Bruselas. La Comisión Europea propuso este miércoles el marco legal de un posible euro digital del Banco Central Europeo (BCE) que sea complementario al efectivo y que incluirá límites a las cantidades que los clientes puedan tener para evitar una salida sustancial de depósitos de los bancos, aunque los usuarios que deseen pagar más del límite establecido podrán hacerlo al vincular el monedero digital a su cuenta bancaria.
Aunque aún no se han concretado cifras para esos límites de tenencia, ya que, según fuentes comunitarias, no sería “prudente”, los análisis preliminares del BCE apuntan a un máximo de entre 3.000 y 4.000 euros digitales per cápita.
El paquete de Bruselas incluye dos conjuntos de medidas que se apoyan mutuamente para garantizar que las personas tengan ambas opciones de pago, en efectivo y digital, cuando quieran pagar con dinero del banco central: una propuesta legislativa que establece el marco jurídico de una posible moneda digital y otra sobre el curso legal del efectivo en euros.
Los encargados de presentar el paquete, el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, y el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, y la comisaria de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinnes, destacaron la necesidad de la Unión Europea (UE) de adaptarse a los nuevos tiempos en medio de una transición digital acelerada debido a la irrupción de la pandemia por la covid-19, que disparó los pagos electrónicos.
“Como segunda moneda más utilizada del mundo no podemos permitirnos quedarnos atrás”, afirmó Dombrovskis en rueda de prensa, quien considera que el euro digital será “especialmente beneficioso para sectores como los pagos al por menor” aunque subrayó que “en ningún caso sustituirá al efectivo”.
La propuesta ofrece a los ciudadanos y las empresas una opción adicional que les permita pagar digitalmente con una forma de dinero público ampliamente aceptada, “barata, segura y resistente” en la zona del euro que complemente a las soluciones privadas existentes en la actualidad.
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Aunque la propuesta de Bruselas, una vez adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo, establecerá el marco jurídico para el euro digital, corresponderá en última instancia al BCE decidir si emite el euro digital y cuándo lo hace, cuya investigación al respecto culminará en otoño.
Al igual que el efectivo, se prevé que el euro digital pueda usarse con los medios de pago privados nacionales e internacionales habituales, como tarjetas o aplicaciones de pago, de modo que funcionará como un monedero digital que permitirá a las empresas poder pagar con el euro digital en cualquier momento y lugar de la eurozona.
Además, la idea es que esté disponible para pagos tanto online como offline, es decir, que los pagos podrán realizarse de dispositivo a dispositivo sin conexión a internet, desde una zona remota o un parqueo subterráneo y permitirá a los usuarios efectuar pagos digitales revelando menos datos personales que en la actualidad cuando pagan con tarjeta, igual que cuando pagan en efectivo, y los mismos que en cajeros automáticos.
“Este no es un proyecto de Gran Hermano”, indicó la comisaria McGuinness, para destacar el equilibrio que Bruselas quiere garantizar entre privacidad e interés público.
Los bancos y otros proveedores de servicios de pago de la UE distribuirán el euro digital a particulares y empresas y para fomentar la inclusión financiera, las personas que no tengan cuenta bancaria podrán abrir y mantener una cuenta en una oficina de correos o en otra entidad pública, como un ayuntamiento.
Por su lado, los comercios de toda la zona del euro estarán obligados a aceptar el euro digital, salvo los más pequeños que decidan no aceptar pagos digitales, ya que Bruselas reconoce que el costo de crear una nueva infraestructura para aceptar pagos en euros digitales sería “desproporcionado”.
Curso legal del efectivo
El efectivo en euros tiene “curso legal” en la zona del euro pero aunque la aceptación del efectivo es alta en toda la zona del euro, han surgido problemas en varios sectores y Estados miembros, al tiempo que algunas personas tienen dificultades para acceder al efectivo, como consecuencia del cierre de cajeros automáticos, que cayeron de 420.000 en 2016 a 370.000 en 2022.
La propuesta de hoy tiene por objeto salvaguardar la aceptación continuada y generalizada del efectivo en toda la zona del euro y garantizar que los ciudadanos tengan acceso para poder pagar con billetes y monedas si así lo desean. “El dinero efectivo está aquí para quedarse”, aseguró Gentiloni, antes de explicar que “el efectivo y el euro digital serán convertibles e intercambiables”.
De acuerdo al texto, los Estados miembros deberán garantizar la aceptación generalizada de los pagos en efectivo, así como un acceso suficiente al efectivo y supervisar e informar sobre la situación y adoptar medidas para resolver los problemas detectados, mientras que la Comisión podrá intervenir para especificar medidas en caso necesario.

Regulación sobre datos financieros
Por otro lado, la Comisión Europea presentó este mismo día, un nuevo paquete regulatorio sobre acceso a datos financieros y pagos electrónicos (que ascendieron a unos $261.500 millones en 2021), centrado en reforzar la autenticación por parte de los clientes para darles más control sobre el acceso a sus datos personales e introducir el derecho a reembolso por parte de su banco a las víctimas de fraude.
En concreto, el paquete normativo consta de una revisión de la directiva de servicios de pago, que refuerza la prevención y compensaciones por fraude, y de una nueva regulación sobre el acceso a los datos financieros, que busca garantizar a los clientes el control efectivo de sus datos.
La propuesta modificará y modernizará la actual directiva sobre servicios de pago (PSD2, por sus siglas en inglés), que se convertirá en PSD3, y establecerá, además, un reglamento sobre servicios de pago.
El principal objetivo de la revisión es combatir y mitigar el fraude en los pagos, permitir a los proveedores de estos servicios compartir entre ellos la información relacionada con el fraude, aumentar la concienciación de los consumidores, reforzar las normas de autenticación de clientes, ampliar los derechos de reembolso de las víctimas de fraude y hacer obligatorio para todas las transferencias un sistema que compruebe la alineación de los números IBAN de los beneficiarios con sus nombres de cuenta.
También busca igualar las condiciones de competencia entre bancos y entidades no bancarias, permitiendo el acceso de los proveedores de servicios de pago no bancarios a todos los sistemas de pago de la UE, además de eliminar los obstáculos que aún impiden la prestación de servicios de banca abierta y mejorando el control de los clientes sobre sus datos de pago.
Por otro lado, Bruselas propone mejorar la disponibilidad de efectivo en los comercios y a través de los cajeros automáticos para que los minoristas puedan ofrecer servicios de efectivo a los clientes sin necesidad de compra.
El marco para regular el acceso a los datos financieros otorga a los clientes el control total sobre quién accede a sus datos y con qué propósito para aumentar la confianza en el intercambio de información en línea con el Reglamento General de Protección de Datos.
En la práctica, la propuesta persigue generar productos y servicios financieros más innovadores para los usuarios y estimular la competencia en el sector financiero.