La saturación de puerto Caldera, el más importante del Pacífico costarricense, tiene cuatro causas principales, reveló Incop.
El presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), Wagner Quesada Céspedes, en conversación con La Nación, enumeró las razones del colapso de la terminal portuaria, que durante 2024 movilizó 5,38 millones de toneladas y atendió 639 buques, según datos de la entidad.
El funcionario explicó que el puerto enfrenta limitaciones en los patios de estiba de contenedores y carga general.
Añadió que la terminal tiene cuatro puestos de atraque con profundidades diferentes. “Es una de las grandes limitaciones que tiene el puerto. Uno de los muelles permite un calado de apenas 7,5 metros, lo cual representa una enorme limitación para atender algunos buques”, afirmó.
Por otro lado, la línea de atraque se extiende a 800 metros, pero actualmente se ve afectada por la sedimentación del puerto. Adelantó que este año está programada una inversión de $6 millones para dragar los muelles.
Otro factor que indicó Quesada es la falta de inversión tecnológica. “Tenemos un puerto al que no se le ha invertido en tecnología frente a las exigencias del comercio internacional”, advirtió.
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Aseguró que este aspecto se está abordando en el cartel de licitación para la asignación de nuevos concesionarios, tras el vencimiento del plazo de 20 años de los actuales administradores, la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC), que opera el puerto desde agosto de 2006.
El Incop publicó, el pasado 24 de junio, la cuarta versión del cartel de licitación y el borrador del contrato de concesión, luego de que dos empresas interesadas impugnaran el proceso.
La nueva fecha de recepción de ofertas será el 8 de agosto, una vez que la Contraloría General de la República (CGR) emita su resolución sobre las impugnaciones y los argumentos que las desestiman, presentados por el Incop.
“Nosotros decimos que Caldera es víctima de su propio éxito, porque constantemente, año tras año, ha venido incrementando los volúmenes de operación, no solo en buques, sino en la cantidad de carga que moviliza”, apuntó Quesada.
Para la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), el proceso de ampliación y mejora del puerto no dará resultados hasta 2029, en el mejor de los casos, o hasta 2034 si surgen más objeciones o apelaciones durante la licitación.
Sergio Capón, presidente de la CICR, señaló que la estimación de 2029 se basa en datos del Incop, pero no considera otros factores.
“Esos números realmente no toman en cuenta los imprevistos, apelaciones y trámites burocráticos que, con base en la experiencia vivida con el puerto de APM Terminals (Moín), difícilmente permitirán cumplir los plazos estimados”, opinó Capón.
Quesada indicó que trabajan en la redefinición de procesos operativos, como el ordenamiento de estacionamientos transitorios de contenedores para descongestionar los patios, así como el despacho directo obligatorio de carga general (hierro y acero), para que no permanezca en el puerto.
Además, anunció que la próxima semana se oficializará la agilización del protocolo de visitas y supervisión de entidades públicas a las naves de carga, con el objetivo de reducir una hora por buque. “Atendemos aproximadamente 600 buques al año. Eso se traducirá en 600 horas ahorradas, es decir, 25 días de atención”, señaló el funcionario.
Ricardo Ruíz, especialista en cadena de suministros y logística de la Universidad Fidélitas, consideró que Caldera se encuentra operando por encima de su capacidad.
Ruíz señaló que, según la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) y la Cámara de Comercio Exterior (Crecex), el puerto alcanzó el 100% de capacidad en sus patios y el 124% en capacidad operativa de contenedores desde enero de 2024.
El especialista explicó que la acumulación de contenedores, especialmente vacíos, está generando cuellos de botella y retrasos en las operaciones, lo que impacta negativamente en la cadena de suministros.
“Este incremento en los costos logísticos impacta directamente al consumidor, al trasladarse a los precios finales. Para que el puerto funcione eficientemente, debería operar con un máximo del 70% de ocupación”, concluyó.
La Contraloría General de la República (CGR) identificó, mediante una auditoría, los riesgos que amenazan la futura concesión de puerto Caldera, bajo la administración del Incop.
El informe señala que se incumple con requisitos fundamentales para garantizar la continuidad del servicio portuario, “frente al cierre de los contratos de concesión actuales y al proceso de modernización pendiente de puerto Caldera”.