
En Costa Rica, se estima que hay 1.814.674 hogares, de los cuales el 20% está en la clasificación de bajos ingresos, y el 20%, en ingresos altos. ¿Pero cuántos son los de ingresos medios?
De acuerdo con datos de la VIII Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2024, cuyos resultados fueron oficializados el pasado 3 de diciembre, el promedio nacional de ingreso corriente bruto per cápita del hogar es de ¢1.141.710, lo que refleja un incremento del 19,95% con respecto a la medición anterior, realizada en el 2018.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a cargo de la Enigh, ordena los hogares en cinco grupos de igual magnitud (20%), según su ingreso. Esto es lo que se define como quintiles. El primer quintil contiene el 20% de los hogares con menos ingresos brutos per cápita, y el quinto, el 20% de los hogares con mayores ingresos brutos per cápita.
Partiendo de esta definición, los hogares de ingresos medios estarían ubicados en los quintiles 2, 3 y 4; es decir, un 60% del total. Los ingresos brutos per cápita de estos grupos son ¢604.749, ¢852.302 y ¢1.255.279, respectivamente. Con respecto a la medición del 2018, el aumento en estos tres quintiles fue de 34,4%, 29,68% y 26,05%, superior al 22,92% de incremento en el grupo de menores ingresos, y al 11,71% en el de más alto ingreso.
Sin embargo, Annia Chávez, coordinadora de la Enigh, explicó a La Nación que la definición de clase media incluye otros parámetros y que la encuesta se enfoca únicamente en el análisis estadístico basado en la distribución de los grupos de hogares por quintiles.
Esta distribución permite analizar la desigualdad en la distribución del ingreso. “Pero uno podría hacer agrupaciones: los hogares de bajos ingresos es la (clase) del primer quintil; la del medio son los quintiles 2, 3 y 4; y la alta, el 5, pero solamente lo estaríamos definiendo con base en los ingresos”, anotó.
Chávez agregó que la diferencia entre los niveles de ingreso del quintil 1 y el 5 se ha mantenido entre 7 y 8,3 veces.
En la Enigh 2024, los hogares con ingresos más bajos registran una entrada corriente bruta per cápita de ¢321.351, y las familias con ingresos más altos, ¢2.675.743. La diferencia es de 8 veces, equivalente a un 732%.
El salario es la principal fuente de ingresos de los hogares; sin embargo, su nivel de incidencia varía según el quintil. Para el 1, es un 40,55%, mientras que para el 4 representa un 68%, y para el 5, de un 60,13%.
Por otro lado, el quintil 1 es el que depende más de transferencias recibidas en dinero, pues representan el 32,74% de los ingresos, mientras que en el resto de quintiles varía en un rango de entre 15,85% y 17,78%. El INEC señala que las transferencias pueden provenir del Gobierno, de instituciones sin fines de lucro (ISFL) y de otros hogares.
Sin definición oficial
El economista Víctor Umaña aseguró que en Costa Rica no hay una definición oficial de clase media. Señaló que los conceptos que utilizan el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) identifican a este grupo como aquel cuyos ingresos superan entre dos y 10 veces la línea de pobreza.
Partiendo de lo anterior, Umaña indicó que la clase media en Costa Rica estaría entre los quintiles 2, 3 y 4. “El 2, con una clase media-baja, vulnerable; el 3, con gente con mayor escolaridad y empleos; y el 4, una clase media de profesionales universitarios, con mejores empleos y capacidad de ahorro”, explicó.
Por su parte, el también economista Donald Miranda, investigador del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), consideró que la clase media es un concepto complejo.
“No se limita a una estratificación de ingresos, o si la familia se encuentra en un determinado quintil; hay que analizarlo de forma integral”, aseguró.
Miranda recalcó que el concepto no debe asociarse solo con el ingreso, sino también con el acceso a bienes y servicios como vivienda, educación, salud, seguridad, entre otros.
Para el economista de la Universidad Nacional (UNA), comprender el nivel de gasto de los hogares permite diferenciar el consumo entre bienes de primera necesidad y los que no lo son, y así identificar los patrones de consumo de las familias.
Mientras que en las familias consideradas de clase baja el consumo de bienes de primera necesidad representa un porcentaje significativo del total de gastos, en los estratos medios y altos esta proporción es menor, y adquieren mayor importancia rubros como compra de vehículo, educación, salud privada y ahorro.
Miranda opinó que la coyuntura actual, marcada por el aumento en la inseguridad y la delincuencia, así como el deterioro en servicios como la educación y la salud, favorece un incremento en la desigualdad económica y reduce las oportunidades de progreso para la población.
Por su parte, Daniel Ortiz, director ejecutivo de Consejeros Económicos y Financieros S. A. (Cefsa), recordó que en el país se definió en su momento la clase media como aquel grupo que tenía un ingreso per cápita que le permitía tener el 90% de probabilidad de no caer en pobreza en el futuro.
Además, había un umbral de ingresos aproximado que se ajustaba anualmente con los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).
“El INEC utiliza los percentiles (quintiles) de ingreso, y la clase media eran los percentiles entre 40% y 80% (quintiles 2, 3 y 4), pero no define oficialmente la clase media; se estima, además, utilizando los umbrales de ingreso basados en metodologías internacionales”, detalló Ortiz.
Desigualdad se reduce
Annia Chávez, coordinadora de la Enigh, destacó que los resultados del 2024 muestran una reducción en la concentración de los ingresos del quintil 5 con respecto al 2018.
El coeficiente de Gini permite medir la desigualdad en la distribución del ingreso o del gasto de los hogares. Se expresa con valores entre 0 y 1; resultados más altos significan mayor desigualdad; es decir, mayor concentración de la riqueza.
De acuerdo con la Enigh, el coeficiente de Gini fue de 0,474, frente a 0,497 en el 2018, lo que refleja una reducción de 0,023 puntos, considerada estadísticamente significativa, indicó Chávez. Es el resultado más bajo de los últimos 20 años.
Los resultados del 2024 mantienen la tendencia a la baja en la desigualdad registrada desde el 2004, según los datos del INEC.
La entidad señala en su informe que la distribución del ingreso entre los hogares de Costa Rica muestra una mejora importante frente a dos décadas atrás. En el 2004, el índice se estimó en 0,519 para el total país.
En la zona urbana, el índice de Gini se mantuvo sin cambios significativos entre el 2004 y el 2018; sin embargo, como se mencionó, la medición del 2024 presenta una disminución estadísticamente significativa respecto a la versión anterior.
En tanto, en la zona rural, el comportamiento no ha bajado consistentemente, sino que ha variado. En la última medición, Chávez señaló que no presenta una variación significativa en comparación con el 2018.
El INEC recolectó los datos de la VIII Enigh entre el 1.° de febrero del 2024 y el 30 de enero del 2025. El tamaño de la muestra fue de 634 unidades primarias de muestreo (UPM), conformadas por 12 viviendas cada una, y 7.608 viviendas individuales.
