
La grasa acumulada en el abdomen, conocida como barriga cervecera, puede indicar un riesgo mayor de desarrollar problemas estructurales en el corazón que el exceso de peso total. Así lo concluyó un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA).
Investigadores del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf, en Alemania, analizaron imágenes de resonancia magnética cardiovascular de 2.244 adultos entre 46 y 78 años, todos sin antecedentes de enfermedades cardíacas. El análisis comparó dos indicadores clave: el índice de masa corporal (IMC), relacionado con la obesidad general, y la relación cintura-cadera (RCQ), que mide la obesidad abdominal.
Aunque el IMC elevado se asoció con un aumento en el tamaño de las cámaras del corazón, la RCQ alta mostró efectos más peligrosos. Las personas con mayor acumulación de grasa abdominal presentaron un engrosamiento del músculo cardíaco y una reducción del volumen interno de las cámaras, condición llamada hipertrofia concéntrica. En estos casos, el corazón no crece hacia fuera, sino que sus cavidades se achican, lo cual afecta su capacidad para bombear sangre de manera eficiente.
Los efectos fueron más pronunciados en hombres, especialmente en el ventrículo derecho, encargado de enviar la sangre hacia los pulmones. Los investigadores sospechan que este efecto podría estar relacionado con la presión pulmonar y la influencia de la grasa abdominal sobre la respiración, lo que eleva el estrés cardíaco.
Mediante técnicas avanzadas de resonancia magnética, los científicos también detectaron alteraciones sutiles en el tejido cardíaco masculino, no explicadas por factores tradicionales como la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes o el colesterol alto. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que la grasa visceral influye directamente en la salud del corazón.
Para calcular la RCQ desde casa, los investigadores sugieren usar una cinta métrica. El valor se obtiene al dividir la medida de la cintura (en su punto más estrecho) entre la del cuadril (en su parte más ancha). Según la Organización Mundial de la Salud, cifras superiores a 0,90 en hombres y 0,85 en mujeres indican obesidad abdominal.
Los especialistas recomendaron que las personas de mediana edad se concentren en evitar el aumento de grasa abdominal mediante ejercicio regular, alimentación balanceada y atención médica oportuna.
Además, el equipo propuso que los radiólogos y cardiólogos incluyan la obesidad abdominal en sus evaluaciones rutinarias, ya que algunas alteraciones en la estructura del corazón, antes atribuidas a otras causas, podrían estar directamente relacionadas con la grasa visceral.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
