La meta de alcanzar ingresos de $4.900 millones por turismo para el 2027 y fortalecer al sector como una de las principales actividades económicas del país, enfrenta amenazas como la inseguridad ciudadana que atraviesa Costa Rica así como el aumento de la competencia regional. Ambas fueron identificadas, junto a otras 13, en el marco del Plan Nacional de Turismo 2022-2027, que fue presentado el pasado 24 de junio por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Sobre la primera amenaza, el ministro de Turismo, William Rodríguez, aclaró que la seguridad no es una responsabilidad del ICT, pero que la institución ha colaborado con las autoridades competentes para lograr resultados que favorezcan también la actividad turística.
“Quisiera quitar de la mente de la gente que seguridad es un tema de turismo, no, es un problema de la sociedad costarricense en donde la actividad turística se ve afectada; nosotros ayudamos en todo lo que sea posible, pero nuestra responsabilidad tiene un límite ahí”, explicó Rodríguez.
El jerarca añadió que este año el ICT colaboró con la construcción de dos delegaciones de la Policía en sitios turísticos y para el 2023 se planea el levantamiento de este tipo de instalaciones en Cahuita (Limón) y Santa Teresa (Puntarenas), además, se mantendrá estrecha coordinación con las autoridades policiales.
Asimismo, como parte de los esfuerzos en materia de una mayor seguridad para las mujeres que viajan por el país, el ICT cuenta con el programa Red Sofía, que promueve la equidad de género en la industria turística y propicia destinos seguros para las turistas tanto nacionales como extranjeras, con cursos gratuitos y certificaciones.
Por su parte, la directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Shirley Calvo, señaló que existe gran preocupación por el deterioro del clima de seguridad, lo que afecta de forma sensible la imagen de Costa Rica a nivel internacional.
“Hemos trabajado con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), policías municipales y policías turísticas y el ICT para generar acciones específicas en cada uno de los 32 Centros de Destino Turístico, pero entendemos que el problema de inseguridad es un tema integral que se debe abordar con todos los esfuerzos del Estado”, comentó Calvo, quien hizo énfasis en la necesidad de mejorar la seguridad de las mujeres turistas.
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Otra de las amenazas identificadas en el análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) realizado por el sector, es el aumento de la competencia regional y que más destinos intentan competir con diferenciación basada en sostenibilidad, uno de los ejes centrales de la estrategia de promoción de Costa Rica en los últimos años.
Para ello, el plan aborda varios objetivos para diversificar la oferta turística nacional y ejecutar un posicionamiento diferenciado. Un ejemplo de ello es la identificación y el mejoramiento de elementos naturales, culturales y sociales para su incorporación en productos turísticos, para que aporten un valor añadido y reafirmen el carácter local y la autenticidad de las experiencias ofrecidas a los turistas.
Aunque gran parte de las amenazas y debilidades cuentan con planes estratégicos para evitar afectaciones al sector, existen otras fuera del control del empresariado y el ICT, como los desastres naturales y las afectaciones del cambio climático a la oferta de productos turísticos así como nuevas variantes de covid-19 u olas pandémicas.
Fortalezas y oportunidades
En cantidad de visitantes, la meta de Costa Rica es recibir a 3,8 millones de personas, en el 2027. El análisis realizado en el marco del Plan Nacional de Turismo 2022-2027, identificó importantes fortalezas que el país buscará explotar para la atracción de turistas así como ventanas de oportunidad que podrían aprovecharse para robustecer al sector.
Entre ellas se encuentran la imagen positiva que ha construido Costa Rica a nivel internacional como un destino sostenible, por lo que una de las metas del sector es contar al 2027 con planes de gestión de destinos turísticos que integren desarrollo local, producción sostenible y medidas para combatir el cambio climático y sus efectos, en el 100% de los Centros de Desarrollo Turístico del país.
Por otro lado, el sector deberá realizar los estudios pertinentes que permitan la diversificación de la oferta turística y determinen el potencial de productos como el turismo educativo, el turismo médico e incluso el turismo de voluntariado.
Aunado a esto, uno de los enfoques del plan está dirigido a implementar una estrategia integral de mercadeo en los países con mayor potencial emisor de turistas, para incentivar la reactivación dirigida a posicionar a Costa Rica como “sociedad valiosa” y apta para visitar todo el año.