“Terrible. Bastante nerviosa. Era algo nuevo para mí. Apenas saliendo del colegio, tuve que planear una clase y casi no dominaba nada porque venía saliendo del colegio y pararse frente a niños, de pronto es complicado”.
Con esas palabras describe Grettel Orozco su primer día como maestra cabécar en la escuela de Isla Cohen, en el Valle La Estrella, Limón. Esta joven de 21 años es docente desde el año pasado.
Su caso es solo uno entre cientos de indígenas que son nombrados cada año sin poseer un título universitario que los respalde como educadores, y sin una capacitación inicial que los oriente en técnicas de evaluación o planeamiento de clases. Solo basta la secundaria.

“Sin nada de capacitación, nada más llegué y me dijeron que fuera a clases. A mí me ayudó un amigo que me explicó un poco”, lamentó Reynier López, cabécar nombrado como maestro de primaria en la escuela Pablú Presbi Moi.
“El primer día, estaba desorientada. Fueron otros compañeros con más de experiencia quienes me orientaron”, dijo Agustina Morales, maestra de lengua en la Escuela San Vicente, en Talamanca.
Todos los maestros consultados dijeron recibir capacitaciones por primera vez hasta un año después de haber iniciado sus labores.
Poca claridad. Los nombramientos se dan bajo la categoría de aspirantes y los únicos requisitos son comprobar que son indígenas, hablar una lengua indígena y haber terminado la secundaria.
Así lo establece un decreto ejecutivo firmado por la presidenta Laura Chinchilla, en 2013.
No obstante, el Ministerio de Educación Pública (MEP) desconoce la cantidad de maestros nombrados en esta condición en zonas indígenas. La Nación solicitó ese dato desde el 27 de enero, pero el MEP no lo dio. Su oficina de prensa se limitó a decir que el Departamento de Recursos Humanos no tiene la cifra.
“Hemos estado dando inducción a maestros que ingresan por primera vez en el transcurso del año”, declaró Maylin González, asesora nacional de Asuntos Indígenas del MEP.
González justificó que, tras la publicación del decreto, se han dado muchos nombramientos nuevos y, por esta razón, muchas personas han ingresado sin inducción.
En el país, hay 259 escuelas indígenas que atienden 8.450 menores; además, hay 31 colegios con 3.000 estudiantes, según el MEP.
El porcentaje de quienes repiten en estas escuelas es del 13,1% y para colegios del 15,1%.
Ante la falta de espacios para la profesionalización de docentes indígenas, la Universidad Nacional (UNA) abrió un programa para estudiantes de estos sitios.
La institución lleva los profesores hasta las comunidades indígenas, permite el ingreso sin hacer examen de admisión y asiste con becas en los casos que corresponda, explicó Kenneth Cubillo, director de la División de Educación Rural de la UNA.
“Creemos que la Universidad debe salir a las comunidades. Las comunidades rurales han demostrado que tienen a las personas que pueden ser los formadores de sus pobladores”, afirmó Cubillo.
Actualmente, la Universidad Nacional prepara un grupo de 206 estudiantes de zonas como Corredores, Buenos Aires, La Fortuna y Talamanca en la carrera de Educación en I y II ciclos.