
París. El reloj marcaba las 9:30 de la mañana del domingo cuando, bajo las ventanas del museo del Louvre, cuatro malhechores instalan un montacargas. A las 9:38, se marcharán de allí con las joyas “de la Corona”. Así fue como se realizó uno de los robos más espectaculares en plena capital de Francia.
Una cámara de videovigilancia grabó la llegada al lugar de los hechos, en pleno corazón de París, de los cuatro ladrones, según indicó una fuente policial a la AFP. A las 9:30 el museo más visitado del mundo ya acogía a visitantes desde hacía media hora.
Dos de los ladrones llegaron a bordo de un camión montacargas, uno con un chaleco amarillo y el otro con uno naranja. Los otros dos arribaron montados en sendas motocicletas de más de 400 centímetros cúbicos.
El montacargas estacionó en el muelle François Miterrand, frente al río Sena, y se elevó hasta la primera planta del Louvre. Dos ladrones rompieron la ventana con una sierra radial y entraron en la Galería de Apolo, encargada por Luis XIV para exaltar su gloria como Rey Sol.
“Les tomó 30 segundos. Estacionaron, subieron al montacargas, rompieron la ventana y entraron”, dijo a la televisión Samir, un testigo visual que se desplazaba en bicicleta en ese momento.
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La Galería de Apolo alberga la colección real de gemas y diamantes “de la Corona”, que cuenta con unas 800 piezas. En el interior, los ladrones rompieron dos vitrinas, siempre con una radial, una que contenía joyas Napoleón y otra con joyas de soberanos franceses.
Con los rostros cubiertos, robaron nueve piezas, todas del siglo XIX. Al verlos, el personal se puso a salvo, explicó la fuente policial a AFP.
Cinco agentes del museo “presentes en la sala y en los espacios adyacentes” intervinieron “inmediatamente” para aplicar “el protocolo de seguridad”, según el Ministerio de Cultura.
“Cuando la seguridad se dio cuenta de lo que estaba pasando, se dieron la vuelta, empezaron a correr y a decirnos: ¡Evacuen!”, aseguró a la cadena CNews Rayan, un guía que entraba en ese momento en la sala.

A las 9:37 a. m., se activó una alarma. Los autores del robo salieron por la ventana y utilizaron, como a la llegada, la plataforma elevadora.
Las cuatro personas huyeron en sus motocicletas tras un rápido robo que lleva el sello del crimen organizado, en un barrio parisino muy turístico. Eran las 9:38.
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Chaleco y corona
En el lugar, las autoridades hallaron dos sierras radiales, un soplete, gasolina, una manta, así como guantes y un “walkie-talkie”, elementos que podrían ser útiles para encontrar a los ladrones.
La corona de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, también fue abandonada. Su estado está siendo examinado, según el ministerio de Cultura, aunque ya comunicaron que sufrió daños.
Los malhechores se llevaron sin embargo ocho piezas de “un valor patrimonial inestimable”, según las autoridades. A unos 2 kilómetros río arriba, cerca del puente parisino de Sully, se encontró un chaleco amarillo, indicó la fuente policial.
Tras este robo exprés, el museo del Louvre, con sus casi nueve millones de visitantes al año, cerró.
No hubo heridos y 2.000 personas fueron evacuadas, según la fuente policial. El museo no debería reabrir antes del miércoles, ya que el martes es el día de cierre semanal.
Este robo dio la vuelta al mundo y reavivó en Francia una polémica sobre la seguridad en los museos.
