Tras varios años marcados por alzas abruptas, ajustes frecuentes y una elevada incertidumbre internacional, el 2025 devolvió los precios de los combustibles en Costa Rica a un terreno conocido.
Lejos de picos alcanzados luego del período de aislamiento más crítico de la pandemia y el encarecimiento a partir de febrero de 2022 por la invasión rusa de Ucrania, el comportamiento de los precios durante este año se asemejó más al de la etapa previa a la crisis sanitaria.
El análisis de los costos promedio al consumidor final evidencia que el 2025 no fue un año excepcional, ni por caro ni por barato.
En términos históricos, los valores registrados se alinearon con los observados en 2018, uno de los últimos años de estabilidad antes del quiebre que supuso la pandemia y la posterior disrupción del mercado energético global.
La diferencia promedio entre los precios de ambos años ronda los ¢17 por litro, lo que equivale a una variación cercana al 2,6% entre los promedios de 2018 y este 2025, según datos de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Se trata de la brecha más reducida dentro de las series analizadas (gasolinas, diésel y gas para cocinar) y refleja una normalización gradual del mercado interno, luego de los fuertes incrementos de 2022 y de los niveles todavía elevados observados en 2023 y 2024.
En promedio, las gasolinas y el diésel cerraron el 2025 con precios inferiores a los del año 2024.
La gasolina súper y la regular mostraron rebajas interanuales superiores al 5% frente al año pasado, mientras que el diésel registró la caída más marcada, cercana al 8%.
Solo el gas de cocina presentó un leve incremento, sin alterar la tendencia general.
¿Por qué pasó esto?
La Cámara de Empresarios del Combustible atribuyó este comportamiento del 2025 a una combinación de factores externos e internos que favorecieron la estabilidad.
Entre ellos, destacó un contexto internacional menos presionado y un tipo de cambio del colón frente al dólar relativamente estable, elementos que limitaron los ajustes tarifarios aplicados en el país.
Según estimaciones de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), el precio promedio anual del crudo WTI se ubicó en $65,68 por barril, por debajo del promedio registrado en el 2024.
A este escenario se sumó un superávit de oferta petrolera, impulsado por aumentos de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+), que contribuyó a contener presiones alcistas en los mercados internacionales.
Además, el comportamiento del tipo de cambio del colón frente al dólar en el 2025 fue un factor clave para contener los precios internos de los combustibles.
Según la información oficial del Banco Central de Costa Rica, el colón mostró una apreciación sostenida frente al dólar entre enero de 2024 y este mes, con una tendencia descendente tanto en el tipo de cambio de compra como de venta y sin episodios de volatilidad abrupta.
Esa estabilidad cambiaria redujo el costo en colones de las importaciones petroleras que hace la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y que se transan en dólares, y ayudó a amortiguar el impacto de los precios internacionales del crudo en el mercado local.
Recope informó un ahorro de $31,9 millones en la factura petrolera durante el primer semestre del 2025, resultado de precios internacionales más bajos y de la apreciación del colón frente al dólar.
Esas condiciones internas y externas se trasladaron al mercado local mediante ajustes de precios más moderados de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) a partir de las importaciones de Recope.
Durante el 2025, explicaron los empresarios, las variaciones de precios extraordinarias de ambas gasolinas se mantuvieron, en promedio, por debajo de los ¢30 por litro.
En el caso del diésel, aunque se observaron incrementos puntuales asociados a mayores costos de refinación y a tensiones geopolíticas globales, el precio sí se mantuvo consistentemente por debajo del nivel del año previo.
