
El niño Santigo Mena, estudiante de tercer año de la escuela España del centro de San José, fue el encargado de dar apertura al acto del 204 aniversario de Independencia de Costa Rica.
Mena inició su discurso saludando al presidente Rodrigo Chaves, quien fue el gran ausente del acto oficial de Independencia, sin todavía explicar cuál fue el motivo de no haber asistido al evento patriótico.
El niño explicó por qué se siente orgulloso de ser costarricense: “Costa Rica es un país pequeñito en el mapa, pero grandísimo en el corazón. Aquí no tenemos Ejército pero sí tenemos paz; aquí no tenemos nieve pero sí tenemos un sol que nos calienta el alma”.
El acto se llevó a cabo este lunes 15 de setiembre en el Parque Nacional de San José, donde asistieron autoridades de gobierno, entre ellas, jerarcas de distintos ministerios.
El niño Mena estuvo en la tarima principal, junto a la vicepresidenta y ministra de Salud, Mary Munive, el ministro de Educación, Leonardo Sánchez y el alcalde de San José, Diego Miranda.
Entre los presentes hubo representantes de las embajadas de países centroamericanos y autoridades municipales, quienes hicieron la tradicional entrega de honores al Monumento Nacional.
Varios niños sostuvieron banderas de Costa Rica y del resto de países de Centroamérica alrededor del monumento.
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La ceremonia fue amenizada por la Banda Nacional de San José y el grupo de baile floclórico La Malacrianza, Fundación Floklórica y Cultural, quienes estuvieron a cargo del acto cultural.
El estudiante Mena dijo que aunque Costa Rica no es un país perfecto, “tenemos gente trabajadora, buena, con el corazón lleno de esperanza”.
Luego preguntó: “¿Sabían que la tea es una antorcha? es la luz que nunca debemos apagar. Esa luz que nos acompaña cuando hay miedo, problemas, o cuando las cosas no pasan como queremos".
Mena, de lentes, iba vestido con una camisa larga blanca, un pantalón café, con un corbatín morado en el cuello y un fajón del mismo color en la cintura.

“Aprendemos a ser valientes con el corazón, no con las armas”
El escolar afirmó que mantener encendida la tea “es nunca rendirse, es creer que juntos podemos lograr cosas grandes, y es amar nuestra patria con hechos, no sólo con palabras”.
Luego, Mena subió el tono por la emoción: “Yo estoy orgulloso de ser costarricense, porque aquí se escucha el canto del yigüirro, se huele el cafecito por la mañana y se siente el calor de una familia unida”.
Al finalizar su intervención, Mena dijo que en Costa Rica “aprendemos a ser valientes con el corazón, no con las armas”.
Los presentes, en el Parque Nacional, aplaudieron al niño.