
Entre la innovación tecnológica y las crecientes tensiones globales derivadas de los cambios en el mercado, los directores ejecutivos de las empresas enfrentan un escenario más complejo que nunca.
En este contexto, Rafael Sayagués, socio director de la firma de consultoría Deloitte Costa Rica, explicó a La Nación que existen tres “megatendencias” que todo CEO debe tener en su radar, ya que están definiendo el rumbo de los negocios y transformando la manera de hacer empresa.
Se trata del crecimiento acelerado de la inteligencia artificial y su impacto en la operatividad tradicional, la volatilidad de los mercados internacionales y las políticas públicas impulsadas por los gobiernos como respuesta a las variaciones del entorno económico, tanto interno como externo.
En entrevista con este diario, Sayagués profundizó en el contexto que rodea a cada una de estas megatendencias y cómo inciden en la cultura empresarial, además de señalar las estrategias que los CEOs pueden aplicar para maximizar el rendimiento de sus compañías.
El ‘boom’ de la inteligencia artificial
La primera de las megatendencias identificadas por Sayagués está relacionada con el impacto de la inteligencia artificial (IA), las nuevas herramientas y tecnologías en el talento dentro de la fuerza laboral.
En este sentido, el socio director aclaró que ya no se trata de comprender la IA, pues esta se ha integrado de forma natural a los modelos empresariales y ha demostrado su capacidad para ejecutar múltiples tareas operativas dentro de los ciclos productivos.
La prioridad, explicó, radica ahora en cómo generar un retorno positivo sobre la inversión que las empresas realizan al incorporar esta tecnología a sus sistemas.
“Hemos venido en ese proceso de aprendizaje y entendimiento de cómo incorporar la inteligencia artificial a las distintas áreas de negocios. Entonces, ¿cuál es la nueva megatendencia a la que vamos? Se trata de entender cómo sacarle el retorno sobre la inversión a esa tecnología que se está incorporando“.
— Rafael Sayagués, socio director de Deloitte Costa Rica.
De acuerdo con Sayagués, esta tendencia deberá ocupar un lugar prioritario en la agenda de los directores ejecutivos en los próximos meses y, especialmente, durante el próximo año, ya que deberán calcular el impacto neto real entre los beneficios que aportan las herramientas de inteligencia artificial y el volumen habitual de contratación dentro del mercado laboral.
Una vez realizado ese análisis, explicó, será necesario determinar el desplazamiento final que enfrentará la empresa y evaluar si resulta beneficioso o no.
Agregó que esta dinámica ha llevado a muchas compañías tecnológicas, donde la IA ha irrumpido directamente en sus modelos operativos, a reducir su personal debido a la simplificación de procesos, la automatización y otros factores vinculados con un mejor rendimiento y retorno sobre la inversión en tecnología.
Además, aunque reconoció que no todos los recortes de personal se deben a los avances tecnológicos (pues algunos responden a industrias que ya no crecen al mismo ritmo), afirmó que los desplazamientos laborales provocados por la inteligencia artificial continúan siendo una realidad cada vez más cercana.
“Ahí el gran reto para las organizaciones es preguntarse: ¿puedo hacer más con menos? Y si la respuesta es sí, entonces el retorno sobre la inversión debe garantizar verdaderamente que eso se va a ver reflejado en un impacto positivo para los accionistas de la empresa, los consumidores y el talento de la organización“, afirmó.

La volatilidad de los mercados
Con el inicio de la guerra comercial impulsada a comienzos del 2025 por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los mercados internacionales enfrentan escenarios cambiantes, sin reglas claras y con una inestabilidad constante.
Ante este panorama, Sayagués señaló que la segunda megatendencia consiste en la capacidad de adaptación de las empresas frente a contextos volátiles.
“Más que estudiar los aranceles, se trata de la incertidumbre alrededor de lo que va a pasar con las cadenas de distribución, el supply chain como un todo. (...) Si me están cambiando las reglas cada dos semanas, ¿cómo planifico mi producción, cuando mi ciclo productivo dura dos meses?”, cuestionó Sayagués.
En ese contexto, explicó que, ante la imposibilidad de que las cadenas de suministro avancen al mismo ritmo que la volatilidad actual, los CEOs deben apostar por una organización ágil que les permita a las empresas adaptarse, reinventarse y responder con rapidez.
Esto implica analizar, por ejemplo, cuánto le cuesta a la compañía importar a Estados Unidos en comparación con otros países, así como evaluar el funcionamiento de sus cadenas de producción en la Unión Europea, Sudamérica y Medio Oriente, para determinar qué estrategia resulta más conveniente.
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Las políticas públicas de los gobiernos
La tercera megatendencia que los directores ejecutivos deben considerar en su agenda, según Sayagués, se relaciona con las políticas públicas que implementan los gobiernos ante el avance de las nuevas tecnologías y la creciente incertidumbre en los mercados.
Esto significa, explicó, que las empresas deben permanecer atentas a las medidas que adopte el gobierno ante nuevos escenarios.
Por ejemplo, si se establecerán impuestos para compensar pérdidas en el comercio exterior y cómo afectaría esto a las empresas, si se impulsarán programas educativos para incorporar conocimientos sobre tecnologías emergentes para fomentar la incorporación de talento especializado a la fuerza laboral, o, incluso, si se ofrecerán incentivos al sector productivo.
“¿Me van a subir o bajar los impuestos para incentivarme a una activación económica? Si se está cayendo la economía, ¿van a tratar de imponer más impuestos para todavía hundir más la economía o van a tratar, más bien, de ver cómo incentivan al sector productivo para que se este reactive la economía? ¿Qué va a hacer la política pública (para la empresa)?
— Rafael Sayagués, socio director de Deloitte Costa Rica.
Tomar en cuenta estos factores, enfatizó Sayagués, es fundamental para que las empresas, desde sus agendas operativas y directivas, puedan avanzar en medio de la incertidumbre global que enfrenta el mundo corporativo ante el auge tecnológico, la volatilidad comercial y las respuestas gubernamentales a estos cambios.