
Respirar durante mucho tiempo el aire del Parque Nacional Volcán Poás podría generar alergias en la población más sensible y hasta en las personas que no son sensibles, por la sinergia producida por una alta concentración de dióxido de azufre y ceniza, según un informe de la calidad del aire, elaborado por la Escuela de Química de la Universidad Nacional (UNA).
Desde marzo, el volcán Poás ha incrementado su actividad. Sin embargo, a finales de abril se registraron sus pulsos más significativos. Se constataron afectaciones en los ríos, la agricultura y la ganadería.
El documento de la UNA indicó que la calidad de aire ha sido variable durante la noche del 29 de abril, con valores, entre “moderado, pobre, muy pobre y severo”, debido a que se tuvo concentraciones de dióxido de azufre (entre 161 µg/m3 hasta 552 µg/m3). “La concentración de material particulado suspendido en el aire (ceniza) tuvo valores entre 119 µg/m3 y 771 ug/m3”.
Expertos recordaron la importancia de apegarse a las normas de seguridad, pues existe el riesgo de erupciones freáticas (combinación con materiales magmáticos) que podrían lanzar piedras incandescentes como “proyectiles balísticos”, lo que representa un peligro mortal para quienes se encuentren cerca del cráter, sobre todo visitantes no autorizados.
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Entre las 12 a. m., y la 1:45 a. m., de este miércoles se registró una calidad del aire “severo”, con una alta concentración de dióxido de azufre y de material particulado (ceniza) de diferentes tamaños.
La estación de monitoreo de calidad del aire se ubica en San Luis de Grecia. El equipo es un Pollusense marca OIZOM. Mide parámetros meteorológicos (temperatura, humedad relativa, velocidad y dirección del viento), gases (NO2, O3, H2S, SO2, TVOC, CH4) y material particulado (PM1, PM2.5, PM10 y PM100). Para la escala del Índice de Calidad del Aire se utiliza una escala que va de “bueno hasta severo”.
Riesgos y recomendaciones
El contacto con la ceniza volcánica representa un riesgo importante para las vías respiratorias, la piel y el sistema gastrointestinal, según especialistas.
Para proteger las vías respiratorias recomiendan cubrirse con mascarillas N-95, consideradas de fácil acceso y con alta efectividad para filtrar partículas finas de ceniza. En ausencia de estas mascarillas, sugieren paños húmedos para cubrir la nariz y la boca.
Para proteger la piel se aconseja lavar las áreas expuestas con agua y jabón neutro, seguido de una hidratación continua mediante cremas hidratantes.
Respecto a la prevención de problemas gastrointestinales, se aconseja a lavar minuciosamente frutas y verduras antes de consumirlas y verificar que el agua potable no esté contaminada con ceniza.