
A partir del 1.º de enero del 2026, las personas trabajadoras independientes podrán deducir hasta un 25% de los ingresos que perciban, sin necesidad de presentar comprobantes, para efectos del pago del impuesto sobre la renta (ISR).
El Colegio de Contadores Públicos informó de que, con esta reforma, el beneficio deja de aplicarse exclusivamente a quienes prestan servicios profesionales o técnicos.
La disposición se amplía a cualquier sujeto pasivo que ofrezca servicios personales sin relación de dependencia −como carpinteros, estilistas o fontaneros−, así como a agentes vendedores, comisionistas y de seguros.
Dunia Zamora, presidenta del Colegio de Contadores Públicos, explicó que la reforma habilita dos modalidades para el pago del tributo de renta.
La primera permite deducir los gastos útiles, necesarios y pertinentes para generar ingresos gravables, siempre que estén debidamente respaldados con comprobantes y cumplan las normas generales de deducibilidad.
La segunda alternativa consiste en aplicar una deducción única del 25% de los ingresos brutos de la actividad, según corresponda, sin requerir documentación de respaldo.
“Esta alternativa busca simplificar el cumplimiento tributario, especialmente para contribuyentes con estructuras de gastos difíciles de documentar”, indicó Zamora.
La jerarca precisó que ambas opciones son excluyentes, por lo que la persona contribuyente deberá optar por una sola al momento de presentar la declaración del impuesto.
El cambio deriva de la reforma al inciso s) del artículo 8 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (N.° 7092), aprobada por la Asamblea Legislativa a iniciativa de esa entidad y publicada en el alcance n.° 158 de La Gaceta n.° 233, el pasado 11 de diciembre.
En ese contexto, el Colegio de Contadores Públicos subrayó que la reforma no introduce nuevos tributos ni altera las tarifas vigentes, sino que busca reafirmar el derecho de las personas trabajadoras independientes a elegir el esquema de deducción que mejor se adapte a su situación económica.
La entidad añadió que la medida promueve la formalización y facilita el acceso a financiamiento y a servicios de bancarización formales, con tasas de interés de mercado, lo que reduce la dependencia de fuentes informales. Asimismo, la regularización abre la puerta a otros instrumentos de apoyo dirigidos a emprendedores.