
El currículum y la historia de Philippe Aghion (69 años) dice mucho del personaje. Doctorado en Economía de la Universidad de Harvard, ha hecho clases ahí, en el MIT, en Oxford y en el University College de Londres. En la actualidad tiene cuatro cátedras: en el College de France; la escuela de negocios con presencia global INSEAD; la Paris School of Economics y la London School of Economics.
En su natal Francia, su opinión es respetada a tal punto que, en cada elección presidencial, se espera con ansias saber a quién apoyará (la última vez fue a Emmanuel Macron). Es considerado uno de los más influyentes pensadores en la economía moderna.
Incluso, este 13 de octubre, Aghion, el estadounidense-israelí Joel Mokyr, y el canadiense Peter Howitt ganaron Premio Nobel de Economía 2025 por sus investigaciones sobre el impacto de la tecnología y la innovación en el crecimiento económico mundial.
La razón de esto es su trabajo sobre el crecimiento: el crecimiento schumpeteriano, en referencia al economista austríaco Joseph Schumpeter, creador de la teoría de la “destrucción creativa”, considerada como uno de los pilares que dan forma al capitalismo y que pregona la permanente evolución del sistema a través de la innovación.
Aghion, en concreto, se ha dedicado a dar sustento práctico a esa teoría.
Es en parte sobre esto que presentará esta semana, el 16 de octubre, en Chile, la charla “El poder de la destrucción creativa: Repensando el Liberalismo”, en el marco de la Conferencia Exponencial de la UDD.
“Voy a tratar de ilustrar cómo este paradigma puede ser usado para pensar, hablar sobre políticas públicas, y sobre cómo nos puede ayudar a repensar la economía de mercado y repensar cómo podemos organizar nuestras sociedades”, dice a El Mercurio, en esta entrevista, en la que habló sobre lo que pasa en el mundo y en Chile.
— ¿Cómo evalúa el estado del mundo, de la política y la economía hoy? Los expertos cada vez ven más riesgos, por ejemplo, por el rumbo de Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump...
— Hay varios elementos negativos del gobierno de Trump que pueden afectar el crecimiento basado en innovación. El primer elemento es que quiere limitar el poder de los medios. Y los medios son cruciales para denunciar la colusión entre empresas y gobiernos. Cuando miro a Elon Musk en el Salón Oval, usando el Salón Oval como su propia oficina, eso es el epítome de la colusión entre gobierno e intereses particulares. Otra cosa mala es que está cortando varios programas de investigación. En salud, en ciencias sociales. Y les está haciendo la vida difícil a algunas universidades como Harvard o Columbia. Está limitando también el flujo de estudiantes extranjeros. Y esas universidades tienen un enorme soft power, porque reciben a los mejores estudiantes del mundo. Si limitas eso, es una gran pérdida para la investigación.
— Usted defiende que el principal foco de las políticas públicas debe estar en el crecimiento. ¿Por qué?
— Mi obsesión es que la gente salga de la pobreza. Sabemos que si la pobreza ha disminuido en el mundo, si la inequidad ha disminuido, si países como China o India surgen, es por la influencia del crecimiento. El crecimiento es la principal herramienta contra la pobreza. Pero quiero que sea inclusivo. Quiero que todos los talentos tengan la opción de crear y surgir. No quiero Einsteins perdidos, niños inteligentes perdidos, porque no se les ofreció la educación correcta o no tuvieron un perfecto contexto familiar ideal. Debemos tener economías donde todos tengan la oportunidad de ser exitosos y de dar lo mejor de sí mismos. Pero para lograrlo hay que aumentar el crecimiento.
— En ese contexto, ¿cuál debe ser el rol de la educación en el crecimiento?
— Es crucial. En ese sentido, entiendo que en Chile un gran problema del sistema de educación es que está organizada de forma muy local. Yo estoy a favor de un sistema nacional. Los colegios deben tener algo de autonomía, claro, pero debe haber un sistema estatal para entrenar a los profesores, para diseñar programas y evaluar colegios. Se debe hacer de forma nacional y con alto estándar en todas partes.
“En Chile hay muchos niños inteligentes que podrían transformarse en inventores o emprendedores, y no lo logran porque no son entrenados de forma correcta”.
— Hoy, la principal preocupación en Chile y otros lugares del mundo es el crimen organizado, la migración ilegal, la seguridad… ¿Cómo puede la economía conectar con esas preocupaciones?
—Sé que en Chile enfrentan el problema de la migración de Venezuela. Tuvieron una buena migración al principio y luego una mala. Es una gran preocupación. Se necesita invertir en buena seguridad y una buena policía. Y para ello se necesitan impuestos. Es importante para que la economía prospere. Porque si se expande el crimen organizado es un gran impedimento para el crecimiento, porque lo que crece es el sector informal. Esto es una gran barrera para el crecimiento.
“En varios países, y en Chile, hay tentación de atraer migrantes especializados, porque faltan. Pero si te enfocas en entrenar, de forma sostenida, a los chilenos, a través de un sistema educacional, no tendrás que confiar tanto en la migración. Puedes ser más selectivo en tu política migratoria”.
— Actualmente, en Chile hay una candidata comunista que está bien posicionada en las encuestas. ¿Llama eso la atención en Europa?, ¿cómo lo evalúa?
— Depende de qué tipo sea. En mi juventud, yo era comunista. Quería más justicia. Pero ahora me doy cuenta de que eso se logra mejor a través de la socialdemocracia. Me di cuenta de que el comunismo no me daría lo que quiero. Economía de mercado, crecimiento inclusivo. Por eso soy un socialista liberal. Creo que es el mejor sistema.
Respecto de por qué PC podría ir en alza electoralmente en Chile, afirma que “una posibilidad es que la gente vota por los comunistas por frustración. La gente frustrada se va a la extrema derecha o a la extrema izquierda. Pero, en el fondo, están desesperados, porque creen que están siendo excluidos”.
— Pero ¿puede el comunismo crear el crecimiento que usted postula?
— No, el comunismo no genera crecimiento, pero ellos no lo ven. Por eso no soy comunista. Soy un socialista schumpeteriano. Estoy por el crecimiento schumpeteriano, pero por el crecimiento inclusivo. ¿Qué es lo que buscamos? Necesitamos el máximo ingreso posible de personas con talento al sistema. Que todos los que hayan nacido con un talento se transformen en un inventor. Y cuando inventen, que puedan entrar en el mercado.
— En Chile hay un debate, en el marco de la elección, sobre si se debe tener más o menos Estado. Más o menos intervención y gasto. ¿Qué cree usted?
— Depende de cómo sea la intervención del Estado. Hay gente que cree que el Estado solo debe ser ley y orden. Pero se necesita un buen sistema público de colegios. Esa es un área donde se necesita intervención del Estado. Una buena salud pública también es crucial, porque de otra forma tendrás una población enferma, que no puede ser productiva e innovadora. Se necesitan buenas políticas más allá de buena justicia y buena policía. Necesitas que el Estado esté ahí. Y creo que se necesita subsidiar la buena investigación. Y tener una política industrial inteligente. Creo que el crecimiento es generado por una acción inteligente del Estado, de las firmas privadas que innovan y la sociedad civil que vigila el balance.
— Entonces, ¿usted propone más gasto público en áreas clave?
— Exactamente, y tener una cultura de evaluar constantemente el gasto público. Se necesita transparencia.