En las profundidades de las montañas del noroeste, Irán enriquece uranio en un lugar conocido como Fordo, una instalación nuclear construida en secreto que se ha convertido en un dolor de cabeza para Occidente y, en particular, para Israel.
Según las alarmas encendidas por Tel Aviv, la producción de uranio de Irán se acerca peligrosamente a los niveles necesarios para desarrollar armamento nuclear, una acusación que Teherán niega rotundamente. Insiste en que su programa tiene fines pacíficos.

Desde el 13 de junio pasado, Israel ha intensificado sus acciones contra el programa nuclear iraní, incluyendo la eliminación de líderes militares.
Sin embargo, Fordo se mantiene fuera de su alcance. La creencia generalizada es que solo Estados Unidos posee la potencia armamentística necesaria para hacerle daño.
Estados Unidos, sin embargo, sopesa los riesgos de acometer una tarea como esa. No solo es imposible garantizar un ataque exitoso, sino que podría haber riesgos químicos y seguramente Irán respondería contra objetivos estadounidenses.

¿Dónde se ubica y a qué profundidad está Fordo?
Las instalaciones de Fordo se encuentran a profundidades de entre 80 y 110 metros. Las salas principales estarían a unos 90 metros.
Aunque cuenta con menos centrifugadoras que otras plantas iraníes como Natanz, el diseño y profundidad de Fordo la hacen menos vulnerable a los ataques aéreos.
¿En qué consisten las instalaciones?
Las instalaciones subterráneas de Fordo cuentan con múltiples accesos que conducen a una red de túneles largos y fortificados.
Estos túneles conectan con dos amplios salones donde se encuentran las centrífugas, según el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, un centro especializado en el análisis de temas científicos y de política pública relacionados con la seguridad global.
Se reporta que las puertas cuentan con trampas de escombros diseñadas para mitigar impactos en caso de bombardeos, y baterías antimisiles de fabricación iraní y rusa.
Sobre la superficie, Fordo cuenta con un edificio protegido por el terreno, pero cuyo techo es visible en fotografías aéreas. Además tiene otras edificaciones posiblemente utilizadas como oficinas administrativas, bodegas o habitaciones para los trabajadores.
Una valla marca el perímetro de la planta, que además cuenta con torres de vigilancia y calles para el patrullaje.
¿Cuándo fue construida la planta de Fordo y por qué fue mantenida en secreto?
La Planta de Enriquecimiento de Combustible de Fordo, como la llama el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se habría comenzado a construir en secreto entre el 2006 y el 2009.
Documentos internos del gobierno iraní, obtenidos por las agencias de inteligencia de Israel, sugieren que el proyecto comenzó cerca del 2002.
Su nombre oficial en Irán es Instalación Nuclear Mártir Ali Mohammadi, en honor del físico nuclear Masoud Ali Mohammadi, asesinado en enero del 2010 en Teherán.
La existencia del sitio trascendió el 25 de setiembre del 2009 con un anuncio conjunto de Barack Obama, presidente de Estados Unidos; Nicolas Sarkozy, mandatario francés; y Gordon Brown, primer ministro británico.
Los tres denunciaron que el régimen iraní había desarrollado la planta en secreto por años y solo la reveló porque sabía que Occidente estaba a punto de hacerlo público.
El 21 de setiembre, Irán remitió una carta a la OEIA reconociendo la existencia de una “nueva instalación de enriquecimiento” cerca de la ciudad de Qom.
Teherán estaba bajo vigilancia de la OIEA desde el 2003, cuando se descubrió la existencia de dos sitios nucleares no declarados (Natanz y Arak), lo cual violentaba el Tratado de No Proliferación, firmado por Irán en 1968 y ratificado en 1970.
¿Cuántas centrifugadoras están en uso?
Fordo podría estar operando al menos 2.700 centrifugadoras, según expertos y el OIEA.
Las centrifugadoras son máquinas utilizadas en el proceso de enriquecimiento de uranio al girar rápidamente un cilindro (conocido como rotor, que contiene gas de hexafluoruro de uranio) dentro de otro cilindro más grande, llamado carcasa.
Así se separan los isótopos del uranio con el objetivo de aumentar la proporción de U-235.
¿A qué niveles de enriquecimiento opera la planta?
La OIEA informó en marzo del 2023 de que había descubierto uranio enriquecido con una pureza del 83,7% en la planta, aunque oficialmente el propósito de las instalaciones era producir uranio enriquecido hasta un 20%.
Se cataloga como uranio enriquecido aquel que registra una concentración aumentada del isótopo U-235, en comparación con su estado natural, que ronda el 0,7%.
El combustible para plantas de energía nuclear suele usar uranio enriquecido entre 3% y 5%, un nivel que no es suficiente para fabricar armas nucleares, según explica la organización Nuclear Threat Initiative en su página web.
En cambio, se considera que el uranio enriquecido al 90% de U-235 es adecuado para la fabricación de armas nucleares.
¿Quién y cómo podría atacar Fordo?
A pesar de que Israel busca debilitar el programa nuclear iraní, no tiene el armamento necesario para atacar Fordo, por la profundidad de sus instalaciones.
Para afectarlas se estima que tendría que actuar Estados Unidos, que dispone de los aviones bombarderos y del tipo de explosivos necesarios para una tarea de esa escala.
La situación la explicó recientemente The New York Times en un artículo sobre la posible maniobra, que se cree técnicamente factible y que se ha analizado desde el 2009 por los gobiernos estadounidenses; pero cuyos riesgos e incógnitas implícitas la hacen sumamente riesgosa.
Puntualmente, habría que utilizar bombas rompe búnkeres de 13.600 kilogramos (como el modelo GBU-57A) y estas solo se podrían transportar en aviones bombarderos del modelo estadounidense B2.
Aun así, advierten fuentes militares, el éxito de esta operación tampoco estaría del todo garantizado.

¿Cuáles son los riesgos de atacar militarmente a Fordo?
Según publicó The Washington Post, expertos nucleares afirman que los ataques a las instalaciones de enriquecimiento subterráneas de Irán, o al uranio altamente enriquecido almacenado, representan poco riesgo de radiación generalizada.
Sin embargo, sí podría liberar de químicos tóxicos que pueden formarse si el material de uranio —almacenado en forma de gas hexafluoruro de uranio— entra en contacto con el agua presente en la humedad del aire. Esto puede provocar la formación de ácido fluorhídrico, un gas peligroso.
“Hablar de que estas instalaciones se conviertan en bombas sucias y cosas por el estilo no está respaldado por la ciencia”, dijo Edwin Lyman, director de seguridad en energía nuclear de la Union of Concerned Scientists, a The Washington Post. “Pero los riesgos químicos son muy reales”.
Las dudas de Estados Unidos
Consultado este 18 de junio sobre si atacará o no a Irán y sus instalaciones nucleares, el presidente estadounidense Donald Trump respondió con ambigüedad.
“Podría hacerlo o podría no hacerlo. Nadie sabe lo que voy a hacer”, respondió.
Una operación en Fordo es compleja y podría no salir bien por diversas razones, según medios estadounidenses. Por ejemplo, si las bombas no consiguen penetrar completamente la planta o si los aviones bombarderos son derribados antes de conseguirlo.
Además, Estados Unidos sopesa los eventuales contraataques de Irán ante una intervención de ese tipo. Dicha nación podría lanzar misiles a sus bases en la región, matar a civiles estadounidenses o hasta coordinar ciberataques.
A pesar de los riesgos, el coordinador de armas de destrucción masiva del gobierno de Obama —que estaba en ese cargo cuando se hizo pública la existencia de la planta de Fordo—, Gary Samore, explicó a The New York Times que Fordo es una clave que se debe de abordar de alguna manera. “Si esta guerra termina y Fordo queda intacto, no tardaremos mucho en reactivar este asunto”, declaró.