
Jerusalén. El ejército israelí anunció este lunes la destitución de tres generales y la imposición de sanciones disciplinarias contra varios altos oficiales por su responsabilidad en no impedir los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, los más mortíferos en la historia del país y en los que murieron 1.121 personas.
La decisión se tomó dos semanas después de que el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, ordenara una “investigación sistémica” sobre las fallas de seguridad y de inteligencia que facilitaron el asalto de los combatientes islamistas en el sur de Israel.
Los cesados son Aharon Haliva, entonces jefe de inteligencia militar; Oded Basyuk, jefe de operaciones; y Yaron Finkelman, quien acababa de asumir el mando de la región militar sur el día del ataque.
Haliva y Finkelman ya habían renunciado previamente, mientras que Basyuk se retiró tras la guerra de 12 días que Israel libró contra Irán en junio de 2025.
El comunicado señaló que los tres oficiales tienen responsabilidad directa sobre el fracaso institucional para prever y repeler el ataque lanzado desde la Franja de Gaza por Hamás.
También anunció sanciones contra los jefes de la marina y la fuerza aérea, además de medidas disciplinarias contra otros cuatro generales y varios altos mandos.
Responsabilidades políticas en debate
La revisión interna reavivó las interrogantes sobre una eventual responsabilidad política del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ha insistido que cualquier análisis sobre las fallas previas al ataque debe abordarse una vez concluida la guerra en Gaza.
Sin embargo, encuestas recientes muestran que una amplia mayoría de israelíes, de distintos sectores, respalda la creación de una comisión independiente que determine responsabilidades.
El ataque del 7 de octubre desencadenó una guerra devastadora en Gaza, que ha dejado al menos 69.756 muertos, según cifras del Ministerio de Salud del territorio palestino, consideradas fiables por la ONU. Las restricciones impuestas por Israel y la falta de acceso a la zona dificultan la verificación independiente de los datos.
A inicios de noviembre, un comité de expertos designados por Zamir publicó un informe que identificó una “deficiencia sistémica y organizativa de larga data” en el aparato militar israelí.
El documento resalta un fracaso de inteligencia, la incapacidad de emitir alertas oportunas, procesos de toma de decisiones deficientes y un despliegue inadecuado de fuerzas durante la madrugada del ataque, así como fallas a lo largo de la cadena de mando.
Mientras tanto, Israel y Hamás se acusan mutuamente de violar la tregua vigente desde el 10 de octubre, tras dos años de conflicto.
El movimiento islamista confirmó que una delegación de alto nivel se encuentra en El Cairo para discutir la segunda fase del alto el fuego.
