
Melania Trump volvió a ser el centro de atención tras aparecer en un banquete de Estado en el castillo de Windsor, junto al presidente estadounidense Donald Trump y los reyes del Reino Unido, Carlos III y Camila. Pero no fue por razones diplomáticas, sino por un detalle que encendió las redes sociales: su vestido.
En algunas imágenes, la prenda, diseñada por Carolina Herrera, parece tener un tono amarillo vibrante. En otras, luce un amarillo mantequilla. El cinturón tampoco escapa al debate: para algunos, es rosado pastel y para otros, púrpura claro. El fenómeno, reportado por el medio británico Daily Mail, dividió opiniones de usuarios y expertos en moda.
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Según ese medio, una fuente cercana a la primera dama confirmó que el vestido es amarillo mantequilla con cinturón púrpura de Pascua, aunque la alteración de colores podría deberse a la fotografía con flash o a posibles ajustes digitales aplicados antes de publicar las imágenes. Liz Teich, estilista citada por Daily Mail, afirmó que la saturación y el contraste en las fotos probablemente influyeron en la percepción de los tonos reales del atuendo.
Este tipo de confusión visual no es nuevo.
El fenómeno óptico detrás de la controversia
La imagen de Melania activó recuerdos de otro momento viral ocurrido en febrero de 2015. En aquella ocasión, Internet se dividió por una simple pregunta: ¿de qué color es este vestido?. Un usuario compartió en Tumblr una fotografía de un vestido que para algunos era blanco con dorado y para otros azul con negro. La discusión escaló a tal punto que involucró a celebridades como Taylor Swift y Kim Kardashian y fue replicada por medios como BuzzFeed y The New York Times.

La controversia tenía una base científica. De acuerdo con una explicación publicada por la revista Wired, la confusión se debe a la forma en que el cerebro interpreta la luz. La retina del ojo humano capta la luz reflejada no solo del objeto observado, sino también del entorno. Luego, el cerebro descarta la luz de fondo para enfocarse en el objeto central. En condiciones particulares de iluminación, esa interpretación se vuelve ambigua.
El neurocientífico Bevil Conway, citado por Wired, señaló que el cerebro intenta compensar el sesgo cromático de la luz solar. Así, algunas personas ven el color del objeto como si estuviera iluminado por luz fría, mientras que otras lo perciben como si recibiera luz cálida. Esa diferencia en la percepción provoca que los colores reales se interpreten de manera distinta entre una persona y otra.
En el caso del vestido original de 2015, estudios posteriores confirmaron que era azul con negro, aunque muchas personas persistieron en verlo blanco y dorado.
La psicología del color en la moda y la viralidad
Especialistas como Samantha Brown, también citada por Daily Mail, consideraron que el vestido de Melania era una elección arriesgada, por la combinación del tono amarillo con un cinturón rosado o púrpura y accesorios verdes. Según Brown, el atuendo resultaba “distractivo”.
Desde una perspectiva de tendencias, Daily Mail señaló que el amarillo mantequilla fue uno de los colores más utilizados durante el verano europeo. Sin embargo, la combinación con el clima nublado de Inglaterra y la temporada de otoño podría haber contribuido a la distorsión visual.
En ambos casos, la viralidad se alimentó no solo por la confusión visual, sino por la interacción social que generaron en plataformas digitales. Las imágenes ambiguas, como estas, funcionan como pruebas de percepción y activan reacciones viscerales, curiosidad y debates que se extienden más allá de la moda.
Lo que parece ser un simple atuendo, termina convirtiéndose en un fenómeno global de percepción, comunicación y cultura digital.
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