Kabul. Funcionarios de Afganistán y representantes talibanes se encontrarán a partir del domingo para intentar alcanzar un acuerdo político, indicaron representantes alemanes y estadounidenses este lunes, el mismo día en que un atentado reivindicado por los insurgentes dejó seis muertos y 50 niños heridos en Kabul.
Los talibanes se han negado a negociar con el presidente Ashraf Ghani, después de que un intento anterior de retomar las conversaciones entre las dos partes fracasara.
Alemania, que juega un importante rol en el apoyo internacional al gobierno de Afganistán, y Catar, que mantiene el contacto con los talibanes, indicaron que enviaron invitaciones para un diálogo en Doha el domingo y el lunes.
Los funcionarios afganos “participarán sólo a título personal y sobre la base de igualdad”, declaró Markus Potzel, el representante especial alemán para Afganistán y Pakistán, en un comunicado publicado el lunes por Estados Unidos. “Afganistán está en un momento crucial en el que tiene la oportunidad de progresar hacia la paz”, añadió.
“Un componente esencial de cualquier proceso hacia este objetivo será el intercambio directo entre los afganos”, dijo.
Ese ambicioso calendario de negociaciones daría pie a un acuerdo antes de las elecciones afganas de septiembre, que podrían inyectar una nueva dosis de inestabilidad, según representantes occidentales.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo la semana pasada en Kabul que espera alcanzar un acuerdo de paz con los talibanes “antes del 1 de septiembre”.
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En una entrevista difundida este lunes, el presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos dejará una fuerte presencia de inteligencia en Afganistán después de que se retiren sus tropas, y calificó el país de “Harvard para terroristas”.
“Dejaremos una inteligencia muy fuerte, mucho más de lo que normalmente pensarías”, dijo Trump en una entrevista con Fox News.
Los talibanes han optado por continuar la violencia, al creer que tienen una ventaja sobre Estados Unidos, que está deseando retirar a sus soldados restantes en Afganistán y acabar con una guerra de más de 17 años.
El lunes, al menos seis personas murieron y decenas resultaron heridas -incluyendo unos 50 niños- en la explosión de un coche bomba en plena hora punta en el centro de Kabul.
Hombres armados asaltaron luego un edificio cercano antes de enfrentarse a disparos con las fuerzas especiales.
Entre los seis muertos había cuatro civiles -entre ellos un niño- y dos miembros de las fuerzas especiales, y se registraron además 84 civiles heridos, según el vocero del Ministerio del Interior, Nasrat Rahimi.
Wahidullah Mayar, portavoz del ministerio de Salud, dio por su lado un balance de 116 heridos.
Muchos de los niños resultaron heridos por trozos de vidrio luego de que la explosión dañara parcialmente las cinco escuelas donde se encontraban, indicó el Ministerio de Educación. Sus vidas no corrían peligro, precisó.
El estallido, que se produjo en el barrio de Puli Mahmood Khan, apuntaba a “un centro logístico y de ingeniería del Ministerio de la Defensa”, afirmó el portavoz de los talibanes Zabiullah Mujahid en un comunicado, y agregó que “un gran número de asaltantes” había entrado en el edificio.
Cinco combatientes talibanes murieron y un sexto hombre hizo estallar el coche bomba en el que se encontraba, según las autoridades.
Zaher Usman, un miembro del gobierno, se encontraba en su oficina, a unos 150 metros del lugar de la explosión, y resultó levemente herido.
“Cuando abrí los ojos, la oficina se había llenado de humo y de polvo, todo estaba destruido, mis compañeros gritaban”, contó a la AFP.
En el barrio atacado también se encuentran las federaciones afganas de fútbol y de cricket, así como edificios militares.
“Una gran explosión se produjo cerca del pórtico de la federación”, declaró a la AFP un portavoz de la federación de fútbol, Shams Amini. “Algunos de nuestros colegas están en el interior, oímos hablar de heridos. No sabemos si los atacantes entraron en el edificio”, agregó.
Las negociaciones empezaron en septiembre de 2018 y giran en torno a cuatro puntos principales: la retirada de las tropas estadounidenses, la garantía de que Afganistán no dará cobijo a los grupos terroristas que quieran atacar a otros países, un diálogo interafgano y un alto el fuego permanente.
Zalmay Khalilzad, el negociador estadounidense que tuvo varias rondas de conversaciones con los talibanes, principalmente en Catar, ha dicho que el diálogo es una parte esencial de todos los acuerdos de paz.
“Aceptarse mutuamente, buscar el consenso y acordar resolver las diferencias políticas sin violencia es lo que debemos aprender de la tragedia de los últimos 40 años”, dijo Khalilzad, refiriéndose a los conflictos que han desgarrado a Afganistán desde la invasión soviética de 1979.