
Cuatro capibaras, incluido un trío de crías, se recuperan exitosamente en el centro Rescate Wildlife Rescue Zoo Ave, en La Garita de Alajuela, luego de ser decomisadas en un operativo policial el pasado 22 de mayo. En unos días, empezarán una nueva dinámica de exposición al público por el resto de sus vidas.
Llegaron al refugio en estado de estrés, desorientados y sin sus padres. Uno de los cinco ejemplares (el macho), no logró sobrevivir, víctima del maltrato previo a su rescate.
Desde entonces, los cuatro sobrevivientes han permanecido en cuarentena obligatoria, como parte de los protocolos de salud y adaptación que el refugio aplica a toda especie rescatada.
Según Dennis Janik, director ejecutivo del Refugio, las crías muestran una evolución positiva y pronto serán trasladadas a un recinto especialmente diseñado para ellas.
Este nuevo espacio —amplio, abierto, con lago, cueva de refugio y una jaula de contención para atención médica— responde a las características naturales de la especie (Hydrochoerus hydrochaeris), que no habita en zonas boscosas, sino en campos abiertos.
La mudanza al nuevo recinto se prevé entre el 22 y el 23 de junio, una vez que finalicen su periodo de cuarentena.
Posteriormente, entre la última semana de junio y los primeros días de julio, comenzará un proceso gradual de exhibición al público.
“Como estarán en cautiverio por el resto de su vida, es importante que desde ya tengan cierta exposición a personas. Son crías, lo que facilita su adaptación, y este es el momento ideal para iniciar ese proceso”, señaló Janik.
El vocero aclaró que al principio no siempre serán visibles para los visitantes, ya que los animales tienden a buscar privacidad cuando perciben la presencia de personas desconocidas.
“La gente a veces se queja porque no ve a los animales, pero su bienestar está primero. Es natural que busquen esconderse si sienten criaturas vivas cerca. Todo se hace pensando en lo que les permite vivir bien”, puntualizó.
Las autoridades hallaron a los capibaras en condiciones irregulares durante una revisión vehicular en Orotina, junto a 60 dosis de crack, marihuana, espuelas plásticas y dos armas blancas.
Los ocupantes del vehículo —con amplio historial delictivo— enfrentan cargos por tráfico de drogas, portación de armas y lo que podría constituir el primer caso documentado de tráfico ilegal de capibaras en Costa Rica.
