
Un espacio escondido en la Capilla Sixtina sirve como el primer sitio que pisa el nuevo Pontífice tras su elección. Allí vive uno de los momentos más íntimos y simbólicos del papado.
Esta habitación, conocida como la sala de las lágrimas, permanece cerrada y discreta a la izquierda del altar mayor, detrás del monumental fresco del Juicio Final, en el corazón del Vaticano.
LEA MÁS: ¿Quién es Pietro Parolin? El cardenal que negoció con China, Cuba y Chávez y suena como nuevo Papa
Según Vatican News, el lugar recibe este nombre porque varios Pontífices han llorado allí al comprender la magnitud del encargo que asumen.
Tras la elección en el cónclave, el nuevo Papa se retira a esta pequeña estancia para orar, vestirse y reflexionar. Es un momento de intimidad que contrasta con la magnitud del escenario público que le espera minutos después.
La habitación resulta austera. Contiene una mesa, dos sillas, un sofá rojo y un perchero. También hay una ventana oculta por una cortina y fragmentos de antiguos frescos.

En un rincón se ubican tres sotanas blancas de distintas tallas, listas para que el nuevo Papa elija la que le corresponde. Cambiar su vestimenta no es un simple acto protocolario: simboliza una transformación total.
La función espiritual del espacio radica en que el nuevo Pontífice reconoce que el papado es más grande que su persona. Según monseñor Marco Agostini, ceremoniero pontificio, allí se interioriza que el elegido ya no actúa como individuo, sino como Vicario de Cristo. Se trata de un momento de recogimiento, de enfrentarse en soledad a una nueva misión.
LEA MÁS: ¿Quién es el cardenal Tagle? Suena fuerte como el posible ‘Francisco asiático’
Este acto íntimo marca el paso de cardenal a Papa. Se trata de un umbral invisible pero determinante, un cambio profundo que solo vive quien ha sido escogido para guiar a la Iglesia. Aunque rara vez se menciona públicamente, este espacio ha sido parte esencial del ritual desde hace siglos.

Una lápida con fecha del 31 de mayo de 2013 recuerda que desde tiempos de Gregorio XIV, en 1590, el lugar se ha llamado “sala del llanto” porque allí derramó lágrimas el nuevo Papa. Este nombre refleja no solo la emoción, sino también el peso del cargo.
LEA MÁS: Los papables: ¿cuáles son los 12 nombres que más se perfilan como sucesor del papa Francisco?
Agostini explicó que el Papa ingresa acompañado por el maestro de ceremonias y sale transformado, con los atuendos del Sumo Pontífice. Solo entonces aparece en el balcón para presentarse ante los fieles.
Este espacio, muchas veces ignorado, revela una dimensión profundamente humana y espiritual del papado. Está escondido, pero encierra una de las escenas más significativas del Vaticano: el momento en que un hombre se convierte en Papa.

*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La información fue investigada y seleccionada por un periodista y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.