El sector agropecuario refleja resultados poco alentadores en las estadísticas económicas del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
A abril pasado, la producción agrícola local cumplió 16 meses con variaciones interanuales en números rojos, mientras que la actividad destinada a la exportación acumuló cuatro meses en terreno negativo, según el índice mensual de la actividad agropecuaria (Imagro), calculado por el BCCR.
A nivel general, el índice mensual de actividad económica (IMAE) ―el Imagro es parte de este indicador― muestra que el agro acumula seis meses consecutivos con variaciones porcentuales negativas.
La tendencia adversa inició en noviembre del año pasado. El dato más reciente, en abril anterior, muestra una caída del 1,6 % respecto al mismo mes del 2024.
El BCCR explicó que la caída registrada en abril se debe, en parte, a condiciones climáticas adversas ocurridas a finales de 2024, que impactaron negativamente la producción de banano de exportación y de cultivos de ciclo corto como papa, hortalizas y tubérculos.
El BCCR define el IMAE como una serie de tiempo que mide, a corto plazo, la evolución de la producción realizada por los agentes económicos.
Mientras que el Imagro evalúa las cantidades producidas, cosechadas o exportadas de 17 productos que representan el 80 % del valor agregado nacional. Entre ellos figuran: café, caña, arroz, piña, banano, papa, cebolla, frijoles, flores y follajes, ganado vacuno y porcino, melón y leche, entre otros.
Tres factores inciden
Los productores se muestran preocupados y citan tres factores principales como causa de este comportamiento: efectos del clima, la apreciación del colón frente al dólar y el incremento de las importaciones.
Óscar Arias Moreira, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), afirmó que estos resultados reflejan una crisis anunciada hace tres años ante las “políticas erróneas” del BCCR en el tipo de cambio.
Arias aseguró que esta situación provocó un aumento de las importaciones que compiten con la producción nacional, lo que ha llevado a los agricultores a reducir su oferta. Además, mencionó los efectos del clima adverso entre diciembre y enero pasados.
También criticó la falta de políticas públicas efectivas para apoyar a los pequeños y medianos productores orientados al mercado nacional. “Están en una situación económica muy lamentable y muchos en vías de cierre”, advirtió.
De acuerdo con el último Informe Mensual de Coyuntura Económica del BCCR, al cierre de abril, el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura registró una reducción del 3,4 % en los cotizantes a la Caja Costarricense de Seguro Social, al pasar de 109.940 a 106.235 personas, con datos hasta febrero.
Hortalizas afectadas
Por su parte, Fabián Segura Cerdas, presidente de la Cámara de Productores de Papa, atribuyó la tendencia actual a los efectos climáticos y al aumento de las importaciones.
Segura mencionó que, además de la papa, productos como cebolla, tomate, repollo, lechuga y coliflor también mostraron bajos rendimientos, aunque ya se ha observado una recuperación parcial. No obstante, las importaciones continúan.
El especialista en negociaciones agrícolas Álvaro Monge advirtió que el sector también sufre por la falta de competitividad y ausencia de mejoras tecnológicas. Además, señaló que el territorio productivo costarricense es limitado y cada vez más presionado por el crecimiento poblacional.
“Somos un país caro. Los altos costos de producción significan precios elevados y baja competitividad”, explicó. Añadió que la apreciación del tipo de cambio favorece las importaciones, lo que afecta aún más a los productores locales.
Monge subrayó que algunos sectores esperan que el Estado asuma las inversiones en tecnología, lo cual considera contraproducente. “Mientras sigan esperando que la administración pública los apoye, mayor será la brecha y la pérdida de mercado”, apuntó.
Marco Chaves Solera, ingeniero agrónomo, señaló que el Imagro es un indicador volátil y sensible porque mide el comportamiento del sector agropecuario en el corto plazo. Destacó que el clima ha impactado negativamente cultivos como caña de azúcar, hortalizas y tubérculos.
Chaves también coincidió en que la apreciación del tipo de cambio y la ineficiencia de las políticas públicas han afectado al sector. “Para los productos de exportación, recibir dólares baratos para pagar costos en colones caros no es una buena ecuación económica”, afirmó.
Agregó que los productores nacionales enfrentan una creciente incertidumbre ante las políticas del Gobierno, lo que reduce la inversión. Chaves es fundador y exvicepresidente de la junta directiva del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA).
Desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Erick Jara Tenorio, director ejecutivo de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial (Sepsa), indicó que el exceso de lluvias a finales de 2024 afectó la producción de papa, cebolla y tomate.
Añadió que la caída en el Imagro también responde a impactos en cultivos de exportación como banano y piña.
Banano y piña con menos rendimientos
Del lado de la producción con vocación exportadora, el banano y la piña son los principales afectados, según el Banco Central.
El gerente general de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), Marcial Chaverri, confirmó una disminución en la producción de banano en 2025 debido a condiciones climáticas atípicas: incremento de lluvias y un verano inusualmente corto. Estos factores facilitaron la propagación de plagas y enfermedades, lo que ha reducido los rendimientos.
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No obstante, Corbana proyecta una recuperación parcial para el segundo semestre, mediante medidas fitosanitarias y monitoreo climático.
Cabe destacar que el banano y la piña son los principales productos agropecuarios de exportación de Costa Rica. En 2024, las ventas al exterior alcanzaron $1.188,9 millones y $1.320 millones, respectivamente.
La Cámara Nacional de Productores y de Piña (Canapep) también confirmó una caída estimada del 6 % hasta abril, aunque su presidente, Abel Chaves, observó una mejora respecto a enero, cuando la baja fue del 14 %.
Chaves calificó como “peligroso” este comportamiento en el sector agrícola, impulsado principalmente por factores climáticos.
