La familia de Marco Calzada, joven de 19 años asesinado por asaltantes en San José, el pasado 2 de julio, donaron varias guitarras a la comunidad indígena. Así lo confirmó en sus redes sociales Monseñor Javier Román Arias, obispo en Puerto Limón.
“Doy gracias a Dios porque nos permite ser testigos de su amor y de su paz. Ante mi llamado de ayuda a que nos donaran guitarras para que los indígenas aprendan a tocarlas, una de las familias que decidió ayudar es la del joven Marco Calzada”, escribió el religioso.
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Los instrumentos fueron entregados en la Casa Episcopal de Limón por los padres de Marco: Mario Calzada y su esposa Gabriela Valverde, junto a sus dos hijas.
“Dios los bendiga por seguir siendo ejemplo vivo de la misericordia de Dios y de lo que la fe produce en quienes lo aman de todo corazón”, concluyó el obispo.
Una familia llena de fe
A pesar de sufrir la pérdida de Marco, la familia Calzada Valverde no se dejó vencer por la tristeza.
“No caben en nuestro corazón rencor, ni remordimiento por lo que pasó, tenemos fe que Marco nos ayudó a prepararnos, todo lo que hemos crecido es porque Marco traía una luz increíble, que no era normal”, comentó Mario durante el funeral de su hijo en el tempo de Loreto, en Pavas, el 4 de julio anterior.
La familia pertenece a Ignis Mundi, una comunidad católica misionera, que se encarga de repartir un mensaje de amor y dar a conocer a Dios en las comunidades más vulnerables del país.
Incluso, semanas antes de la muerte de Marco, la familia decidió mudarse de Rohrmoser, Pavas, a Los Guido, Desamparados, para apoyar la misión que ahí se realiza. Decisión que luego de la pérdida no cambió, sino que por el contrario, según la familia, “se reforzó”.
“Costa Rica y el Mundo la ocupa, no ocupa menos criminales, ocupa más familias que se involucren con tanto joven que está en problemas fuertísimos. Hay muchas familias que carecen de amor, carecen de Cristo y no ocupamos menos de ellos, ocupamos más de nosotros, que vayamos a ayudar”, agregó Mario en las honras fúnebres.

El crimen
Marco murió la noche del sábado 2 de julio, luego de ser atacado con un arma blanca por delincuentes cerca de la entrada al Barrio Chino, en San José. El joven regresaba de estar con sus amigos en La California, zona de bares en la capital.
El director de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, indicó a La Nación que en un inicio se implicó en el ataque a cuatro personas, pero con la revisión de más imágenes de vigilancia, se percataron que en realidad eran cinco los posibles involucrados en el homicidio del universitario.
De momento, los cinco sospechosos permanecen en prisión preventiva, mientras el Organismo de Investigación Judicial investiga el móvil del crimen. Tres de los detenidos son menores de edad (dos de 17 y uno de 14 años) y dos mayores (19 y 21 años).
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