
Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo ese martes al Congreso que la “tiranía” del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, será “aplastada”.
“El dominio de la tiranía de Maduro va a ser aplastado y roto”, dijo Trump en el discurso al que invitó al líder del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, a quien Estados Unidos y más de medio centenar de países reconocen como gobernante interino por considerar que hubo irregularidades en las elecciones de 2018.
Trump pronunció su tercer mensaje sobre el Estado de la Unión en momentos en que el juicio político que enfrenta en el Senado está por concluir, muy posiblemente con la absolución, dado el predominio de su Partido Republicano en la Cámara Alta. Los demócratas acusaron al gobernante de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
La tirantez política imperante en Washington quedó de manifiesto cuando Trump rehusó saludar a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuando el gobernante ingresó. Al final del mensaje presidencial, Pelosi rompió una copia de este.
No sooner did President Donald Trump finish his State of the Union address than House Speaker Nancy Pelosi ripped it in two: https://t.co/U1x879pTRn pic.twitter.com/w0pUfXUBng
— ABC 7 Chicago (@ABC7Chicago) February 5, 2020
En su discurso, Trump manifestó que “Maduro es un gobernante ilegítimo que brutaliza a su pueblo” y en un comunicado emitido este martes la Casa Blanca destacó que el gobierno impulsa “devastadoras” sanciones contra Maduro.
La Casa Blanca confirmó la asistencia de Guaidó como “invitado especial” de Trump y su esposa, Melania, llamándolo “presidente interino de Venezuela y líder de la Asamblea Nacional venezolana elegida democráticamente”.
Tras ser reelegido líder de la Asamblea Nacional el 5 de enero, Guaidó desafió la prohibición de salir del país emitida por las autoridades leales a Maduro, y hace dos semanas emprendió un periplo internacional que lo llevó a Colombia, Europa, Canadá y Estados Unidos en busca de apoyo para relanzar su ofensiva contra el “dictador”.
“Después de que la Asamblea Nacional invocó la Constitución venezolana y declaró ilegítimo al dictador de su nación, Estados Unidos se convirtió en el primer país en reconocer a Guaidó. Hoy, Estados Unidos lidera una coalición de casi 60 países en apoyo del pueblo venezolano en su lucha por la libertad y la democracia”, indicó el Ejecutivo estadounidense en un comunicado.

Guaidó, quien considera fraudulenta la reelección de Maduro en el 2018, brega desde enero del 2019 por encabezar un gobierno de transición y organizar nuevos comicios en Venezuela. Pero sus esfuerzos no han dado frutos a pesar de la presión internacional encabezada por la administración Trump y su batería de sanciones económicas.
Previamente, y tras ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, el mandatario se negó a estrechar la mano de la demócrata Nancy Pelosi.
Ella, que estaba ubicada detrás de Trump y junto al vicepresidente Mike Pence durante la ceremonia en el Capitolio, tomó el documento y lo destrozó de manera muy visible.
Cuando un periodista le pidió que explicara lo que había hecho, Pelosi respondió que “era lo más cortés, considerando la alternativa”.
Nancy Pelosi went in for the handshake aaaaand....Trump ignored it. pic.twitter.com/c8kFSP3kQr
— Salvador Hernandez (@SalHernandez) February 5, 2020
El mandatario también comprometió su apoyo a los sectores que se oponen y luchan contra los gobiernos de Cuba y Nicaragua.
“Conforme restauramos el liderazgo estadounidense en el mundo, estamos levantando nuestra voz por la libertad en el hemisferio", dijo. "Por eso mi administración está revirtiendo las políticas fallidas de la anterior administración con Cuba”, añadió. “Apoyamos a los cubanos, nicaragüenses y venezolanos a restaurar la democracia”.
Contención de inmigrantes
Trump también se refirió a la política de su administración respecto a los inmigrantes, procedentes de Centroamérica y México, que intentan ingresar sin papeles a territorio estadounidense.
Se vanaglorió del “esfuerzo sin precedentes” que ha emprendido su gobierno “para asegurar la frontera sur de Estados Unidos”. El gobernante afirmó que antes de asumir las riendas del país, quienes eran sorprendidos entrando ilegalmente simplemente eran detenidos y, luego, liberados. Esta situación cambió durante su gestión, agregó.
Como resultado de “esfuerzos sin precedentes”, que incluyen la firma de acuerdos migratorios con Guatemala, El Salvador, Honduras y México, “los cruces ilegales han caído un 75% desde mayo”, indicó el presidente.
En otro aparte de su alocución, reiteró su promesa de retirar las tropas de Afganistán. “Estamos trabajando para finalmente poner fin a la más larga guerra de Estados Unidos y poder traer a nuestras tropas a casa”.

El mandatario cuestiona habitualmente la utilidad de mantener tropas en el exterior y ha descrito la guerra en Afganistán, que comenzó después de los ataques del 11 de setiembre del 2001 como una sangría humana y de recursos.
“Yo no estoy buscando matar a cientos de miles de personas en Afganistán, muchas de ellas inocentes”, aseveró.
“No es nuestra función ser la agencia de seguridad de otros países”, puntualizó en un momento en que Estados Unidos impulsa negociaciones mediante su emisario, Zalmay Khalilzad.
Según una propuesta preliminar, Estados Unidos va a retirar sus tropas y a cambio los talibanes prometen no permitir que el país se convierta en una plataforma para los extremistas.
Además, el grupo armado debe comprometerse a abrir una vía de negociación con el gobierno reconocido por la comunidad internacional.