El Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta) lleva 16 años y siete meses en vigor para Costa Rica. Sin embargo, la reciente imposición unilateral de un arancel del 15% por parte del gobierno de Donald Trump ha generado una pregunta incómoda: ¿está muerto el Cafta?
El 7 de agosto comenzó a aplicarse el nuevo arancel. Cuatro meses antes, en abril, Washington ya había lanzado tarifas “recíprocas” a más de 160 países. A Costa Rica le tocó un 10% en ese momento… hasta que llegó el golpe inesperado: se elevó al 15%.
El tratado se firmó en agosto del 2004, tras la conclusión de negociaciones en diciembre del 2003, a excepción de Costa Rica, cuyo proceso finalizó en enero del 2004, en un ambiente nacional polarizado sobre su firma.
La ratificación fue escalonada: El Salvador (1.º de marzo del 2006), Honduras y Nicaragua (1.º de abril del 2006), Guatemala (1.º de julio del 2006) y República Dominicana (1.º de marzo del 2007).
En Costa Rica entró en vigor el 1.º de enero del 2009.
Son 22 capítulos que cubren desde acceso a mercados y defensa comercial hasta comercio electrónico y solución de controversias. Sobre el papel, parecía blindado.

Desde la entrada en vigencia del tratado de libre comercio, las exportaciones de Costa Rica hacia Estados Unidos se han casi triplicado, con un crecimiento del 285,4 %, pasando de $2.439,1 millones en el 2009 a $9.401,51 millones en el 2024, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Estados Unidos es el principal socio comercial de Costa Rica. En el 2024, se dirigieron ahí el 47,2% de las exportaciones totales.
Según el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), tras conversaciones con autoridades de Estados Unidos, se confirmó que el criterio determinante para el alza de la tarifa es el superávit comercial que Costa Rica registró con este país en el 2024: $791 millones, el primero en 37 años, de acuerdo con cifras del BCCR.
Esta tendencia continuó durante el primer semestre del 2025. A junio pasado, el saldo del superávit fue de $709 millones.
Lo que dice el tratado… y lo que pasó
Para los expertos, el arancel de 15% a Costa Rica es un golpe directo al Cafta. Los otros socios del acuerdo comercial pagan 10%, salvo Nicaragua, al que se le impuso un 18%.
“El establecimiento de nuevos aranceles no procede; es contrario a lo allí acordado”, aseguró Álvaro Monge, experto en comercio exterior y quien formó parte del equipo negociador de Costa Rica.
El DR-Cafta señala en el capítulo 3, “Trato nacional y acceso de mercancías al mercado”, que “salvo disposición en contrario en este tratado, ninguna parte podrá incrementar ningún arancel aduanero existente, o adoptar ningún arancel aduanero nuevo, sobre una mercancía originaria” (Artículo 3.3).
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Monge lo resume sin rodeos: resolver esto por la vía del tratado será un proceso largo, complicado y posiblemente costoso. La única salida a corto plazo se llama negociación, y ninguna negociación es gratis.
Ambas partes están cara a cara desde mayo pasado, y las pláticas continúan, confirmó Comex tras recibir la sorpresa del 15%.

Comex insiste en diálogo
El 4 de agosto, La Nación preguntó a esa cartera por el estado del DR-Cafta en el contexto del nuevo arancel del 15% impuesto por Estados Unidos. La respuesta llegó 10 días después.
La entidad señaló que el tratado contempla mecanismos de solución de diferencias entre las partes, cuya primera etapa es promover el diálogo y la consulta para resolver cualquier controversia de forma cooperativa.
El Comex aseguró que, desde el anuncio del arancel en abril pasado, realiza un análisis jurídico y de conveniencia nacional sobre las posibles vías de acción.
“Se ha dado prioridad al diálogo con las autoridades estadounidenses, promoviendo encuentros técnicos y políticos que permitan abordar la situación. Las negociaciones siguen en curso”, indicó la institución por medio de su oficina de prensa.
La entidad añadió que analiza de forma integral los posibles cursos de acción, incluyendo los establecidos en el tratado.
“Cualquier decisión de activar un mecanismo formal se toma considerando criterios técnicos, jurídicos y estratégicos, con el fin de garantizar el mejor resultado para el país y sus sectores productivos”, destacó.
El Ministerio calificó las conversaciones con las autoridades comerciales estadounidenses como un “diálogo franco y constructivo”. En paralelo, trabaja en medidas para mitigar los aranceles y reforzar la competitividad nacional.
Asimismo, el Comex mencionó que Costa Rica suscribió nuevos acuerdos comerciales que abren oportunidades para los exportadores, fomentando la diversificación de mercados y la reducción de vulnerabilidades y riesgos.
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Sobre la posibilidad de llevar el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), la institución respondió que la activación de este mecanismo se evalúa cuidadosamente, considerando, entre otros factores, los posibles efectos en la relación bilateral y las oportunidades de resolver la situación por otras vías.
La Embajada estadounidense respondió, el 12 de agosto, que las consultas debían dirigirse a la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y a la Casa Blanca. El 13 de agosto, se remitió la consulta a esta oficina; al cierre de edición se continuaba a la espera de las respuestas.
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‘No sirvió de nada’
Para la abogada especialista en comercio internacional Velia Govaere, en condiciones normales lo lógico sería activar el mecanismo de solución de controversias en el DR-Cafta.
Sin embargo, “eso no es lo que desea Estados Unidos; quiere usar las tarifas como mecanismo de coerción para renegociar acuerdos o imponer nuevas condiciones”, apuntó Govaere.
A su juicio, la vía legal no tiene futuro inmediato: Costa Rica ya negoció por el 10% desde mayo y “no sirvió de nada", dijo.
Para el economista Luis Liberman, el DR-Cafta no está muerto, pero sí en estado incierto. Opinó que el gobierno evita mencionarlo por temor a que Washington responda con algo peor.
“¿Está muerto? No, pero no sé en qué estado legal estará. Creo que los gobiernos no se han atrevido a hacer nada para que no se vuelen de una vez. Me da la impresión que hay una violación a este tratado, pero no ha sido tema (de referencia)”, comentó Liberman.
El experto a la vez que cree que este acuerdo es un vehículo para buscar una respuesta ante este impuesto, una vez que se defina de una vez la política arancelaria de EE. UU.
Solución por la diplomacia
El excanciller Rodolfo Solano piensa que se acabó la fase técnica y ahora lo que corresponde es la diplomacia. Propone un equipo técnico-jurídico permanente para detectar y responder a violaciones del acuerdo en tiempo real. Coincide en que convocar el tratado implica costos legales, políticos y de tiempo.
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Para Vanessa Gibson, gerenta de Clima de Inversión de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), el tratado sigue activo y es parte de las negociaciones con Estados Unidos.
“Hay una serie de condiciones establecidas que habría que hacer valer o revisar con la contraparte, de manera articulada con los países firmantes”, opinó.
El exministro de Comercio Exterior Marco Vinicio Ruiz confirmó que el arancel viola el DR-Cafta y que podría denunciarse ante la OMC, pero ese mecanismo está paralizado por el nombramiento de jueces.
“Se creyó que la relación bilateral iba a dar mejores resultados. El resultado es lamentable: nos metieron un 15%”, subrayó Ruiz.
‘Virtudes eran falsas’
Por su parte, el economista Ottón Solís, crítico del acuerdo, fue tajante: “Todas las prédicas sobre las virtudes del DR-Cafta están muertas, eran falsas. Desde la imposición del arancel por parte de Estados Unidos he esperado las disculpas de los que promovieron el tratado, o que le pregunten a este país qué está pasando”, reclamó Solís.
El exdiputado recordó que los defensores del tratado destacaron el aislamiento de coyunturas políticas en las relaciones comerciales, y de acuerdo con la normativa acordada, dijo, Estados Unidos no puede imponer aranceles de manera unilateral.
También acusó al presidente Rodrigo Chaves de “servilismo” hacia Trump: “Estados Unidos juega con nuestro país; hay que negociar con orgullo y patriotismo”.
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Insistió en que “se debe obligar a Estados Unidos a decir que el tratado no existe, que ahora las relaciones comerciales son una situación de fuerza y que, por tener una balanza comercial positiva, se vale poner aranceles”.