Con alusiones a Ronald Reagan y Benjamin Franklin, además de un mensaje que proclama “la paz a través de la fuerza”, una imagen del presidente Donald Trump, acompañado por líderes europeos y por el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, se convierte en objeto de interpretación en el marco de las negociaciones para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Rodrigo Muñoz-González, investigador del Centro de Investigación en Comunicación (Cicom) de la Universidad de Costa Rica y especialista en análisis del discurso, explicó a La Nación que la fotografía difundida por la Casa Blanca evoca una reunión corporativa, en la cual el CEO o director empresarial dicta instrucciones a sus ejecutivos.
“Queda muy claro que buscan simular una reunión de negocios, donde Trump es un CEO y está dándole órdenes a sus ejecutivos", destacó.

De acuerdo con el investigador, la imagen debe analizarse bajo su contexto, incluyendo no solo la última cumbre de Trump con el presidente ruso Vladimir Putin el pasado 15 de agosto, sino también la campaña paralela del mandatario republicano para ostentar obtener el Premio Nobel de la Paz.
“Claramente, (Trump) quiere conseguirlo (el Premio Nobel), teniendo en mente a Obama, quien ganó el Premio en su momento. Hay una necesidad política de convertir a Trump en un Obama del partido Republicano”, explicó.
Según Muñoz-González, la composición combina dos elementos. En la fotografía principal, explicó, aparece Donald Trump junto a una imagen del expresidente Ronald Reagan (1981-1989), recordado por sus gestiones diplomáticas con Europa, y una estatua de uno de los padres fundadores de Estados Unidos, Benjamin Franklin.
En la segunda, figuran los demás líderes. Esto, explicó el analista, puede interpretarse como una polarización visual y de significado.
“Se connota un ‘nosotros contra ellos’. En este caso, Trump y la cuenta de la Casa Blanca es el ‘nosotros’ y el ‘ellos’ es Europa. El ‘peace through stength’, la paz a través de la fuerza, es lo que hace que al final la imagen sea muy paradójica”, señaló.
“Pudo haber sido otro tipo de imagen, donde se vea a Trump unido al resto de líderes europeos. Esto connotaría una paz más a partir de la armonía, de la comunicación y la comunión, pero es una paz paradójica, a través de una dirección unilateral que se ve allí”, agregó.
El especialista señaló que la imagen contrasta con los ideales promovidos por el mandatario republicano, pues mientras busca marcar distancia de Europa, al mismo tiempo intenta proyectar al mundo un mensaje visual que lo muestre como un dirigente capaz de concretar tanto acuerdos comerciales como diplomáticos.
Panorama tras reuniones en Alaska y Washington
Luis Diego Segura, académico de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), explicó a La Nación que la cumbre en Alaska marcó un giro en la manera en que Trump abordó el conflicto entre ambas naciones.
De acuerdo con Segura, el mandatario republicano mostró, tras la reunión celebrada el viernes pasado, un mayor respaldo a Putin y también puso en duda la capacidad de Europa para negociar, dado que Ucrania se encontraba, a su parecer, en una posición desfavorable ante la necesidad rusa de adueñarse de cinco regiones ucranianas.

Con ese giro en la narrativa y postura de Trump, se realizó, este lunes 18 de agosto, en Washington, la reunión entre el mandatario republicano, su homólogo ucraniano, Zelenski, y diversos líderes del bloque europeo.
“El centro de la conversación de la cumbre de ayer fue el tema de los territorios tiene que ser discutido en una siguiente cumbre, donde estén Zelenski y Putin, una negociación directa, y el tema sobre qué forma va a tener la garantía de seguridad de Ucrania ante un acuerdo de paz”, explicó Segura.
El académico señaló que, antes del encuentro entre Europa y Estados Unidos, los distintos mandatarios y líderes, incluido Zelenski, sostuvieron una preparación orientada a definir cómo reencauzar el discurso de Trump respecto al conflicto, con el fin de evitar una inclinación hacia Rusia y trasladar la presión a Putin.

Segura explicó que esto se llevó a cabo mediante dos ejes. El primero fue insistir en que la próxima cumbre de diálogo directo entre Rusia y Ucrania debe realizarse pronto, con el propósito de trasladar nuevamente la presión a Putin para que organice y defina una fecha.
El segundo abordó el alcance de las garantías de seguridad y los límites hasta donde los países estarían dispuestos a llegar para resguardar a Ucrania.
En ese marco, varias naciones europeas expresaron su disposición a conformar una fuerza militar multinacional que proteja a Ucrania en caso de alcanzarse un acuerdo de paz, con el objetivo de impedir que, en el futuro, una Rusia rearmada y con estabilidad económica intente retomar territorios ucranianos.
“Ese es el gran temor que tiene Ucrania, que cualquier proceso de paz derive en un proceso de rearme, reorganización y mejora rusa de cara a un siguiente ataque. Entonces, ¿cómo se garantiza Ucrania de que cualquier cosa que pierda ahorita en el proceso de paz sea bajo la base de un sólido acuerdo y marco de cooperación que permita garantizar una paz duradera?”, cuestionó Segura.