La vinculación de la empresa MECO en los presuntos casos de corrupción del expediente conocido como Caso Cochinilla llevó a Fitch Ratings a bajar la calificación crediticia de la constructora y ponerla en perspectiva negativa.
“La baja en la calificación responde al impacto potencial en las operaciones, resultados y reputación de la compañía en torno a la investigación por la presunta corrupción pública en temas de conservación y mantenimiento vial”, informó la agencia estadounidense, en un comentario.
Fitch pasó la nota de largo plazo de MECO de AA-, dada a empresas, a A- y con perspectiva negativa, la cual se otorga a compañías cuya situación económica puede afectar sus finanzas, según la metodología utilizada por la firma calificadora.
“La Observación Negativa refleja la incertidumbre con respecto al desempeño financiero y comercial de MECO en Costa Rica y en otros países”, destacó la calificadora, en el reporte emitido el pasado martes 15 de junio.
El Ministerio Público solicitó, este jueves 17 de junio, un año de prisión preventiva para Carlos Cerdas Araya, propietario de la constructora.
Cerdas Araya, junto con otros funcionarios de la empresa, son investigados por la Fiscalía y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) por presuntos sobornos a funcionarios del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
En este caso también se sigue una pesquisa contra altos jerarcas de H. Solís, la Compañía Asesora de Construcción e Ingeniería (Cacisa) e Ingeniería Técnica de Proyectos (ITP). Así como a varios funcionarios públicos.
MECO es calificada por Fitch Ratings desde el 2015, cuando se sometió por primera vez a este proceso de manera voluntaria.
“No tenemos calificados instrumentos de deuda para la Constructora MECO ni en Panamá ni en Costa Rica. La solicitud que nos hicieron fue de que les calificáramos el riesgo emisor en la escala nacional de Panamá”, explicó a La Nación Alberto Moreno, senior director de Fitch Ratings para América Latina.
Es una solicitud normal que haya compañías que se sometan a la fiscalización de la agencia, pese a no colocar deuda, manifestó Moreno.
El análisis hecho por la agencia se hace dentro del supuesto de que la constructora efectuara una colocación de deuda en el mercado bursátil panameño o costarricense, destacó.
En febrero del 2015, MECO anunció que emitiría $50 millones en bonos corporativos en Panamá, donde la empresa participaba en varios proyectos de infraestructura.
En ese momento, José Alfredo Sánchez, vicepresidente de Constructora Meco, informó de que la emisión estaba en estudio en la Superintendencia de Mercado de Valores de Panamá. No obstante, a la fecha, la empresa no aparece en el listado de emisores con valores registrados que la entidad publica en su sitio web.
El vocero de Fitch explicó que el análisis hecho a la compañía es por su operación total, es decir, el portafolio de obras que tiene en Costa Rica, Panamá, Colombia, Nicaragua y El Salvador.
En enero anterior, la agencia previó que el 50% del beneficio previsto para este año se obtendría de los contratos de Panamá y Colombia.
MECO posee una presencia relevante en el país vecino, desde que fue parte de los consorcios a los cuales la Autoridad del Canal de Panamá otorgó contratos para el proceso de ampliación del canal interoceánico, en la década del 2010.
La constructora, fundada en 1977, cuenta con casi 6.500 trabajadores en los países donde tiene presencia.
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Riesgos existentes
Fitch detalló que conforme avance la investigación judicial, concentrará su revisión en los efectos económicos de la empresa, dada su elevada concentración de proyectos en el sector gubernamental.
También, en la posibilidad de que haya suspensiones, retrasos o amortizaciones parciales de los contratos de la compañía.
Moreno añadió que hay una incertidumbre sobre el desempeño financiero y comercial de la empresa en las operaciones de Costa Rica y el resto de países donde tiene presencia.
“Hasta este momento, no tenemos una medición del impacto potencial y por eso destacamos algunos factores a los cuales les daremos seguimiento puntual para evaluarlos y reflejarlos en la calificación. No decimos que se vayan a materializar (los riesgos), pero si suceden debemos evaluar el impacto en el perfil de crédito de MECO”, destacó el analista.
Además, destacó que la calificación de la constructora se hace a nivel de las operaciones en todos los países y no de manera individual.
“Es una empresa que desarrolla actividad en diferentes países, pero conforme se vaya desarrollando la investigación tenemos que ir viendo si existe algún impacto en su perfil financiero y deba reflejarse en la calificación”, subrayó Moreno.
Fitch también revisará cómo se puede debilitar la capacidad de la empresa, a futuro, por lo que ocurre actualmente. En especial, proyectos con entidades gubernamentales y privadas.
En especial por limitaciones en el acceso al financiamiento y sanciones económicas.
La calificadora enfatizó que seguirá de cerca la situación de MECO y prestará atención a la liquidez de la empresa.
La constructora vendió, el año pasado, su participación en la concesión costera Cartagena Barranquilla, en Colombia, aproximadamente por $41 millones para mejorar su perfil de liquidez.
Los recursos de la venta y el flujo de efectivo, generado internamente, se usaron para pagar deuda por $75 millones a finales del 2020.
Colaboró el periodista Esteban Ramírez