Bogotá. La guerrilla del ELN declaró este martes en “congelamiento” y “abierta crisis” las negociaciones de paz con el gobierno de Colombia, alegando violaciones a lo pactado en las conversaciones iniciadas en noviembre de 2022.
En un comunicado difundido en sus redes sociales y fechado el 19 de febrero, la guerrilla acusó al gobierno de Gustavo Petro de "acciones violatorias a lo pactado en la Mesa de Conversaciones".
"Sin ser de nuestra responsabilidad lo acontecido, los diálogos entre el ELN y el Gobierno Nacional entrarían en una fase de congelamiento mientras el Gobierno se disponga a cumplir lo acordado", indicó el Ejército de Liberación Nacional (ELN), desde "las montañas de Colombia", de acuerdo al boletín.
Sin ahondar en detalles, la guerrilla cuestionó unos "diálogos regionales" con el ELN en el departamento de Nariño (suroeste), anunciados el 18 de febrero por el gobernador local.
"Habiendo pactado un proceso nacional (...) ahora monta un diálogo regional en Nariño por fuera de dicho proceso nacional y desconociendo la Delegación del ELN y la Mesa donde participa la Comunidad Internacional", actualmente en Cuba, precisaron los rebeldes.
"Al hacerse público tal montaje, disfrazado de diálogos regionales, el proceso entra en abierta crisis y nos vemos en la obligación de llamar a consultas a nuestra Delegación" de negociadores, añadieron.
El gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, había anunciado las conversaciones en su región, previstas para la primera semana de marzo, según una declaración a medios.
"Significa otra victoria de las que nos hemos planteado como gobierno departamental (...) una cosa son los diálogos a nivel nacional y otra cosa es territorializar la paz", aseguró mandatario oficialista.
El gobierno nacional no se ha pronunciado aún al respecto.
Treguas rotas
En armas desde 1964, el ELN tiene un pie de fuerza de unos 5.800 combatientes y una amplia red de colaboradores, según inteligencia militar.
Aunque cuenta con un mando central, sus frentes son autónomos en el campo militar, lo que según expertos dificulta las negociaciones.
Petro, el primer izquierdista en el poder en el país, apuesta por una salida final dialogada a seis décadas de conflicto armado y violencia, luego del histórico acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Inspirado en la revolución cubana y la Teología de la Liberación, el ELN ha sostenido negociaciones de paz con cinco gobiernos diferentes, sin llegar nunca a un acuerdo definitivo.
Las delegaciones del gobierno y el ELN han sostenido ciclos de diálogos en Venezuela, México y Cuba con no pocos traspiés.
La semana pasada la guerrilla suspendió "un paro armado" que obligó a miles de personas afro de una región pobre del Pacífico a confinarse.
Entonces, la oficina del Alto Comisionado para la Paz calificó la drástica medida como un acto de "deslealtad" de cara a las negociaciones y una tregua bilateral pactada hasta agosto.
Los rebeldes replicaron diciendo que se trataba de una acción "defensiva" ante los ataques del Clan del Golfo, la mayor banda narco de Colombia, que según el ELN opera "en alianza" con integrantes del ejército.
En otras regiones, la organización se enfrenta a disidentes del proceso de paz con las FARC, quienes negocian por aparte con Petro.
Colombia vive un conflicto armado que en más de medio siglo ha dejado 9,5 millones de víctimas, la mayoría desplazados. La cocaína, combustible de la violencia, toca récords históricos en el mayor productor de esa droga.