Seúl. Corea del Sur vivió horas de alta tensión política y social luego de que el presidente Yoon Suk Yeol decretara la ley marcial este martes, en un movimiento sin precedentes en los últimos 40 años. La medida fue anunciada como una forma de proteger al país de las “fuerzas comunistas” de Corea del Norte y de la oposición, a quienes el mandatario calificó de “fuerzas antiestatales”. Sin embargo, la reacción fue inmediata, tanto en el Parlamento como en las calles, lo que culminó con el levantamiento de la medida la madrugada de este miércoles.
¿Qué sucedió?
El presidente Yoon Suk Yeol declaró la ley marcial, argumentando que era necesario salvaguardar a Corea del Sur de las amenazas externas e internas. En su discurso televisado, el mandatario afirmó:”Para salvaguardar a una Corea del Sur liberal de las amenazas que plantean las fuerzas comunistas de Corea del Norte y para eliminar a los elementos antiestatales (...) declaro la ley marcial de emergencia.”
La medida implicó la prohibición de todas las actividades políticas, el control gubernamental sobre los medios de comunicación y el despliegue de militares en puntos estratégicos, como el Parlamento en Seúl. Varios helicópteros aterrizaron en el tejado del edificio legislativo, y soldados ingresaron brevemente al recinto antes de retirarse.
El anuncio provocó indignación dentro y fuera del país. El jefe de la oposición, Lee Jae-myung, calificó la medida como “ilegal” y llamó a la población a manifestarse frente al Parlamento. “¡Detengan a Yoon Suk Yeol!” coreaban cientos de personas que comenzaron a congregarse por la tarde del martes.
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Reacción del Legislativo
En respuesta a la medida, 190 diputados, la mayoría de la oposición, lograron entrar al Parlamento pese al despliegue militar y votaron unánimemente una moción que bloqueaba la aplicación de la ley marcial. También exigieron su levantamiento inmediato, dejando al presidente Yoon sin más opciones que aceptar la decisión del Legislativo.
En un discurso televisado en la madrugada del miércoles, Yoon Suk Yeol anunció:”Hace un momento, la Asamblea Nacional pidió que se levante el estado de emergencia, y hemos retirado a los militares desplegados para las operaciones de la ley marcial. Aceptaremos la petición de la Asamblea Nacional y levantaremos la ley marcial en una reunión del gabinete.”
El contexto político detrás de la crisis
La crisis política tiene como trasfondo un enfrentamiento entre el gobernante Partido del Poder del Pueblo y el opositor Partido Democrático por el presupuesto nacional. La semana pasada, la oposición, que controla la mayoría del Parlamento, aprobó un plan presupuestario significativamente reducido que recortaba fondos clave propuestos por el gobierno, como la lucha contra el narcotráfico y la seguridad pública.
Yoon acusó a la oposición de recortar recursos fundamentales y de actuar como “fuerzas antiestatales que intentan derrocar el régimen”. Estas acusaciones exacerbaron las tensiones entre ambos bloques políticos, desembocando en la sorpresiva declaración de la ley marcial.
Indignación internacional y rechazo público
La declaración de la ley marcial generó una ola de críticas internacionales debido al carácter autoritario de la medida en un país democrático y aliado de Estados Unidos. Además, los ciudadanos surcoreanos mostraron su descontento en las calles, cuestionando las acciones del mandatario y su capacidad de liderazgo.
“Abra la puerta, por favor. Su trabajo es proteger la Asamblea Nacional. ¿Por qué se quedan parados mientras los diputados son pisoteados?”, gritó uno de los manifestantes a los policías que custodiaban el Parlamento, según las transmisiones en vivo.
¿Qué sigue para Corea del Sur?
El levantamiento de la ley marcial pone fin a una de las mayores crisis políticas recientes en Corea del Sur, pero deja al descubierto profundas divisiones entre el gobierno y la oposición. La situación también plantea interrogantes sobre la estabilidad política del país y la capacidad del presidente Yoon Suk Yeol para manejar desafíos internos y externos en un contexto marcado por las tensiones con Corea del Norte.
La medida, aunque revertida rápidamente, marca un precedente peligroso para la democracia surcoreana y subraya la importancia de la separación de poderes en momentos de crisis política. Mientras tanto, los ciudadanos y la comunidad internacional esperan con atención los próximos movimientos del gobierno y la oposición en este tenso escenario político.