La conexión entre el dinero y la felicidad es uno de los debates inacabables de la humanidad. Es tema que recurrentemente encontramos en encuestas, estudios académicos y hasta análisis filosóficos. ¿Usted qué opina?, ¿el dinero compra la felicidad o solo la facilita?
Muchas de las investigaciones más recientes sobre el tema llegan a conclusiones más o menos similares. Por ejemplo, que el poder adquisitivo aumenta el bienestar de quien lo tiene, pero solo hasta cierto punto; que el dinero realmente no aumenta tanto la felicidad de las personas sino que más bien previene su infelicidad; o que el dinero solo aumenta la felicidad conforme más se necesita. En términos generales, son discursos más o menos similares.
En Costa Rica, puntualmente, tenemos algunas aproximaciones estadísticas sobre el tema.
Una reciente encuesta publicada por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) encontró que quienes sienten que el dinero les alcanza o hasta les sobra para ahorrar registran mayores niveles de felicidad y de satisfacción con su vida que quienes consideran que no les alcanza del todo.
¿Qué dicen los números y los estudios académicos sobre esa conexión tan innegable como compleja? Veamos.

LEA MÁS: ¿Tiene usted un salario bueno o malo? Compare su sueldo con el resto de Costa Rica
Números en Costa Rica
La última Encuesta de Actualidades de la UCR que se publicó en 2024 dedicó un capítulo completo a analizar la satisfacción de los costarricenses con su vida y, entre otros factores, cruzó esos datos con el nivel de ingreso subjetivo que dijeron tener las más de 1.000 personas consultadas.
Como resultado de ese ejercicio, se encontraron correlaciones positivas entre el ingreso subjetivo de la población y su sensación de satisfacción.
En promedio, las personas encuestadas le dieron una nota de 8,6 sobre una base de 10 a su nivel de satisfacción con la vida.
Sin embargo, ese promedio cayó entre quienes dijeron enfrentarse a grandes dificultades económicas para cubrir sus necesidades (7,9) y quienes indicaron sentir que no les alcanza el dinero (8,1).
Por otra parte, ocurrió todo lo contario del otro lado del espectro. La nota de satisfacción alcanzó (o hasta superó) el promedio nacional entre quienes dijeron sentir que el dinero les alcanza (8,6) o les alcanza y les sobra para ahorrar (9).
El estudio de la UCR, además, le preguntó a las personas encuestadas si estaban de acuerdo o no con varias afirmaciones.
Puntualmente, les preguntó:
— Si se sentían felices
— Si disfrutaban de sus actividades cotidianas
— Si habían logrado sus metas
— Si estaban a gusto con sus relaciones familiares
— Si les agradaba la situación general del país
Y en todos estos campos detectó la misma tendencia: la cantidad de personas que respondió de manera positiva fue mayor entre aquellos que sentían más holgura económica que entre los que viven en condiciones de estrechez.
Un par de notas metodológicas, antes de continuar:
— La “felicidad”, como concepto, es un asunto subjetivo y difícil de medir, pues existen múltiples factores que inciden en esa sensación. Por ese motivo, la mayoría de estudios que se publican sobre el tema van más allá del concepto de “felicidad” e indagan sobre otras sensaciones indirectamente relacionadas.
— En el estudio de la UCR se utiliza el concepto de “ingreso subjetivo”. Esto quiere decir que no se le preguntó a la población encuestada cuántos ingresos tenía, sino si los consideraba suficientes o no. Ese nivel de suficiencia es subjetivo porque el mismo monto puede ser suficiente para una persona e insuficiente para otra, dependiendo de sus necesidades o su estilo de vida.

Innegable, pero compleja
Ahora, veamos qué dice la teoría.
Los estudios que han abordado la relación entre dinero y felicidad son casi incontables, pero una gran parte de ellos coinciden en algunas pautas básicas.
The Wall Street Journal resumió algunas de estas en una sola frase: “El dinero compra la felicidad. Con rendimientos decrecientes. Y sin una cifra mágica”.
¿Qué significa esto en palabras más sencillas?
— La mayor disponibilidad de dinero suele relacionarse con mayores niveles de satisfacción personal.
— A partir de cierta cantidad de dinero, los ingresos son cada vez menos decisivos para seguir aumentando los niveles de felicidad de las personas.
— No existe una cifra “mágica” o específica que garantice la felicidad de todas las personas por igual.
¿Por qué no hay una cifra mágica para todos?
A pesar de que hay estudios que sugieren algunas aproximaciones, el dinero necesario para ser feliz varía entre personas porque no todos tenemos las mismas necesidades ni vivimos en los mismos contextos. Esas necesidades incluso pueden cambiar para una misma persona, en la medida en que cambia de entorno o de aspiraciones.
No obstante, existe cierto nivel de coincidencia en que el dinero es clave para la realización de una persona en la medida en que le ayude o le obstaculice ciertas cuestiones básicas. Por ejemplo, satisfacer sus necesidades mínimas, disponer de mayores cantidades de tiempo más allá del trabajo o mejorar la vida de las personas más cercanas.
Arthur C. Brooks, sociólogo de la Harvard Business School, explicó esa conexión en una entrevista con el diario español El País. Señaló que el dinero deja de influir significativamente en la felicidad a partir de cierto umbral (unos $100.000 anuales), aunque una base monetaria siempre es clave para tener la oportunidad de comprar cosas, tener más tiempo, pagar por experiencias o hacer donaciones.
Un estudio de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) del Reino Unido determinó, en 2016, que el bienestar personal, la autoestima y la felicidad crece conforme mayor es la riqueza del hogar de la persona, principalmente cuando se dispone de bienes financieros, incluso por encima de las rentas periódicas u otros bienes preciados.
LEA MÁS: Salarios millonarios en Costa Rica: ¿cuántas personas superan los ₡2 millones o ₡5 millones?
Esa necesidad de un ingreso suficiente de dinero para ser feliz también se refleja en la situación costarricense, según la encuesta de la UCR.
Cuando los encargados del estudio le consultaron a los encuestados que dijeron no estar 100% satisfechos con su vida qué cambiarían para lograr elevar su puntuación, la mayoría respondió cuestiones ligadas al dinero.
Un 21% dijo que mejoraría sus ingresos o su vivienda, un 17,6% dijo que terminaría o empezaría estudios, y un 15,9% indicó que buscaría conseguir o cambiar de trabajo, o tener mejores condiciones laborales.
Una nota al pie, antes de terminar: Los datos reseñados en este artículo también permiten distinguir otro fenómeno. El dinero no es el único factor que incide en la felicidad o la infelicidad de la población. Hasta un 6,4% de las personas costarricenses que dijeron tener ingresos dinero suficiente y de sobra para ahorrar igualmente indicó no poder estar de acuerdo con la frase de que “es feliz” y un 4,8%, con la frase de que “disfruta sus actividades cotidianas”.
¿Y por qué todo esto es importante?
Más allá de la curiosidad que hay detrás de todos estos datos, la relación entre el dinero y la felicidad tiene implicaciones profundas. Está documentado que los niveles de satisfacción de cualquier población se relacionan directamente con aspectos claves para cualquier sociedad como su productividad, su salud física y mental, su cohesión social y su vida democrática. Hablamos de un asunto que para nada es trivial o descartable.