Las perspectivas para construir o adquirir una vivienda se vislumbran positivas para 2025, con tasas de interés estables que incluso podrían descender aún más, acompañadas de dinamismo en la economía nacional, pocos sobresaltos en el tipo de cambio y precios de los materiales que se comportan a la baja según índices del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Representantes del sector, entre ellos desarrolladores inmobiliarios, ferreterías, firmas de análisis financiero e inmobiliario, así como la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), prevén que 2025 será un año positivo, al igual que 2024. Sin embargo, señalan retos pendientes, como garantizar que la reducción en los precios de los materiales beneficie directamente a los compradores finales, y ampliar la oferta de viviendas accesibles para la clase media.
Hasta noviembre de 2024, se tramitaron más de 6,5 millones de metros cuadrados (m²) para la construcción de edificaciones, lo que representa un crecimiento del 8,6% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de la CCC. De este total, el 52,5% correspondió al sector de vivienda. Las empresas consultadas por La Nación no prevén que esta tendencia se deteriore este año.
Randall Murillo, director ejecutivo de la CCC, resaltó que el entorno macroeconómico actual favorece la inversión en vivienda. Factores como la disminución del desempleo y tasas de interés más bajas, tanto en colones como en dólares, refuerzan este optimismo.
Amedeo Gaggion, director financiero y regional de Tesorería de Scotiabank, anticipó que la Reserva Federal de Estados Unidos continuará con recortes en las tasas de interés de referencia en dólares este 2025. En tanto, en moneda local, se espera que el Banco Central de Costa Rica mantenga su tasa de política monetaria en 4%, nivel que se encuentra por debajo del de la Fed desde marzo de 2024. Estas condiciones hacen más atractivo el financiamiento tanto para desarrolladores como para quienes buscan préstamos de vivienda.
Por otra parte, los precios de la construcción, según el INEC, han mostrado caídas interanuales desde febrero de 2023 en edificios, y desde marzo de ese año en viviendas de interés social. Sin embargo, esta caída se desacelera gradualmente.
Melizandro Quirós, director del Centro de Estudios del Negocio Financiero e Inmobiliario (Cenfi), señaló que las variaciones en los precios en 2025 podrán ser positivas, aunque no a los niveles de 2022, y estimó un crecimiento cercano al 2%, por debajo del ritmo de la economía nacional.
Diego Soto, jefe del departamento comercial de la desarrolladora Grupo Ecoquintas, afirmó que se ha observado una ligera disminución en el costo de insumos clave, como el acero y ciertos acabados importados, gracias a la recuperación de las cadenas de suministro globales. Este cambio permite a los desarrolladores ofrecer proyectos a precios más accesibles, incentivando la inversión de clientes nacionales y extranjeros, según señaló.
Facundo Chávez Girón, gerente de compras de Ferreterías Novex, indicó que, hacia el público, los precios mostraron estabilidad durante 2024, con variaciones mínimas en algunos casos. Previó que esta tendencia continuará este 2025, consolidando un buen momento tanto para construir vivienda como para realizar ampliaciones y mejoras en el hogar.
Algunos desafíos persistirán
Aunque la reducción de costos de materiales, tasas de interés y estabilidad cambiaria han beneficiado a los desarrolladores, estos ajustes aún no se reflejan plenamente en precios más accesibles para los compradores, destacó la firma consultora Cushman & Wakefield.
La accesibilidad a la vivienda sigue siendo un desafío significativo, evidenciado por un déficit habitacional de aproximadamente 150.000 viviendas, según datos del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA) y la Universidad de Costa Rica (UCR). Además, los bonos de vivienda han disminuido de 11.500, en 2021, a 8.200, en 2023, una reducción del 29%, según datos del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi).
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Melizandro Quirós afirmó que el problema no reside en la oferta o en los costos de construcción, sino en la falta de alineación entre la oferta disponible y las necesidades de quienes la demandan. Según explicó, las familias en el tercer quintil de ingresos enfrentan mayores dificultades para acceder a vivienda, ya que la oferta está orientada principalmente hacia los quintiles superiores y se les dificulta ser sujetos de crédito. Esto las obliga a buscar opciones en zonas alejadas de la Gran Área Metropolitana (GAM).
Javier Chacón, director de Operaciones del CFIA, recomendó que tanto las municipalidades como los compradores presten atención a los planes reguladores locales y la disponibilidad de agua, ya que en 2024 se detectaron problemas de acceso al recurso en ciertas zonas.
Zonas con actividad inmobiliaria
Chacón destacó que, para 2025, las zonas de mayor actividad constructiva en la GAM seguirán siendo San José, Alajuela, Santa Ana y Escazú, tendencia que se ha mantenido desde 2023. Un sondeo del Cenfi en portales de vivienda urbana mostró que el precio por metro cuadrado en estas áreas no baja de los $1.000.
Fuera de la GAM, Santa Cruz, Carrillo, Grecia, Puntarenas y San Carlos destacan por su dinamismo constructivo. Según Chacón, los cantones guanacastecos han crecido gracias al turismo, mientras que Grecia y San Carlos son atractivos por su desarrollo económico, precios accesibles de la tierra y la llegada de empresas especializadas, como zonas francas.
El vocero del CFIA señaló que para 2025 los cantones de Cartago y El Guarco se pueden posicionar entre las zonas más demandadas por quienes buscan vivienda, impulsados por el crecimiento comercial y las mejoras en la carretera de La Lima-Taras, que han facilitado el acceso. Cushman & Wakefield anticipó también un aumento en la demanda de proyectos verticales accesibles en zonas como Sabana, Rohrmoser y La Uruca.
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Leonardo Soto, gerente de Productos de Crédito de Scotiabank, aconsejó a quienes desean adquirir vivienda mediante financiamiento que tomen decisiones informadas, comparando condiciones como tasas de interés, plazos y costos asociados. Además, recomendó que el nivel de endeudamiento no supere el 50% de los ingresos del cliente, considerando todos los compromisos financieros.
Adicionalmente, recordó a los futuros compradores tomar en cuenta los gastos asociados a la formalización de un crédito de vivienda, como la comisión bancaria, gastos legales y honorarios, avalúo, y costo de administración de fideicomiso en caso de que se use esa figura legal.