
Como si de repetir corbata se tratara, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a NBC News “no bromear” cuando habló sobre la posibilidad de buscar un periodo más en la Casa Blanca. ¿Un tercer mandato? Sí, aunque la Constitución estadounidense se lo prohíbe, en ocasiones, el mandatario ha coqueteado con la idea de esquivar con “métodos” ese límite.
¿Cómo? No está claro, pero el mensaje es más político que legal: aunque él no pueda seguir, el apellido Trump podría hacerlo. De hecho, uno de los hijos del mandatario dejó la puerta abierta a un futuro político para su familia. Así que, si no es Trump padre, podría ser Trump Jr., o Eric, o… ¿Ivanka? Lo cierto es que el plan de largo plazo parece ser mantener la Oficina Oval en familia.
¿Qué dijo su hijo?
Eric Trump, el tercer hijo del presidente Trump, aseguró al periódico británico Financial Times que “sería fácil” establecer una “dinastía presidencial”.
¿Fácil? Sí, tanto para él, como para otros miembros de su familia. Aunque evitó confirmar si él mismo será candidato en las elecciones de 2028. “El tiempo lo dirá”, exclamó.
Aunque su rol ha estado centrado en los negocios y en su cargo como codirector de la Organización Trump, Eric dejó ver su intención de convertir uno de los puestos públicos más poderosos del mundo en un posible patrimonio familiar.

Pero, antes de empezar… ¿qué es una dinastía política?
Una dinastía política es la sucesión familiar en un mismo cargo electivo. Es decir, cuando un funcionario público es sucedido por su esposa, hijos u otro pariente cercano, ya sea de forma inmediata o en periodos posteriores. Así lo explica Jacqueline Behrend, profesora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín, en Argentina.
¿En este caso por qué se habla de una dinastía presidencial? Se utiliza este término, ya que se alude al cargo máximo de la Casa Blanca.
¿Qué significa dinastía?
- Serie de príncipes soberanos pertenecientes a una familia
- Familia en cuyos integrantes se mantiene a lo largo de generaciones una misma profesión u ocupación, a menudo perpetuando la influencia política, económica o cultural
— RAE
¿Sería como una familia política?
No, este fenómeno debe distinguirse de las familias donde varios parientes ocupan cargos públicos, pero no necesariamente el mismo, aclara Behrend en su artículo “Dinastías políticas y democracia: una propuesta conceptual”.
¿Cómo el nepotismo? Tampoco, ese más bien es un término que consiste en designar familiares en puestos no electivos.
La tercera es la vencida. Entonces, ¿cómo una monarquía moderna? ¡Exacto! De hecho, puede describirse así. Ya que en las monarquías, cuando un rey no puede seguir reinando, prepara a sus príncipes para ocupar su lugar.
¿La familia Trump ha ocupado cargos electivos?
No. Ninguno de los hijos del presidente ha sido electo para un cargo público. Sin embargo, desde 2017 han acompañado a su padre en distintas funciones políticas y mediáticas.
Su primogénito Donald Trump Jr., de 47 años, ha sido uno de los principales recaudadores de fondos para las campañas del expresidente y un ferviente promotor del movimiento Make America Great Again (MAGA). Además, jugó un papel clave en la promoción de J. D. Vance como vicepresidente en las últimas elecciones.
¿Donald Trump Jr. ha manifestado interés en la Casa Blanca? Consultado en el Foro Económico de Qatar 2025 sobre si postularía a la presidencia, respondió: “No lo sé, tal vez algún día”.
Su segunda hija, Ivanka Trump, de 43 años, fue asesora principal durante el primer mandato de su padre, junto con su esposo Jared Kushner, apodado en Washington como “el yerno de oro”, según medios internacionales. Actualmente, Ivanka está alejada de la política.
Barron Trump, el menor, de 19 años, se convirtió en una pieza estratégica para captar el voto joven. Fue él quien recomendó a su padre participar en el podcast del influencer Adin Ross.
¿Fue una buena estrategia? Sí, un total acierto. Esta participación le atrajo un número significativo de votantes masculinos jóvenes, según el diario El País de España.
Por último, su nuera Lara Trump, esposa de Eric, fue copresidenta del Comité Nacional Republicano. ¿Una participación limitada? No, el propio presidente ha sugerido su nombre como candidata al Senado por Carolina del Norte. “Sería fantástico que ella se presentara”, afirmó a CNN el mandatario.

¿Es posible que otro Trump ocupe la Casa Blanca? Sí, pero...
Sí, pero no sería el actual presidente.
¿Por qué? La Enmienda 22 de la Constitución estadounidense prohíbe que una persona sea elegida más de dos veces como presidente, sin importar si los periodos son consecutivos o no. El magnate ya cumplirá dos: 2017–2021 y 2024–2028.
¿Qué opina Trump de eso?
Al mandatario no le hace mucha gracia. De hecho, en diversos momentos ha insinuado públicamente su deseo de un tercer mandato. ¿Es en serio? Sí, apenas asumió el segundo, comentó ante congresistas republicanos que el límite de mandatos “podría ser negociable”, según The New York Times.
¿Y qué tan complicado sería eso? Modificar la Constitución sería complejo. Pero legalmente nada impide que un hijo o familiar suyo busque el mismo cargo. De hecho, las dinastías políticas son muy comunes en la cultura electoral estadounidense.
Ejemplos sobran: George H. W. Bush fue presidente entre 1989 y 1993; su hijo George W. Bush ocupó el cargo entre 2001 y 2009. También John Adams (1797–1801) y su hijo John Quincy Adams (1825–1829), quienes marcaron precedentes históricos.

¿Y en Latinoamérica?
También hay ejemplos notables:
-En Argentina, Néstor Kirchner fue presidente entre 2003 y 2007, y su esposa Cristina Fernández lo sucedió entre 2007 y 2015.
-En Uruguay, Luis Alberto Lacalle (1990–1995) y su hijo Luis Lacalle Pou (2020–2025) gobernaron en décadas distintas.
-En Nicaragua, los Ortega-Murillo consolidaron una estructura de poder absoluto, con Daniel Ortega como presidente y Rosario Murillo como “copresidenta”, en un esquema criticado por concentrar todo el poder del Estado.
-En Costa Rica, Rafael Ángel Calderón Guardia (1940–1944) fue seguido décadas después por su hijo Rafael Ángel Calderón Fournier (1990–1994). Lo mismo ocurrió con José Figueres Ferrer y su hijo José María Figueres Olsen.
Entonces, ¿puede establecerse la Dinastía política Trump?
Sí, sí puede. Aunque las dinastías políticas existen en todo el mundo, su presencia genera debate. ¿Es una mala práctica? “Es una práctica que se asume no debería ser frecuente en una democracia, donde debería prevalecer la competencia partidaria y la alternancia”, advierte Behrend.
Sin embargo, estas familias compiten legalmente a través de partidos políticos, con el apoyo de los votantes.

¿Qué efectos negativos podrían tener?
La existencia de estas dinastías sugiere que algunas personas tienen más facilidades que otras para acceder al poder, por sus lazos familiares. Esto podría distorsionar la igualdad de condiciones en el juego democrático.
Pero, ¿por qué un mandatario querría mantenerse en la presidencia? Según Behrend, muchos líderes promueven estas estructuras para perpetuar su poder o asegurar beneficios económicos. Pero su consolidación no es automática.