que lo desee puede tener un arma de fuego.

