Max Alvarado, presidente de la Junta Directiva del Banco Nacional (BN) nombrada de forma definitiva por el Consejo de Gobierno el pasado 20 de agosto, asegura que la eventual destitución de la gerenta general, Rosaysella Ulloa, no es un tema que están abordando ni está en agenda.
El Consejo de Gobierno separó, el pasado 28 de mayo, a los anteriores directivos por una disputa en el nombramiento de Ulloa. El presidente Rodrigo Chaves cuestionó el proceso de elección y pidió una investigación contra la anterior Junta.
Pese a esa coyuntura, Alvarado aseguró, en entrevista con La Nación el pasado 3 de setiembre, que la única instrucción que tienen de Zapote es la de: “asegúrense que el banco tenga continuidad”, descartando así la existencia de un mandato presidencial para destituir a la funcionaria.
A continuación, un extracto de la entrevista.
― ¿La actual gerencia general se alinea con los objetivos que tiene la Junta Directiva?
― ¿A qué llama se alinea?
― Si va en la misma ruta que la nueva Junta Directiva marca para el Banco.
― Creo que no ha habido, digamos, ninguna discrepancia muy marcada, todo lo contrario, el Banco sigue trabajando en su dinámica diaria y en su funcionamiento normal, que fue el objetivo que nos pusimos nosotros, que no hubiera ninguna.
“Estamos trabajando junto con la administración esas identificaciones de oportunidad de mejora que puede tener el plan estratégico. O sea, un plan estratégico no está escrito en piedra, es muy dinámico y eso posiblemente sí puede tener algunos ajustes desde el punto de vista de crecimiento de segmento.
“Siempre va a haber esa posibilidad de reorientar cosas y ahí posiblemente se genere alguna discrepancia, que hasta el momento no la hemos tenido desde ese punto de vista de orientación. Creo que a todos nos animan los mismos principios: que el Banco siga ocupando el sitial que tiene y fundamentalmente, el tema de utilidades”.
― ¿Ustedes están valorando discutir la permanencia o la sustitución de la gerencia general?
― Es que eso no ha sido un tema.
― ¿No ha sido un tema de ustedes, de la Junta Directiva?
― Estamos evaluando todo. Uno hace una evaluación y después uno toma una decisión. Lo que hemos visto es que no hay ninguna intención en ese sentido, no venimos con ese espíritu en realidad, desde que nos nombraron temporales (el 28 de mayo pasado).
― Le consulto porque precisamente la Directiva anterior fue destituida en medio de una disputa por el nombramiento de doña Rosaysella Ulloa.
― No tenemos que ver con lo que pasó con la junta directiva anterior. Pero el punto que se cuestionó fuertemente fue el procedimiento que se siguió para elegir al gerente, llámese como se llame, póngale el nombre que quiera y el género que quiera. El procedimiento es lo que entendemos que el Ejecutivo cuestionó.
“La Sala (IV) tendrá que juzgar si el procedimiento que siguió el Poder Ejecutivo para destruirlos estuvo bien o mal. Es un tema que todavía no está definido. Pero no hay ninguna instrucción de: quiten a este o pongan a otro, en lo absoluto”.
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― El presidente Rodrigo Chaves fue muy crítico.
― Fue muy crítico del procedimiento.
― Y de doña Rosaysella, le criticó ciertos atributos a ella que, según él, no cumplía para estar en el cargo. Entonces, removieron toda la Junta Directiva, pusieron una nueva. ¿Tienen el mandato presidencial de quitar a doña Rosaysella?
― Tenemos un único mandato nada más y es público, porque fue grabado (el 28 de mayo pasado), y fue ‘asegúrense que el Banco siga, que continúe trabajando bien’. Ese es el mandato.
“(Don Rodrigo Chaves) nos saludó a todos y nos dijo exactamente lo mismo: ‘que el banco siga su funcionamiento normal’. No tuvo ninguna palabra en ningún sentido, eso lo puedo asegurar yo, se lo puede asegurar cualquier miembro de la Directiva que estuvo ahí presente en el acto de juramentación. No hay ninguna instrucción en ese sentido.
“Además, Rosaysella, la señora gerente, no tiene ninguna culpa de que se haya nombrado de la forma que se nombró. No es la primera subgerente que asume un cargo de gerente general en el Banco, ha habido varios casos atrás en el pasado.
“Es un tema (la destitución) que ni lo hemos abordado, ni lo estamos abordando, ni está en agenda, porque no es un tema que nos corresponde. No nombramos a los anteriores directores, no tenemos que ver con eso, no nombramos a la señora gerente.
“Si hay que tomar medidas en su momento oportuno, con la gerente, con algún director, se tomarán, pero eso no está en el horizonte, por lo menos a hoy”.
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― ¿Qué criterios se usarían para eventualmente valorar la continuidad o la sustitución de la gerencia general?
― Eso es un tema académico, teórico, porque uno podría decir si hace un acto indebido en términos del punto de vista de las mejores prácticas morales: que se arroje alguna atribución que no tenga y creo que en ese tipo de situaciones, indudablemente, se hace merecedora ella o cualquier persona que esté ocupando el cargo a un cese laboral por esa condición. También porque ponga en riesgo al Banco innecesariamente por X o Y razón.
“Ellos (gerenta y subgerentes) tienen un plazo de seis años (en el cargo) y salvo, como decimos internamente, se ‘jalen una torta’, hay que actuar de conformidad, pero eso hay que esperarlo. Pero no creo, doña Rosaysella fue compañera mía y es una persona muy ecuánime, muy del Banco. No creo que vaya a hacer ningún acto en esa dirección”.
― ¿Qué evaluación han hecho en la Junta Directiva con respecto al desempeño o las funciones que ha ejecutado doña Rosaysella?
― En parte, la evaluación no se puede personalizar, es un tema de la administración. Fundamentalmente, lo que estamos viendo son los resultados, lo que le hablé anteriormente, del desempeño en relación con el plan estratégico.
“Los resultados son muy buenos, pero no están llegando a la meta que se habían propuesto (para las utilidades 2025). Estamos viendo si fue un tema de mucho apetito de la Junta anterior y si son metas que habrían de ajustarse. No creo que sea de responsabilidad de una persona, es una responsabilidad de todo un equipo.
“Las utilidades del Banco están, más o menos, como en ¢23.000 millones este momento. Se había proyectado un poquito más que eso (...) estamos ahora revisando para ver si se pueden hacer algunos ajuste para ver si podemos alcanzar (la meta) de ¢56.000 millones en el segundo semestre. No es imposible. Difícil, sí, pero imposible no".
― ¿Cómo va a ser la coordinación con Casa Presidencial?
― El artículo segundo de la Ley del Sistema Bancario Nacional (1.644) dice que sí, que efectivamente los bancos del Estado son autónomos en su administración, etcétera, pero en una debida coordinación con el Poder Ejecutivo.
“Esa coordinación hay que hacerla. No somos islas, no somos independientes, somos autónomos, pero hay que coordinar. El gobierno perfectamente nos puede decir ‘vea, necesitamos que los bancos del Estado nos apoyen los programas de vivienda, porque el gobierno tiene mucho interés en construir casas, que la gente tenga su casa’. ‘O este año queremos fomentar, no sé, la siembra de moras’. Ese tipo de cosas en coordinación con el Ministerio de Agricultura, etcétera, o Banvhi (Banco Hipotecario de la Vivienda), el que sea, son normales.
“Si ustedes lo ven, ven la ley exactamente, tendrán que llegar a la conclusión de que, efectivamente, con Zapote hay que coordinar. Lo que recuerdo estando aquí en el banco es que por aquí han desfilado todos los presidentes de la República, todos, bueno, no sé este, honestamente.
“A don Rodrigo lo he tenido lo más cerca ahora que estuve en Casa Presidencial (en agosto 2025), fue mi primera vez que lo saludé. Nunca lo había conocido antes, y cuando me juramentó la primera vez yo estaba fuera del país.
“Entonces, eso primero, si se da es lógico, tenemos que estar coordinados. No coordinados en que me quite el gerente, eso jamás, porque eso sí violaría la autonomía del Banco”.
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― Pero entonces, ¿usted garantiza que doña Rosaysella sigue?
― No puedo garantizar que sigue. Bueno, vamos a ver, garantizo que sigue porque tiene un nombramiento por seis años. Si se dan ciertas circunstancias, como las que mencioné anteriormente, no seguiría, obviamente.
“No seguiría, pero no porque hay un mandato, sino porque haga una cosa indebida, que se jale una torta, que cometa alguna cosa más allá de sus atribuciones, pues no solamente a Rosaysella, a cualquiera, cualquier subgerente.
“Fuera de eso, va a depender de ella fundamentalmente. No hay una instrucción de nadie para ni cuestionarla, ni perseguirla, ni nada, se lo hemos dicho a ella directamente. Es que ella fue compañera mía, fuimos pares, ambos sufrimos un proceso de transformación de los muchos que ha tenido el Banco en los últimos años. Nos conocemos perfectamente bien”.
― ¿En qué momentos específicos se lo han comentado?
― Por lo menos yo, desde que llegué, fui, la saludé y me saludó. Es que teníamos una relación de muchísimos años. Entonces, le digo ‘mirá, aquí no, no hay, le voy a decir, ninguna intención de tal cosa’. Eso no se puede eliminar, la amistad es la amistad.