Los precios de los bonos de deuda externa costarricense reportan una apreciación, en las últimas cuatro semanas, posterior a la fuerte caída que tuvieron entre setiembre y hasta octubre anterior.
Los eurobonos tuvieron un incremento de entre 4,4 y 10 puntos porcentuales (p. p.) para las seis emisiones de títulos externos con vencimientos entre el 2023 y el 2045, muestran los datos proporcionados por INS Valores.
La recuperación se explica, según varios economistas consultados por La Nación, por una mezcla del mayor apetito de inversionistas internacionales por activos riesgosos y luego del proceso de diálogo interno efectuado ante las protestas callejeras y la crisis fiscal del Gobierno.
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La deuda externa costarricense tuvo, entre la segunda quincena de setiembre y la penúltima semana de octubre anterior, una baja en la cotización a raíz del fuerte rechazo de sectores a la propuesta del Gobierno de negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fue retirada del plan, así como por las protestas callejeras.
Sin embargo, dicha tendencia se modificó y ahora reportan un proceso de apreciación.
Los eurobonos son valores que los gobiernos venden a ahorrantes en los mercados internacionales para recoger recursos con el objetivo de pagar los gastos que no cubren con el dinero recaudado, principalmente de los impuestos (el déficit fiscal).
Para Melvin Garita, gerente de BN Valores, la mejora es debido al mayor interés de inversionistas internacionales en activos riesgosos como acciones y bonos de renta fija de alto rendimiento.
“Este apetito ha ayudado a los bonos costarricenses en particular, aunque aún se mantiene un spread (diferencial de tasas) positivo entre nuestra curva soberana en dólares respecto a otras curvas soberanas con calificación de riesgo B”, explicó Garita.
En tanto, Freddy Quesada, gerente de INS Valores, reconoció que pese a las críticas del resultado poco contundente de la mesa de diálogo multisectorial, los inversionistas extranjeros ven con buenos ojos el proceso.
“Afuera hay una expectativa positiva de que el país retome acciones de acuerdos internos que permitan, eventualmente, llegar a firmar un acuerdo con el FMI. Obviamente, falta mucho todavía porque debe aprobarla la Asamblea Legislativa, pero solo por haberse presentado, sin medir si fue productivo o no, el mercado lo ve positivo”, aseguró Quesada.
El especialista añadió que el volumen de títulos costarricenses negociados no ha sido fuerte.
“El apetito que se muestra (por los eurobonos) no es de inversionistas internos, es más externo. Creo que estará sujeto a una volatilidad futura en las próximas semanas”, destacó Quesada.
El optimismo sobre los resultados de las diferentes vacunas contra la covid-19 también influye en los resultados de los mercados internacionales, aseguró el economista Vidal Villalobos.
Villalobos cree que la previsión de Elian Villegas, ministro de Hacienda, de que el país cerraría el 2020 cerrar con un déficit menor al pensado, ayudará de cara al inversionista extranjero.
Las emisiones de largo plazo fueron las que mostraron la mayor recuperación.
Por ejemplo, la emisión por $300 millones, con vencimiento en 2045, reportó un precio de 88,09% este martes 1. ° de diciembre, pero el pasado 20 de octubre, era de 78,02% cuando llegó al menor nivel antes de revertir la tendencia. El incremento fue de 10 puntos porcentuales, según los datos de INS Valores.
La apreciación en el precio de los títulos internacionales implica que los inversionistas exigen menores rendimientos, en caso de que el país realizara una nueva emisión de deuda externa.
En el caso de los eurobonos con vencimiento al 2023, el precio reportado este 1. ° de diciembre, fue de 95,20%, es decir, un aumento de 4,48 puntos, en comparación con los 90,72% del pasado 20 de octubre.
Isaac Castro, viceministro de Hacienda, destacó que se mantienen en contacto con los acreedores extranjeros de la deuda internacional y ninguno ha consultado sobre el futuro del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“A los inversionistas le ha llamado poderosamente la atención de que los ingresos no están cayendo como inicialmente se había pronosticado”, destacó Castro.
En julio del 2020, cuando todavía había mucha incertidumbre sobre el impacto económico de la covid-19, la Contraloría General de la República calculó que los ingresos corrientes del Gobierno Central caerían en casi ¢1,2 billones este año.
Sin embargo, el ministro de Hacienda Elian Villegas, indicó a La Nación, a mediados de noviembre, de que la reducción estimada rondará la mitad, unos ¢600.000 millones.
Castro argumentó, además, de que en los dos últimos meses el déficit primario (sin incluir el pago del servicio de la deuda) rondó los ¢60.000 millones.
Este funcionario destacó que la contención del gasto ha dejado las cuentas mensuales a las puertas de un superávit primario.
“Un tercer elemento que les ha llamado la atención es cómo el costo del portafolio disminuye con respecto a los meses previos a pesar de tener una mayor brecha de financiamiento”, dijo Castro.
Hacienda ha expresado, durante las últimas semanas, la necesidad de que el país vuelta a colocar deuda externa para sus necesidades de financiamiento, en los próximos años, pues se enfrentan altos vencimientos, como el eurobono por $1.000 millones, en el 2023.
Colaboró la periodista Patricia Leitón.