La adhesión de Costa Rica al Acuerdo Transpacífico avanza como prioridad del gobierno, pero enfrenta una fuerte oposición de los sectores productivos agrícolas, pues consideran el tratado una amenaza la seguridad alimentaria y la competitividad nacional.
El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés) está conformado por Japón, Australia, Malasia, Nueva Zelanda, Brunéi, Vietnam, Canadá, Chile, México, Perú, Reino Unido y Singapur.
Con seis de estos países ya se tienen acuerdos comerciales vigentes. Pero con México, Chile y Canadá hay un marcado déficit comercial, es decir, que se les compran más bienes de los que se les vende.
Costa Rica presentó su solicitud de ingreso en agosto de 2022. El pasado 28 de noviembre, los países miembros extendieron una invitación formal para iniciar el proceso de incorporación.
La primera reunión oficial sobre la adhesión costarricense se celebró en marzo de 2025 en Canberra, Australia. De concretarse, este sería el tratado comercial número 19 vigente para el país.
Según el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), el proceso avanza “a buen ritmo” y ya comenzaron las discusiones técnicas sobre temas de acceso.
“Costa Rica sigue trabajando bajo la expectativa de concluir este proceso de negociación al cierre del 2025 (...) se trata de una iniciativa sumamente importante para seguir diversificando las exportaciones del país y generando oportunidades de empleo a través de la atracción de inversión extranjera”, indicó la entidad pública.
El jerarca del Comex, Manuel Tovar, dijo a La Nación que la adhesión este año es la aspiración del gobierno. “Todo dependerá del avance de las negociaciones. Lo que sí puedo garantizar es que nuestra intención es concluir este proceso en 2025”, recalcó.
El Ministerio insiste en que el CPTPP es un tratado ambicioso y relevante, al integrar 12 economías que representan el 15% del PIB mundial, el 18% del comercio global y el 20% de la inversión extranjera directa.
Sobre los cuestionamientos de los sectores, Comex dijo que mantiene un proceso transparente, respetuoso y con comunicación abierta con los actores interesados.
“Seguiremos trabajando afanosamente para concretar este proceso lo antes posible, defendiendo y entendiendo los intereses de todos”, concluyó el ministro Manuel Tovar.
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Lecheros: oposición absoluta
La Cámara Nacional de Productores de Leche está en contra del tratado.
“Seguimos absolutamente opuestos a que el sector lácteo sea incluido en esta adhesión”, declaró Erick Montero, director ejecutivo de la gremial.
Afirmó que, tuvieron algunas reuniones técnicas con el Gobierno, todas han sido “infructuosas”.
Según datos de la Cámara, el sector lechero nacional produce 3,3 millones de litros diarios de leche cruda en 28.000 fincas. El 80% de la producción se destina al abastecimiento nacional y el resto a exportaciones regionales.
Los productores alertan sobre una competencia desigual con países como Nueva Zelandia, Australia, Canadá, Chile y México, donde los costos de producción son mucho menores gracias a sus economías de escala.
“Hemos solicitado en forma respetuosa, pero enérgica, al Comex que se excluyan todos los productos lácteos del acuerdo”, agregó Ivannia Quesada, presidenta de la Cámara.
La cooperativa Dos Pinos respalda a la gremial. “La Cámara ha expresado su posición clara y contundente con respecto a esto y Dos Pinos es parte del sector”, sostuvo Sofía Valverde, vocera de la empresa.
Preocupación y rechazo
La Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) también se opone al CPTPP. Asegura que el tratado afectaría la seguridad alimentaria, la sostenibilidad agrícola y el bienestar de miles de familias productoras.
“El arroz costarricense se vería expuesto a una competencia desleal sin precedentes, especialmente frente a países como Vietnam, Perú y México, cuyas agroindustrias operan con subsidios y bajos costos de producción”, señaló Conarroz.
En la misma línea, Gustavo Jiménez, director ejecutivo del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), expresó su preocupación: “Se perdería la regla de origen y, además, ya tenemos acuerdos bilaterales con la mayoría de los países del bloque”.
Jiménez añadió que el país no es logísticamente competitivo. “Deseamos que nos excluyan de este tratado que no trae beneficios y más bien perjudica al sector productor”.
Óscar Arias Moreira, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), indicó que han sostenido conversaciones con el Comex en la instancia definida como “Cuarto Adjunto”, junto con otras organizaciones de productores, donde recibieron retroalimentación sobre el proceso.
“La secretaría del Acuerdo Transpacífico indicó que algunos puntos de la oferta de Costa Rica no satisfacían las expectativas de los países miembros. Las cámaras asociadas a la Cámara manifestaron un rotundo desacuerdo con la forma en que el Comex ha manejado este tema”, planteó Arias. La gremial hizo pública su disconformidad.
La Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep), se suma a la inquietud. Esta fruta es uno de los principales productos de agroexportación del país. En 2024, se colocó en el primer puesto con $1.320,2 millones, seguido del banano con $1.188,9 millones.
“Sectores agropecuarios han hecho ver a las autoridades del Comex con argumentos técnicos la total desaprobación a esta adhesión, al exponer los efectos negativos que este acuerdo comercial representa y traerá a nuestros productores, por cuanto fomenta la importación de productos agrícolas, genera pérdida de competitividad y promueve el abandono de la producción, poniendo también en riesgo el empleo directo e indirecto en zona rural”, señaló Abel Chaves, presidente de Canapep por medio de un comunicado de prensa.
Industriales: apoyo con condiciones
Por su parte, Sergio Capón, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), respaldó la apertura comercial, aunque con reservas.
“Apoyamos la apertura como un pilar para el crecimiento sostenible de una economía pequeña como la nuestra. Este es un instrumento moderno y ambicioso”, afirmó el vocero empresarial.
Sin embargo, advirtió que se requiere un ecosistema productivo sólido y mencionó varios retos: tipo de cambio, cargas sociales, precio de la energía, sistema tributario complejo, infraestructura deficiente y altos costos logísticos.
“Si estos desafíos no se atienden, no solo limitaremos el aprovechamiento de oportunidades, sino que pondremos en riesgo la sostenibilidad de muchas empresas”, dijo Capón. También pidió respeto para los sectores que se sienten amenazados.
Ganaderos y horticultores en contra
Luis Diego Obando, director ejecutivo de la Corporación Ganadera (Corfoga), informó que la junta directiva decidió oponerse a incluir la carne de res en el acuerdo.
“Australia, Nueva Zelanda, México y Canadá tienen sectores cárnicos muy fuertes. Sería una competencia desventajosa para los ganaderos costarricenses”.
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Corfoga está conformada por 56 organizaciones de productores y cámaras ganaderas.
Kevin Gómez, director ejecutivo de la Corporación Hortícola, coincidió: “Estamos totalmente en contra de la adhesión. No nos genera oportunidades y obliga a renegociar con países con los que ya tenemos acuerdos”.
Además, citó el caso de Perú, que a pesar de tener un arancel del 46% para la cebolla, exportó ocho millones de kilos a Costa Rica.
La opinión de un especialista
Álvaro Monge, experto en comercio exterior, recordó que más del 95 % del comercio exterior se realiza con países con tratados vigentes.
“Necesitamos aumentar el número de países con condiciones preferenciales para nuestras exportaciones. Eso se logra con más acuerdos de libre comercio”.
Indicó que los argumentos de los productores son los mismos de otros procesos: la falta de competitividad.
Monge considera que el tratado abre nuevas oportunidades de exportación y acceso a insumos más baratos, en beneficio tanto del sector productivo como de los consumidores.
