Niza, Francia. A juzgar por la numerosa cantidad de delegaciones que han arribado a esta calurosa ciudad de la Costa Azul, hay muchas expectativas en torno a la Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC 2025), que comienza este lunes.

El gobierno francés, coanfitrión de la cita junto con Costa Rica, no ha escatimado esfuerzos para visibilizar una actividad que es considerada clave en la búsqueda de acuerdos para afrontar las amenazas que acechan a la riqueza marina del planeta.
De hecho, las principales vías de Niza están empapeladas con afiches, carteles y banderines alusivos a la UNOC 2025, mientras que pantallas digitales del tranvía ofrecen imágenes y sonidos de especies marinas para ambientar a los usuarios.
Precisamente, el sábado y el domingo el tranvía era gratuito como una cortesía por la conferencia. Este servicio, moderno y eficiente, tiene una de sus estaciones finales en Port Lympia, que será la sede de la conferencia.
Se trata de un pequeño puerto rodeado por colinas y pintorescos edificios que literalmente ha sido tomado por las autoridades para brindarle protección a los dignatarios y líderes de las misiones internacionales que asisten al evento.

Por la consolidación del 30X30
Entre las delegaciones presentes, Costa Rica cuenta con la comitiva presidencial encabezada por Rodrigo Chaves y una serie de organizaciones no gubernamentales que han venido por su cuenta y con su propia agenda.
De ahí que las expectativas tengan un factor común: la protección de los océanos, pero con diferentes matices.
Por ejemplo, Franz Tattembach, ministro del Ambiente, comentó este domingo a La Nación que su expectativa es que esta conferencia permita que el mundo entero “le ponga los ojos a los océanos”, para salvar sus recursos.
Tattembach habló brevemente con este diario en el lobby del hotel Boscolo, ubicado en el céntrico sector de Jean Medecin, en donde se hospeda la delegación del gobierno.
El jerarca sostuvo que uno de los puntos más fuertes de la agenda es lograr apoyo internacional para ratificar la iniciativa 30x30 de Naciones Unidas, la cual pretende proteger el 30% de los océanos de la Tierra para el año 2030.
Conocido como Tratado de Alta Mar, este acuerdo adoptado en el 2023 permitiría crear zonas marinas protegidas y regular actividades como la pesca o la minería submarina.
El número de países que han completado el proceso asciende a 29, cifra lejana a los 60 requeridos para que el acuerdo entre en vigor.
En ese sentido, Tattembach sostuvo que el país ya logró consolidar esa meta mediante la ampliación del Área de Conservación Marina Coco y el Área de Manejo de Cabo Blanco, así como con la búsqueda de acuerdos con los pescadores.
Precisamente, dentro de la agenda de actividades de la UNOC 2025, representantes de nuestro país tienen asignado un espacio el próximo martes, para presentar sus avances sobre de la iniciativa 30X30 en nuestras aguas jurisdiccionales.
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“Tiene que haber más ambiente para la gente y eso es lo que ha logrado Costa Rica y eso es lo que está llamando la atención”, aseveró el ministro.
De promesas a compromisos concretos
Katherine Arroyo, directora ejecutiva de MarViva, también espera que la Conferencia logre la ratificación de la iniciativa 30X30. No obstante, consideró que los líderes mundiales también deben poner atención a otros temas importantes.
En ese sentido, Arroyo sostuvo que la principal expectativa de su organización es que la conferencia permita acelerar el cumplimiento de los acuerdos establecidos en el 2013, para la preservación de la vida submarina.
Ella se refiere al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14, establecido por Naciones Unidas con el fin de lograr la conservación y utilización sostenible de los océanos, mares y recursos marinos para el desarrollo sostenible.
La representante de MarViva sostuvo que en la actualidad existe un serio rezago en cuanto las metas trazadas en el ODS y que, según estimaciones, se ocuparía una inversión anual de $175.000 millones para cumplirlas.

Destacó la importancia de esta iniciativa en momentos en que los océanos afrontan mayores presiones apremiantes, debido a la crisis climática, la contaminación con plásticos y la sobreexplotación pesquera.
Por ello, espera que los Estados pasen de declaraciones voluntarias a compromisos concretos y medibles que garanticen la salud del océano. “Esto tiene que incluir financiamiento y mecanismos de cumplimiento”, aseveró.
También consideró Arroyo consideró que la UNOC 2025 debe abrir espacios de comunicación sobre la necesidad de fortalecer la ciencia marina y el acceso a datos abiertos sobre esta materia.
Isla del Coco y explotación petrolera
Alejandra Villalobos, directora de la Fundación Amigos Isla del Coco (Faico), comentó que una de las metas específicas de su organización en UNOC 2025 es posicionar a este santuario como un sitio clave y un laboratorio natural de planeta.
En ese sentido, Villalobos destacó la importancia de promover espacios educativos y de sensibilización, así como el intercambio de conocimientos, aprendizajes y modelos estratégicos que permitan mejorar el manejo del Parque.
Con respecto a la agenda general de la Conferencia, consideró relevante conocer, con base en datos, el estado actual de la biodiversidad del océano, las amenazas que afronta y el impacto sobre la humanidad.
También señaló que debe ser un escenario para revisar los acuerdos tomados en las dos conferencias de anteriores, así como la capacidad de implementarlos, con el fin de ajustar el rumbo tomando en cuenta la tecnología existente.
Por su parte, Carolina Sánchez, de la Fundación Quantum en Costa Rica, sostuvo que la cita también brinda una oportunidad para levantar la voz para evitar que el Caribe del continente americano se convierta “en la próxima fuente de petróleo del mundo”.
Sánchez expresó preocupación por proyectos que se están gestando en algunos países de la región sobre exploración y explotación de combustibles fósiles en el océano.
La Fundación que ella representa coordina a la Red del Gran Caribe Libre de Fósiles, que va a participar en dos eventos paralelos en Niza, donde se abordarán temas sobre derechos humanos y desechos fósiles, y las nuevas fronteras del petróleo.
“Queremos alzar la voz porque no se puede estar hablando de conservación de océanos, mientras que las petroleras siguen expendiendo su negocio en él. Esa es la idea de nuestra participación acá“, comentó.