
Estados Unidos enviará tres buques de guerra al Caribe, frente a las costas de Venezuela, en el marco de una nueva ofensiva de la administración del presidente Donald Trump contra los carteles de la droga en América Latina.
De acuerdo con reportes de la cadena CBS, la agencia AP y The Wall Street Journal, la Casa Blanca confirmó que los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson zarparán en próximos días para sumarse a las operaciones de interdicción marítima.
Estas naves tendrán autorización para interceptar cargamentos de drogas, otorgando a la Marina un rol directo en tareas antidrogas que normalmente venía liderando la Guardia Costera.
El despliegue militar se produce después de que Trump designara en febrero a varias organizaciones criminales, incluido el venezolano Tren de Aragua, la pandilla centroamericana MS-13 y seis grupos mexicanos, como organizaciones terroristas extranjeras.
El gobierno republicano sostiene que estas estructuras criminales trascienden el narcotráfico, pues también están vinculadas con tráfico de migrantes, violencia armada y operaciones internacionales, lo que justificaría su clasificación al mismo nivel que grupos como al-Qaeda o ISIS.
Además, el Departamento de Justicia duplicó el pasado 8 de agosto a $50 millones la recompensa por la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien Washington acusa de ser uno de los principales narcotraficantes del mundo y de colaborar con carteles para inundar Estados Unidos con cocaína adulterada con fentanilo.
Desde Venezuela, el gobierno de Maduro rechazó de inmediato la medida ese mismo 8 de agosto. El canciller Yván Gil calificó la recompensa como una “ridícula cortina de humo” y una “burda operación de propaganda política”.
Trump también ha presionado a la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, para que intensifique el combate contra los carteles, aunque la presidenta ha rechazado cualquier posibilidad de intervención militar extranjera en territorio mexicano.
Escenario regional tenso
El envío de buques de guerra refuerza la confrontación entre ambos países, que ya mantenían relaciones rotas y mutuas acusaciones de injerencia.
Voceros del Pentágono dijeron a la prensa que la misión se extenderá “por varios meses” y forma parte de los planes de Trump para intensificar el papel de las Fuerzas Armadas estadounidenses en la lucha contra el narcotráfico.
La decisión marca un nuevo punto de fricción en América Latina, donde el presidente estadounidense busca ampliar la influencia militar de su país para enfrentar a los carteles, mientras Venezuela denuncia una agresión contra su soberanía.