
South Padre Island, Estados Unidos. SpaceX está listo para intentar este lunes un nuevo vuelo de prueba de su enorme cohete, Starship, mientras crecen las preocupaciones de que Elon Musk haya prometido demasiado sobre la capacidad de su compañía para hacer realidad los proyectos de ir a la Luna y a Marte en los próximos años.
Aunque Musk pensaba los temores de la misión estaban disipados, expertos espaciales advirtieron que el cohete podría no estar listo a tiempo. Esto a pesar de un vuelo exitoso en agosto en el que se logró un vuelo completamente controlado del Starship.
Este colosal aparato de más de 120 metros tiene programado despegar el lunes a las 18H15 desde Texas, en su undécimo vuelo de prueba. En teoría debería realizar vuelos a Marte a partir de 2026 y permitir a estadounidenses regresar a la Luna en 2027.
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Pero estas fechas parecen cada vez más difíciles de cumplir, ya que “miles de desafíos técnicos” quedan por superar, según dijo el propio Musk.
“Estamos a punto de perder la Luna”, alertaron en septiembre tres exaltos responsables de la NASA en un artículo de opinión para SpaceNews. Por otro lado, un panel independiente de expertos estimó que, al ritmo actual, la versión modificada del Starship destinada a servir de alunizador podría tener “años” de retraso.
“Es muy improbable que lleguemos a la Luna antes que China”, afirmó también Jim Bridenstine, exdirector de la NASA, frente a una comisión del Senado. El exfuncionario instó a Washington a elaborar un plan B.
El tema es crucial, ya que la administración Trump hizo referencia abiertamente a “una segunda carrera espacial” con Pekín, después de la que protagonizaron Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
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Sin embargo, la misión Artemis 3 que prevé el regreso de los estadounidenses al suelo lunar depende en parte de que el Starship haya demostrado su capacidad para realizar viajes interplanetarios de manera segura, lo cual aún no es el caso.
Aún quedan múltiples etapas por superar, especialmente el reabastecimiento de combustible una vez esté en el espacio, una maniobra extremadamente compleja que no se intentará durante este nuevo vuelo de prueba.