Costa Rica está anuente a eliminar las barreras comerciales que Estados Unidos reprochó al país en un informe de marzo anterior. Dichos obstáculos forman parte de las negociaciones que ambos países iniciaron este mes, en las que el gobierno de Rodrigo Chaves busca la suspensión del arancel del 10% impuesto por Donald Trump a las exportaciones ticas.
Así lo confirmó Manuel Tovar, jerarca del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), ante una consulta de La Nación, a raíz de un informe hecho por la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), del pasado 31 de marzo, que reprochó los obstáculos al comercio por parte de Costa Rica.
El análisis fue presentado dos días antes de que Trump firmara la orden ejecutiva que estableció un arancel “recíproco” con la tarifa del 10% para las exportaciones de Costa Rica. El estudio de USTR también detalla las barreras comerciales que enfrentan los exportadores estadounidenses.
El documento Estimación Nacional de Comercio (NTE, por sus siglas en inglés) describe las barreras comerciales que Estados Unidos identifica en cada uno de sus socios comerciales, así como las iniciativas para reducirlas. Tovar dijo que se trata de temas “irritantes” para el país norteamericano.
Las críticas forma parte de los temas que se abordan en la mesa técnica de negociación entre ambos países, instalada la semana pasada en Washington. En junio próximo se realizarán dos reuniones adicionales.
El equipo negociador de Costa Rica será coordinado por la viceministra del Comex, Indiana Trejos. “Ambas partes coincidimos en llegar a un acuerdo con la mayor prontitud posible”, reveló Tovar.
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“Algunos de ellos (obstáculos) ya habían sido señalados por un reporte que emitió la Oficina del Representante Comercial dos o tres días antes de anunciar los nuevos aranceles, en el cual se señalaban algunos irritantes, si se puede decir así, que mantenían con Costa Rica en materia comercial o algunos cuellos de botella que generaban algún irritante para ellos", dijo Tovar.
El jerarca aseguró que Costa Rica ya ha tomado acciones en muchos de estos temas, y que algunos incluso se resolvieron hace tiempo.
Estas son las barreras comerciales señaladas en el informe del USTR:
1. Impuestos a bebidas alcohólicas
El documento indica que Costa Rica aplica un impuesto selectivo de consumo a las bebidas alcohólicas destiladas, calculado como un porcentaje de alcohol por litro, con base en tres tasas específicas.
La tasa más alta se aplica a las bebidas con más de un 30% de alcohol por volumen, mientras que la mayoría de las bebidas producidas por la estatal Fábrica Nacional de Licores (Fanal) se encuentran por debajo de este umbral, a diferencia de muchas importadas que lo superan.
“Como resultado, la mayoría de las bebidas espirituosas importadas están gravadas a una tasa más alta que la mayoría de las bebidas espirituosas producidas a nivel nacional.
“Además, los productores nacionales pueden pagar el impuesto dentro de los primeros 15 días de cada mes sobre las ventas realizadas durante el mes anterior, mientras que los importadores deben pagarlo antes de que su producto sea liberado de la aduana”, señala el informe.
2. Licitaciones públicas
El estudio también señala que las empresas estadounidenses afrontan desventajas en las licitaciones públicas en Costa Rica al competir con empresas estatales costarricenses, especialmente en los sectores de tecnologías de la información, telecomunicaciones y seguros.
El NTE apunta que el artículo 2 de la Ley de Contratación Pública permite adjudicar contratos sin competencia a entidades públicas si los funcionarios certifican que la adjudicación representa un uso eficiente de los fondos públicos. “Estados Unidos ha abordado estos temas con Costa Rica”, añade el documento.
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3. Barreras sanitarias y fitosanitarias
Según Estados Unidos, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Costa Rica retrasa ocasionalmente la emisión de permisos fitosanitarios de importación para productos sensibles durante ciertas épocas del año, como la temporada de cosecha, lo que afecta a los exportadores estadounidenses.
Menciona, como ejemplo, el periodo comprendido entre abril a junio, que afecta las exportaciones estadounidenses de cebollas.
4. Apertura en mercado de papas
El documento señala que el mercado costarricense para las papas de mesa estadounidenses ha estado cerrado desde el 2013, y que ambas partes discuten los requisitos finales para reabrirlo.
Estados Unidos exportó aproximadamente $3,4 millones en papas para freír a Costa Rica en el 2024; sin embargo, la industria estima que las exportaciones estadounidenses de ese tubérculo podrían aumentar a más de $5 millones si se abordan los problemas fitosanitarios y se reabre el mercado de papa de mesa.
5. Trabas a productos de origen animal
Una regulación costarricense del 2016 exige extensos cuestionarios a ciertas instalaciones que exportan productos animales a Costa Rica, como lácteos, mariscos, ovejas y huevos.
“La mayoría de las instalaciones de exportación estadounidense se han quejado de que el cuestionario requiere la divulgación de información irrelevante y de propiedad comercial.
“Como resultado, las exportaciones estadounidenses de estos productos enfrentan retrasos de varios meses o más al introducir nuevos productos en el mercado costarricense”, indica el documento.
6. Propiedad intelectual
Por último, la administración Trump señala que Costa Rica debe demostrar, mediante informes, la eficacia de los nuevos programas para rastrear el uso de software sin licencia del sistema de registro en línea, a fin de mejorar el control fronterizo.
Además, Estados Unidos insiste en que Costa Rica debe reforzar la protección de la propiedad intelectual para frenar la piratería en línea y agilizar los procedimientos aduaneros que buscan disuadir la entrada de productos falsificados y pirateados.
¿Se suspenderá el arancel? Difícil saberlo, dicen expertos
Jaime Morales, gerente de Comercio Exterior de Grant Thornton, opinó que “es difícil saber” si Estados Unidos suspenderá el arancel establecido para Costa Rica, dado que algunos países han intentado negociar sin éxito, mientras que otros han logrado acuerdos en ciertos productos, pero no de forma generalizada.
“Si bien sería muy positivo para el país que se suspenda la aplicación del arancel, debemos ser conservadores viendo los antecedentes”, planteó Morales, quien consideró que la respuesta de Costa Rica también requiere del involucramiento de la Asamblea Legislativa.
Juan Carlos Pérez Herra, docente de la Escuela de Administración Pública y politólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), manifestó que, afortunadamente, las seis barreras señaladas a Costa Rica como posible justificación para aplicar el arancel son negociables dentro del marco del DR-Cafta.
El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta) entró en vigencia en Costa Rica en el 2009.
Respecto a los señalamientos de Estados Unidos sobre las exportaciones de cebolla y papa, Pérez opinó que se trata de productos vinculados a la protección de los productores locales, lo que complica la eliminación de la barrera debido a los posibles efectos adversos sobre la producción nacional.
Para Fabio Salas, socio de Impuestos y Servicios Legales de Deloitte Costa Rica, aún no hay datos suficientes para comprender cuál es la voluntad política del gobierno de impulsar cambios, ya que algunos aspectos requieren la eventual participación de la Asamblea Legislativa.
Salas añadió que las barreras identificadas incluyen oportunidades de mejora en la gestión aduanera. No obstante, aclaró que esto no necesariamente afecta en forma directa la importación de productos estadounidenses, sino que se relaciona con los efectos de la normativa vigente sobre el cálculo y pago de aranceles.
