Washington. SpaceX se prepara para realizar un segundo intento de lanzamiento del Starship, el cohete más grande y potente del mundo, la próxima semana, a la espera de la autorización del regulador aéreo estadounidense.
La empresa informó a través de sus redes sociales: “Starship está programado para despegar el 17 de noviembre, sujeto a la aprobación regulatoria correspondiente de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).”
Starship preparing to launch as early as November 17, pending final regulatory approval → https://t.co/bJFjLCiTbK pic.twitter.com/qRKv9ugWsR
— SpaceX (@SpaceX) November 11, 2023
La NASA, la agencia espacial estadounidense, sigue de cerca el desarrollo del Starship, ya que tiene planes de utilizar esta nave en sus misiones Artemis de regreso a la Luna. Una versión modificada de la máquina debería servir como módulo de aterrizaje para depositar a sus astronautas en la superficie lunar.
En su primer intento de lanzamiento el pasado 20 de abril desde la base de Boca Chica, en Texas, el Starship experimentó problemas cuando varios motores no funcionaron correctamente, lo que llevó a los equipos de SpaceX a detonar el cohete después de unos minutos de vuelo.
La FAA inició una investigación de seguridad, que concluyó a finales de octubre. Sin embargo, aún no completa su investigación ambiental, realizada en colaboración con las autoridades federales.
En respuesta a los problemas del primer lanzamiento, SpaceX anunció 63 correcciones para el segundo intento, que incluyen rediseños en el hardware del vehículo para evitar fugas e incendios, así como ajustes en la plataforma de lanzamiento para aumentar su robustez.
Además, se instaló y probó un sistema de “diluvio” de agua con chaparrones que se descargan al arrancar los motores con el objetivo de atenuar las ondas acústicas y limitar las vibraciones contraproducentes.
El Starship, con una altura de 120 metros, consta de dos secciones: la etapa de propulsión Super Heavy con sus 33 motores y la nave espacial en sí sobre ella, que da nombre al cohete en su conjunto.
Su principal innovación radica en ser completamente reutilizable, con ambas etapas diseñadas para regresar y aterrizar en la plataforma de lanzamiento, lo que reduce significativamente los costos.
Durante la primera prueba, las dos etapas no lograron separarse en vuelo, lo que llevó a modificaciones en el sistema de separación, según informó Elon Musk, propietario de SpaceX, durante una conferencia a principios de octubre. Musk señaló que probar este nuevo sistema sería “la parte más arriesgada” del segundo intento.
