
Tegucigalpa. A menos de un mes de las elecciones presidenciales en Honduras, los principales candidatos intensificaron sus enfrentamientos este fin de semana con acusaciones cruzadas de fraude electoral, en medio de un clima político marcado por la desconfianza y las denuncias de injerencia militar.
El jueves, la presidenta Xiomara Castro, del partido de izquierda Libre, denunció que la oposición trama un “golpe electoral” para alterar los comicios del 30 de noviembre.
Su declaración surgió después de que el fiscal general, Johel Zelaya —afín al oficialismo—, divulgara audios en los que supuestamente la consejera electoral Cossette López, el diputado opositor Tomás Zambrano y un militar no identificado discuten cómo “alterar el voto popular” en perjuicio del gobierno.
Sin embargo, los partidos opositores devolvieron la acusación y afirmaron que es el oficialismo el que busca manipular los resultados a favor de la candidata del gobierno, Rixi Moncada.
“Los audios son legítimos, la oligarquía planeaba un fraude (...). Su conspiración para robarme las elecciones se ha descubierto”, afirmó Moncada durante un mitin en Talanga, unos 50 kilómetros al noreste de Tegucigalpa. La aspirante llamó a realizar protestas en todo el país para exigir elecciones limpias.
Desde la oposición, el candidato Salvador Nasralla, del Partido Liberal (PL), calificó de “muy grave” la situación democrática del país y acusó al Ejecutivo, las Fuerzas Armadas y a la propia presidenta Castro de “entorpecer” el proceso y de “amenazar a quienes defendemos la democracia”.
A la controversia se sumó la organización Transparencia Electoral, que denunció un intento del jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, de “acceder a las actas de votación”, lo que consideró una violación a la neutralidad militar y un riesgo de “injerencia indebida” en el proceso electoral.
En un comunicado conjunto, los expresidentes José María Aznar (España), Iván Duque (Colombia) y Mauricio Macri (Argentina) expresaron su “profunda preocupación” ante lo que calificaron como un posible “golpe electoral” en el país centroamericano.
Las encuestas más recientes colocan a Moncada, Nasralla y Nasry Asfura, del Partido Nacional, en un virtual empate técnico, lo que anticipa una contienda sumamente reñida.
Cerca de seis millones de hondureños están convocados a las urnas el 30 de noviembre, en un proceso sin segunda vuelta presidencial.
