Costa Rica solicitó un crédito por $1.500 millones, equivalente al 300% de su cuota, al Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo un acuerdo precautorio de dos años en la modalidad de la Línea de Crédito Flexible (LCF).
El FMI otorga la LCF a países que reciben una evaluación positiva de sus políticas públicas durante la revisión del denominado Artículo IV, donde se analiza la situación económica y el marco fiscal de las naciones.
El 12 de mayo, el país acudió a dicha reunión, para después expresar su interés por acceder al acuerdo, se informó en un comunicado de prensa.
El objetivo de esta modalidad es atender las necesidades reales o potenciales de balanza de pagos y brindar confianza a los mercados, tanto locales como internacionales, durante periodos de riesgos elevados.

Entre las condiciones que establece el organismo, el país o región debe contar con una posición externa sostenible, una cuenta de capital en la que predominen los flujos privados, historial de acceso estable a los mercados internacionales; así como finanzas públicas sólidas, incluida una situación sostenible de la deuda pública.
También pide un nivel de inflación bajo y estable en un marco sólido de política monetaria y cambiaria; supervisión eficaz del sistema financiero y transparencia en datos.
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“La disciplina fiscal paga. El paso que estamos a punto de dar es un reconocimiento a la credibilidad que ha ganado Costa Rica gracias a una política económica muy sólida, enmarcada en una fiscal responsable, coherente y prospectiva”, aseguró Nogui Acosta, ministro de Hacienda.
En diciembre pasado, Acosta expresó el interés del gobierno en formalizar un nuevo acuerdo de financiamiento bajo la modalidad LCF.
Con esta línea de crédito, el país solicitante puede obtener un préstamo equivalente a un porcentaje de sus derechos especiales de giro (DEG), con desembolsos que van de tres años y medio a cinco años, según información técnica del Fondo.
De acuerdo con el organismo multilateral, esta línea de crédito no exige la firma de un programa de reformas estructurales para desembolsar los recursos, ya que el país solicitante cumple previamente con el requisito de contar con políticas económicas y fiscales sólidas.
La ficha técnica de la Línea de Crédito Flexible, indica que no es necesario un desempeño sólido en todos los requisitos de acceso. “Sin embargo, deficiencias importantes en uno o varios de estos criterios (...) indicarían por lo general que el país miembro no se encuentra entre los países con desempeño muy sólido”, según el documento de la entidad.
Operaciones de financiamiento
En los últimos cuatro años, Costa Rica obtuvo dos líneas de financiamiento con el Fondo. La facilidad de Servicio Ampliado del FMI (SAF) por $1.778 millones la aprobó el Directorio Ejecutivo del organismo el 1. ° de marzo del 2021.
Este programa se extendió por un periodo de tres años y el desembolso del dinero estuvo supeditado a a la aprobación de una serie de formas estructurales; así como la disminución del déficit fiscal y el nivel de endeudamiento del país.
Posteriormente, el 21 de diciembre del 2023, el FMI avaló Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (SRS) por $725 millones.
El SRS tiene el objetivo de ayudar a países de ingreso bajo y de ingreso medio a enfrentar shocks de la balanza de pagos y garantizar una recuperación sostenible.
El instrumento brinda financiamiento a largo plazo asequible para que las naciones interesadas puedan hacer frente a retos estructurales en el ámbito macroeconómico (cambio climático, la preparación para una pandemia y la digitalización).