No hubo declaraciones previas ni advertencias formales. Solo el estruendo de los bombardeos sobre Fordo, Natanz e Isfahán. Con ese ataque, Estados Unidos ingresó de lleno al conflicto y empujó a Irán a un dilema de alto voltaje: ¿cuál será la respuesta de los ayatolás? El mundo, mientras tanto, contiene la respiración.
Estados Unidos atacó directamente a Irán, y la nación islámica ahora dice que se reserva “todas las opciones” para responder, en palabras de su canciller Abbas Araghchi.
¿Cuántas y qué tan variadas son las opciones de respuesta que tiene Irán frente al ataque estadounidense? Analizamos los posibles escenarios, que van desde posibles represalias militares hasta “bombas” económicas.

Ataque militar
A pesar de que se encuentran debilitados, Irán puede responder frente a los ataques de Estados Unidos es utilizar a sus milicias aliadas en sitios como Iraq, Yemen, Siria o Libia para atacar sitios de interés o buques de guerra estadounidenses en la región.
Estados Unidos tiene representación en bases militares ubicadas en Siria, Kuwait, Baréin, Catar, Emiratos Árabes, Egipto, Jordania, Arabia Saudita, Irak y Omán; e incluso tiene bases propias en los cinco primeros territorios, según información del Congreso de los Estados Unidos publicada por la BBC.
Irán dispone principalmente de misiles, drones y lanchas torpederas entre su arsenal; sin embargo, sus capacidades se han visto mermadas luego de más de 10 días de bombardeos de Israel.
Irán ya realizó un primer ataque de este tipo, este 23 de junio. Bombardeó la base militar de Al Udeid, en Catar (la más grande de Estados Unidos en Medio Oriente); sin embrago, Catar asegura que interceptó los misiles y el incidente no dejó víctimas. Pese a ello, países como Catar, Baréin y Kuwait ya anunciaron el cierr de sus espacios aéreos, ante la amenaza de más incidentes.
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“Bomba” al petróleo
Otra posible represalia de Irán frente a los ataques de Estados Unidos es cerrar el estrecho de Ormuz, que está bajo su control. Este un paso angosto entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico por donde se estima que pasa entre una cuarta y una quinta parte de toda la producción mundial de petróleo.
Medios internacionales como El País de España equiparan la clausura de este paso con “una bomba atómica sobre el mercado petrolero”, pues implicaría el cierre de la ruta de salida del crudo de países como Emiratos Árabes, Catar, Baréin, Kuwait y, parcialmente, de Arabia Saudita.
La medida de cerrar el estrecho ya fue recomendada por la Asamblea Consultiva Islámica (el congreso) iraní. Sin embargo, la decisión final sobre el asunto recaerá sobre las fuerzas armadas y el líder supremo, Alí Jamenei.
La última vez que se planteó el cierre del estrecho de Ormuz como una posibilidad fue en 2018, cuando se debatía si Estados Unidos podía levantar sus vetos a las exportaciones iraníes de petróleo. En aquel momento, se publicaron proyecciones de que el precio del petróleo podía escalar por encima de los $200 por barril. Para poner esa cifra en contexto, la cotización del WTI no supera los $80.
Cerrar Ormuz, sin embargo, también podría tener consecuencias negativas para las exportaciones iraníes de petróleo que se dirigen a China y a Rusia.
Pero incluso si no cierra Ormuz, expertos estadounidenses advierten de que Irán tiene otras posibilidades; por ejemplo, podría atacar yacimientos petroleros de países aliados de Estados Unidos en la región.

Terrorismo o ciberataques
Analistas militares también han señalado a medios de comunicación estadounidenses que Irán también podría responder por medio de acciones de terrorismo o ciberataques.
En términos de guerra, estas son conocidas como represalias “asimétricas”.
David Sanger, analista de seguridad nacional de CNN, recordó que el arsenal iraní se ha visto disminuido en las últimas semanas por el enfrentamiento inicial con Israel; y que los líderes de la nación islámica podrían optar por “situaciones donde Estados Unidos no pueda simplemente desplegar las defensas tradicionales”.
Negociaciones y tensiones
Negociar con Estados Unidos podría representar ganancias para ambas partes, según explicó el experto en relaciones internacionales Carlos Murillo. Si se llegase a un acuerdo que detenga la guerra, Estados Unidos podría recobrar influencia en la región; mientras que Irán le asestaría un duro golpe a Benjamin Netanyahu como líder de Israel, que seguramente quedaría sin fuerzas para mantenerse en el poder sin su retórica bélica.
No obstante, también habría pérdidas para ambas partes, añadió el catedrático universitario. Para Donald Trump, como líder estadounidense, negociar con Irán implicaría perder la influencia de su amigo Netanyahu en Israel; mientras que, para Irán, implica replegarse ante el ataque de un país “enemigo”, aceptar una derrota simbólica muy pesada y ceder espacio de influencia en la región.
Hasta hoy, las negociaciones parecen el escenario menos probable. La tesis de Irán es que Estados Unidos cruzó una “línea roja” al atacar sus instalaciones nucleares y que deben de responder con fuerza ante ello. En tanto, en el caso de Estados Unidos, el presidente Donald Trump incluso amenazó con la posibilidad de forzar un cambio de régimen en Irán.
Trump lanzó al ruedo la idea de un cambio de régimen en las últimas horas a través de sus redes sociales, a pesar de que —siempre según Murillo— no hay garantía alguna de que los eventuales nuevos liderazgos que puedan surgir en Irán vayan a ser mejores para Estados Unidos o para el resto de Occidente; o de que el vacío de poder que se se genere quitando al régimen actual no vaya a generar disputas internas con implicaciones todavía más nocivas en el futuro.
Irán es un país históricamente opuesto a Estados Unidos y su influencia por razones políticas, económicas y culturales, pero Trump pide una rendición total a la nación islámica que, como mínimo, es poco probable.
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Impulso nuclear
En un más largo plazo, por otra parte, analistas sugieren que los ataques de Estados Unidos a Irán podrían hacer que Irán opte por avanzar más rápidamente en la fabricación de armas nucleares, si todavía tiene los recursos para ello.
Un primer paso podría ser que Irán se retire de los acuerdos sobre armamento nuclear como el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), algo que su actual gobierno ya había reconocidos como una posibilidad desde que iniciaron los ataques israelíes en su territorio.
Según explicaron analistas a medios internacionales, una posible conclusión a la que podría llegar cualquier líder iraní es que Estados Unidos no habría atacado a la nación islámica si esta ya tuvieran una bomba en su poder.
Trump llegó a decir que Estados Unidos sabe dónde su está resguardado el líder supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, y que es un “blanco fácil”. Sin embargo, el objetivo de una bomba nuclear podría ser igual de importante para este o para cualquier otro régimen que logre instalarse en Irán, incluso si Estados Unidos decide mover fichas para remplazarlo.
Una nota importante de contexto: Irán siempre negó que su programa nuclear estuviera relacionado con la fabricación de armas; sin embargo, la tesis de Israel y de la administración de Donald Trump, en Estados Unidos, es que esa fabricación no solo era el objetivo iraní, sino que estaba cerca de concretarse. Como base para ese planteamiento, israelíes y estadounidenses alegan que Irán ha enriquecido uranio a niveles más altos de los que se necesitan para fines civiles como la generación de energía. No obstante, opositores del gobierno de Trump en Estados Unidos critican que el republicano no ha dado información lo suficientemente fiable para justificar la intervención militar.
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¿Realmente destruyó las plantas?
Más allá de todo el abanico de opciones, hay un factor que todavía se desconoce y que será clave para que Irán y Estados Unidos decidan sus próximos pasos: saber si realmente Estados Unidos destruyó el programa nuclear iraní, o hasta qué punto lo debilitó, con los ataques del sábado.
A pesar de que el presidente Donald Trump dijo que la operación militar “destruyó” y ocasionó “daños monumentales” en las instalaciones nucleares de Irán, el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, aseguró que tomará tiempo evaluar la magnitud de los daños causado a las plantas de Fordo, Natanz e Isfahán.
Por otra parte, autoridades iraníes aseguraron que las plantas habían sido evacuadas hacía tiempo y que los materiales también habían sido retirados, previendo un ataque.
La cadena CNN publicó este domingo que Estados Unidos no habría usado sus bombas rompbúnkeres en la planta de Isfahán, donde se estima que Irán tiene casi el 60% de su uranio enriquecido bajo tierra. Una probabilidad, según sugirió el medio con base en testimonios de expertos, es que los túneles subterráneos de Isfahán estén a profundidades aún mayores y más difíciles de vencer.
Consultado sobre el asunto, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, respondió que no tenían “nada adicional que compartir” por el momento.
Cuánto daño haya causado o dejado de causar el ataque estadounidense es un factor crucial, el cual tendrá que ser evaluado por iraníes y estadounidenses en los próximos días. Será el punto de partida para definir el margen de acción y de negociación de cada parte según avance el conflicto.