Bombines y sombreros abundaron para cubrir las cabezas rapadas de los estudiantes. (Rafael Pacheco Granados)
Texto original publicado por La Nación el 19 de marzo de 1972.
Se iniciaron las clases en la Universidad de Costa Rica (UCR) y comenzó el parloteo de la primera huelga estudiantil. Este calorcito de marzo, como el de todos los años, es el mejor incubador del ya tradicional paro de labores en abril. Un comentarista dijo por ahí que el invierno es alérgico a las huelgas o a la inversa. Primero fue el ITAN en 1969, luego ALCOA, después el 6%, y ahora el aumento en el costo de la matrícula.
Después de las vacaciones y la larga temporada veraniega, todo explota en el tono opuesto: la huelga. El primer día de clases la costumbre de la rapada es un recibimiento refrescante, pero el frío de estas noches y el deseo de esconder los cráneos desnudos que poco recomiendan al dueño, originó la aparición de la boina. Y se pusieron de moda.
Todos los años las boinas vascas, iguales que las del rector salmantino, tapizaron los corredores de Ciencias y Letras, al extremo de que los ojos del visitante, en lo alto del cuarto piso, sólo divisaban en el suelo una alfombra de colores, mágicamente cosida y en pleno movimiento, con trozos redondos de lana que ya hoy cayeron en desuso.
En todos los jardines y corredores de la Ciudad Universitaria los estudiantes hablan de la huelga. Es la comidilla del día. Y mientras se esperaba que le paro de actividades explotara, otro movimiento silente se había desarrollado en el alma máter. Fue una huelga de hecho, una huelga sin palabras, una protesta sin barricadas, sin manifestaciones, sin cartelones y sin discursos: la huelga de los sombreros.
En otras noticias:
Meningitis alarma a barrios del sur
“En los barrios del sur en esta capital se han declarado numerosos casos de meningitis”, dijeron ayer vecinos de ese popular sector. No ocultaron su alarma porque, en apariencia y según lo que dijeron saber, los casos aumentan.
Dijeron que los que más les preocupa es una aparente indiferencia de las autoridades sanitarias respectivas: “Ayer denunciamos los hechos con carácter de urgencia y se les restó importancia. Ni siquiera dijeron si se tomarían medidas sanitarias inmediatas para evitar que se declare una peste de graves proporciones. Señalaron con toda tranquilidad que ‘esos son casos esporádicos que no revisten gravedad’”-
Los vecinos quejosos declararon que creen que este posible brote de meningitis está relacionado con la acequia “María Aguilar”, cuyas putrefactas aguas inundan toda el área con sus peligrosas emanaciones, concluyeron.
Mueren siete que dio a luz una mujer
Los siete niños que ayer había dado a luz una mujer sometida a tratamientos con drogas fertilizantes fallecieron sin haber podido sobrevivir más de 15 horas. Un niño y una niña nacieron sin vida, otros dos niños murieron pocas horas más tarde y tres niñas dejaron de existir hoy.
Los siete mellizos, que pesaban entre 700 gramos y un kilo cada uno, nacieron en el centro médico permanente de Kaiser, en Santa Clara, California. El Dr. Anthony Damore, que estuvo a cargo del alumbramiento, dijo que los padres autorizaron dar informaciones sobre el hecho, pero con la condición de que no se diera a conocer su nombre.
Damore agregó que la pareja, cuya edad se acerca a los 30 años, vive en al zona de San Francisco y la madre, que es paciente suya, seguía un tratamiento de drogas fertilizantes desde hace cuatro años.