Amner Vargas estaba afuera de su casa, en Cajón de Grecia, cuando el volcán Poás hizo una gigantesca erupción a las 2:14 de la tarde del lunes 21 de abril. La columna de humo se elevó a más de cuatro kilómetros de altura sobre el cráter, envolviendo los alrededores en un manto gris, como una especie de neblina.
Todo quedó cubierto de ceniza y los vecinos están preocupados porque el material puede quemar la flor del café y afectar la producción del grano. Además, el ganado no encuentra zacate para alimentarse, lo que podría reducir la producción de leche.
Niños con dolores de cabeza y náuseas
Uno de los puntos más críticos es el distrito de Toro Amarillo, en Sarchí, donde los ríos Desagüe, Anono, Gorrión y Agrio transportan grandes cantidades de material volcánico en forma de lahares (flujos de lodo). Estos flujos podrían intensificarse con las lluvias en la cima del volcán.
Mediante un recorrido por la región, La Nación comprobó que el río Desagüe se tiñó de gris debido a las cenizas y material volcánico, y hay señalización que advierte sobre “zona de peligro volcánico alto”,
“No se debe tocar, consumir ni acercarse a estos ríos. El material arrastrado puede contener sustancias altamente peligrosas para la salud”, alertó la CNE.
Amner Vargas, habitante de Grecia, a unos 10 kilómetros del Volcán Poás, dijo que los maestros de las escuelas refieren que, con el olor “insoportable” de los gases que se ha expulsado el macizo, los niños han manifestado “muchos dolores de cabeza y náuseas”. Eso los tiene preocupados.
Los habitantes de los alrededores del volcán han tenido que limpiar constantemente los techos de las casas y los carros, debido a que los metales tienden a oxidarse más rápido cuando hay presencia de este material, dijo Vargas.
“Estando las ventanas cerradas de mi casa, todavía pudimos recoger cenizas”, agregó.

El lugareño también mostró inquietud por las mascotas, pues dice que tienen que estar atentos a cambiarles el agua y los alimentos constantemente, para evitar que ingieran material volcánico.
En las zonas con alerta amarilla, como Poás y Alajuela, se anticipa un aumento en la percepción de ceniza y gases debido a los cambios en la dirección del viento. Las autoridades recomiendan evitar la exposición prolongada al aire libre y mantenerse informados mediante canales oficiales.
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La Nación informó de la muerte de dos novillos en esta zona, antes de Semana Santa, de acuerdo a un reporte del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa). “Bajas de condiciones físicas, pelo hirsuto, deprimidas. Pérdida de apetito sin mejoras”, se indicó en el escrito.
Estas son algunas de las afectaciones que se registran a consecuencia de la acción eruptiva del Poás en los últimos días, cuando se han producido los mayores pulsos energéticos desde que se inició la actividad, en marzo de este año, según el científico Cyril Müller, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
Además, los maestros de la zona hablan de niños con malestares como dolor de cabeza y náuseas debido a la emisión de gases, y a fuentes de agua afectadas por materiales volcánicos.

Erupciones de este miércoles
Este miércoles 23 de abril se registraron al menos tres erupciones; la primera a las 5:29 a. m., según el Ovsicori. La pluma se elevó unos 3.500 metros sobre el cráter.
A las 7:44 a. m., el coloso hizo la segunda erupción que se prolongó hasta las 8:13 a. m., cuando empezó a decaer el lanzamiento sostenido de cenizas y gases.
Asimismo, a las 2:14 p. m., el macizo lanzó una columna de materiales, ceniza, vapor y otros gases a una altura de 4 kilómetros, que fue vista desde puntos lejanos del Valle Central.

Alerta roja
A raíz de estos eventos, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) elevó a alerta roja el nivel de vigilancia en el Parque Nacional Volcán Poás.
La decisión fue tomada luego de una evaluación técnica. La actividad ha generado una intensa emisión de ceniza, gases y fragmentos de roca (bloques balísticos), que representan un riesgo directo para visitantes y personal de esa área protegida.
“Se declara alerta máxima en todas las áreas del Parque Nacional Poás. Además, se aumentó el nivel de alerta en siete cantones”, comunicó la CNE.
La alerta roja implica el cierre total del Parque Nacional y la prohibición del ingreso de visitantes. El sitio es actualmente el más expuesto a eventos súbitos como explosiones freáticas, caída de bloques y concentración de gases nocivos.
Según la entidad, los cantones de Grecia y Sarchí pasaron a alerta naranja, mientras que Poás, Alajuela, Río Cuarto, Zarcero y Naranjo se mantienen bajo alerta amarilla, dado el impacto indirecto por la caída de ceniza y dispersión de gases.
En Grecia y Sarchí, donde rige la alerta naranja, las autoridades solicitan a la población extremar precauciones, especialmente en áreas expuestas a la ceniza y gases irritantes. El Ministerio de Salud recomienda el uso de mascarillas, así como colocar paños húmedos en ranuras de puertas y ventanas para reducir el ingreso de partículas al hogar.
Actividad podría extenderse durante meses
Cyril Müller, científico del Ovsicori, dijo que es difícil predecir lo que pueda pasar, pero si se sigue obstruyendo la superficie del volcán, es probable que las erupciones pueden extenderse durante más tiempo. “Puede ser que la actividad siga durante las próximas semanas, o tal vez, durante meses”, apuntó.
Müller dijo que este escenario es parecido a la actividad del volcán en 2017, e incluso podría durar más ahora. “La lluvia ácida es un posible peligro, así cómo la caída de cenizas”, advirtió.
La afectación en la agricultura y la ganadería va a depender de la duración de la actividad volcánica y la exposición que se tenga a los materiales, valoró el experto.