EscucharReino Unido. Cuando una comunidad se une con un propósito, los resultados son innegables. Para poner un ejemplo, basta con ver el documental que Netflix estrenó en el 2019, “Don’t F**k With Cats”, que muestra cómo un grupo de personas decidió investigar a un joven después de que subiera unos tenebrosos videos a las redes.
Sin saberlo, estos fanáticos terminaron desenmascarando a un asesino serial. Salvando las diferencias, algo similar se vivió hace apenas unos días en el Reino Unido. Sin asesinos seriales, turbios videos ni inminentes peligros, esta vez el foco fueron los autos.
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Las imágenes comenzaron a circular por los foros de aficionados. Un BMW M3 CSL estaba estacionado en un garaje subterráneo con unas trabas amarillas en las ruedas, impidiendo que este se moviera y alguien lo sacara de allí.
Su origen era misterioso y la historia que envolvía al auto generaba curiosidad en las redes. Poco a poco comenzaron a surgir distintas versiones: que el dueño manejó 59 kilómetros y lo abandonó allí, que el conductor desapareció y nunca dejó rastros, y así muchas más.
A raíz de la incertidumbre que todo esto generaba, aparecieron los más experimentados con una idea: rastrear la patente. Así empezaron a descubrir muchas cosas más interesantes, o al menos más reales, en torno a este BMW abandonado.
La realidad es que no se abandonó en el 2004 como varios decían, sino que dejaron de conducirlo en el 2006. Tampoco fueron escasos los 59 kilómetros recorridos a bordo de este CSL, sino 23.000, un número mucho más razonable.
Pero lo más divertido apareció en torno al motivo por el cual fue abandonado. Sin revelar datos sobre el dueño, obviando nombres y cualquier tipo de información personal, quienes siguieron el rastro descubrieron una “abultada multa labrada en el 2006″, mismo año en el que se estacionó y nunca volvió a manejarse.
A falta de que el responsable del vehículo se haga presente, la suposición a la que llegaron en redes es que una vez notificada la multa, el dueño decidió estacionarlo y olvidarse de la existencia del auto y la penalización impaga.
Se desconoce, por su parte, si hay alguien que abona mensualmente la estadía del BMW en el garaje subterráneo y quién colocó las trabas en las ruedas para evitar robos o traslados.
Medios locales no lograron dar con ningún responsable del modelo y la intriga todavía prevalece entre las personas que siguen este caso de cerca. Por ahora, este auto estacionado en Reading, Reino Unido, tiene a su dueño desaparecido.
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